Leer libros online, de manera gratuita!!

Estimados lectores nos hemos renovado a un nuevo blog, con más libros!!, puede visitarlo aquí: eroticanovelas.blogspot.com

Últimos libros agregados

Últimos libros agregados:

¡Ver más libros!

Cora Carmack - Losing it Cap.7 y 8

7
Traducido por Deeydra Ann’
Corregido por Juli_Arg
Cuatro.
Ese es el número de personas que me vieron escondida en la
esquina de mi propio apartamento en tan sólo una falda y un
sujetador.
Once.
Ese es el número de picaduras de hormiga que tengo en mis pies
descalzos.
Veintisiete.
Es el número de veces que estuve tentada a hacerme daño físico
porque soy una IDIOTA.
Una.
Ese es el número de veces que traté de no llorar, pero fracasé.
Garrick se quedó en mi apartamento por unos diez minutos después
de que me fui. Todo el tiempo mi mente era como la de un niño de cinco
años que acababa de tomar una bañera llena de bebidas energéticas.
¿Qué hacía él allí? ¿Sólo se vestía reeeaaalmente lento? ¿Miraba mis
cosas? ¿Destrozaba mi casa porque había salido corriendo y lo dejé ahí
como la más grande idiota de este lado de Kanye West en los Video Music
Awards del 2009?
Cuando por fin salió, lo vi cerrar mi puerta, y luego hacer una pausa.
Miró al número metálico del apartamiento clavado en el revestimiento, y
sólo se quedó mirándolo por un rato. Luego sacudió su cabeza y se dirigió
hacia su apartamento.
Esperé hasta que ya no pude verlo, y luego esperé otros cinco
minutos más para estar segura (seis picaduras de hormiga más, un
transeúnte más y cuatro visiones de hacerme daño después).
Tan pronto como entré, me acurruqué en mi cama. La misma cama
en la que casi había tenido sexo. La misma cama en donde había
C
queridotener sexo... más o menos. La misma cama que había ocupado un
increíblemente sexy y desnudo chico británico. Tal vez acababa de saltar
por el precipicio a la Ciudad Locura, pero juraría que el edredón todavía
se sentía cálido donde su cuerpo había estado. Al igual que una completa
psicópata, apoyé mi cara en la almohada y olfateé como las chicas en los
libros y en las películas siempre hacían para ver si todavía podía captar su
esencia.
No pude. Y me sentí súper espeluznante.
Tampoco podía dormir en esta cama sin volverme loca.
Moví mi almohada al sofá, donde me senté aturdida probablemente
en shock. Por lo menos, pude asegurarme de que esto fue sólo una
humillación privada. Nadie más tenía que saber lo patética que era. Y,
después de exponer mi límite esquizofrénico antes, estaba bastante segura
de que me iba a evitar tan ávidamente como yo había planeado evitarlo
a él. Podríamos vivir en el mismo complejo de apartamentos, pero, si por mí
fuera, nunca tendríamos que vernos otra vez.
***
La mañana llegó demasiado pronto, y me encontraba rígida, de
dormir en mi sofá de mierda, durante toda la noche. Además, mi cabeza
latía como si realmente me hubiera golpeado en la cara como había
estado tentada anoche.
Estúpido tequila.
Me moví lentamente, arrastrándome a entrar y salir de la ducha a un
ritmo mucho más lento de lo normal. Todavía tenía el pelo mojado cuando
alguien llamó a mi puerta. Kelsey prácticamente se cayó sobre mí cuando
abrí la puerta, porque había estado tratando de echar un vistazo por la
mirilla.
Silenciosamente, sonrió y murmuró: —¿Todavía está aquí?
Suspiré y dije: —No, Kels, se ha ido. —Me alejé de ella, sosteniendo mi
cabeza para tratar de detener las vueltas que ocurrían ahí, también. Dejé
la puerta abierta y caminé lejos, sabiendo que ella había entrado, incluso si
no di una invitación.
—Alguien es un campista malhumorado esta mañana. ¿Qué es?
¿Fue horrible? ¿Él era como... minúsculo?
—¡No era minúsculo! —No es que tuviera mucho con qué
compararlo, pero estaba bastante segura de que ese no era el caso.
—Oh, ¿Así que sólo fue malo?
Sólo debí haberle dicho que no había ido hasta el final, pero la
cabeza me latía y mi estómago se sentía revuelto, y no quería ser forzada
a salir de nuevo esta noche para intentar el número dos.
Así que mentí.
—Él estuvo bien. Sólo tengo resaca.
—¿Bien? ¿BIEN? Vamos, ¡Ese chico era espléndido! Por favor, ¡Al
menos pretende que te gustó!
—¡Sí me gustó eso! —Si por “eso” hablábamos de la única gran
sesión de besos de mi vida—. Él me gustó.
Esas palabras salieron de mi boca antes de que pensara realmente
en las consecuencias.
—¡Oh no! —exclamóKelsey—. ¡No, no lo hagas! Sé que fue tu primero
y todo, pero eso no significa que tengas que saltar a insta-amor. Esto fue
puramente físico, eso es todo. Si tratas de hacer algo estúpido como
casarte con este chico, personalmente te arrastraré pataleando y gritando
lejos del altar.
—¡No! Tienes razón, por supuesto. —Me encogí de hombros como si
no fuera la gran cosa, pero mi garganta se encontraba seca y podía sentir
la piel de mi cuello y de mis mejillas poniéndose roja. Esperaba que sólo
asumiera que me avergoncé, porque normalmente podía distinguir mis
mentiras como nadie más—. Juro que no es la gran cosa. No estoy
enamorada de él. No voy a casarme. De hecho, apenas me acuerdo de
él. —Y por apenas recuerdo me refiero a la mayor parte que no pasó. Los
demás pensamientos... esos quedaron impresos en mi cerebro. Ni siquiera
el poderoso tequila podía llevarse esos recuerdos de mí. Sólo deseo que se
llevara los recuerdos de cómo terminó.
—Bueno, eso apesta. Pero todo está bien, ¿Verdad?
—Sí. —Me obligué a sonreír—. Todo está bien.
Kelsey me abrazó, y se sentía como uno de esos momentos en los
que se suponía que debíamos unirnos, conectarnos o pensar sobre la
misma cosa, pero desde que todo de mi parte era una mentira, le devolví
el abrazo y traté de fingir que me reconfortaba sobre mi torpeza.
—De acuerdo, ahora pon tu trasero en marcha. Si no consigo café
antes de clase, me voy a morir. Mi horario de sueño sigue apagado desde
las vacaciones de Navidad y me siento como un maldito zombi. —Zombi
para Kelsey significaba que se encontraba en un 6 en la escala de alegría
en lugar de un 10.
Siempre pensé que yo era una persona extrovertida hasta que me
convertí en estudiante de la especialidad de Teatro. Entonces, me di
cuenta de que no me gustaba el silencio. Cuando había un montón de
gente alrededor dispuesta a ser entretenida, me di cuenta de que prefería
por mucho sólo observar.
El Starbucks en el campus se hallaba lleno de una horda de otros
estudiantes zombis con falta de sueño. En el momento en que conseguí mi
macchiato de caramelo, ya me encontraba más o menos despierta y
definitivamente íbamos a llegar tarde para la primera clase del último
semestre de nuestro último año de universidad.
Lo reservamos para el edificio de Bellas Artes, espectacular más allá
de los grandes inconformistas del arte, fumando fuera de las puertas.
Trotamos por el pasillo hasta estar bastante seguras de que las puertas de
la pequeña caja negra del teatro en donde teníamos clases de actuación
ya habían sido cerradas.
—Shipoopi8 —dijo Kelsey.
Entonces... porque somos estudiantes de teatro... irrumpimos en la
canción de The Music Man. Debido a que a veces la vida necesita un
poco de música. (Pero lo hicimos en silencio y avanzando rápido, porque
todavía llegábamos tarde a la clase).
No había manera de entrar a este teatro sin hacer una ridícula
cantidad de ruido. Las puertas crujían y se golpeaban sin importar lo que
hicieras. Empujamos las puertas e inmediatamente escuché a Eric Barnes,
jefe del departamento, decir: —¡Tarde!
Automáticamente dijimos: —¡Lo siento, Eric!
Cuidando de que no derramáramos nuestros cafés, nos abrimos
paso entre las cortinas que rodeaban las orillas de la habitación, y tomé el
asiento vacío más cercano a las tarimas.
Puse abajo mi café y fui a organizar mis cosas, hurgando en mi bolso
por un lápiz y mi carpeta.
—Como decía —continuó Eric—, Ben Jackson iba a estar enseñando
este curso. —Ben prácticamente era nuestro profesor favorito, pero le
habían ofrecido un papel en este nuevo espectáculo asesino fuera de
Broadway y estaría tomándose el semestre libre—. Pero como todos
ustedes saben, estará en Nueva York durante unos meses. Para remplazarlo
por el momento, contamos con uno de nuestros más talentosos ex
alumnos: el señor Taylor.
Finalmente encontré un aburrido lápiz en el fondo de mi bolso.
Tendría que serlo. Kelsey escogió ese minuto para tomar mi codo y darme
8Shipoopi: Título de una canción de The Music Man, un musical de Broadway escrito por
Meredith Wilson.
un tirón hacia ella. La miré y luego al frente de la clase, hacia donde ella
miraba. Entonces, el lápiz que tanto trabajo me había costado encontrar
cayó de mi mano y rodó lejos, perdido en el abismo bajo las tarimas.
El nuevo profesor me miraba, a pesar de que todo el mundo
aplaudía, y probablemente él debería estar saludando o por lo menos
sonriendo. Nuestros ojos se encontraron y, de repente, me sentía muy
contenta de que ya hubiera puesto en el suelo mi café.
Porque el nuevo profesor había estado desnudo en mi cama hace
sólo ocho horas.
Garrick era mi maestro.
8
Traducido por rihano
Corregido por Juli_Arg
Se sintió como si horas pasaron antes de que él apartara la
vista de mí. Cuando lo hizo, la sonrisa que dio a la clase era
incómoda, y tiró distraídamente de la corbata alrededor de
su cuello.
—Gracias, Eric. Pero, por favor, todo el mundo, llámeme Garrick.
Creo que en realidad podía sentir las hormonas liberándose en la
atmósfera cuando las chicas en la habitación oyeron su acento. Sentí a
Kelsey mirarme, pero fijé mis ojos en uno de los focos del escenario
colgando por encima, y traté de que mi corazón latiera rápidamente
hacia la sumisión. Esto era malo. Esto era TAN MALO.
—Como dijo Eric, hice mi pre-grado aquí, y luego me gradué en
mayo pasado con una maestría en Actuación de la Universidad de Temple
en Filadelfia. Estuve trabajando en la escena teatral ahí por unos seis
meses, cuando Eric me llamó y me preguntó si estaría interesado en el
puesto temporal de aquí.
Le miré con el rabillo de mi ojo, a la vez anticipando y temiendo el
pensamiento de hacer contacto visual con él. No me miraba. De hecho,
todo su cuerpo se encontraba orientado hacia los estudiantes en el otro
lado de la habitación, casi ignorando toda la sección donde me senté.
Aparte del hecho de que él no miraba intencionadamente a un lado de la
habitación, no había ninguna señal de que estuviera preocupado o
cansado de ninguna manera; mientras yo podía sentir el calor en mis
mejillas y mis manos temblaban mientras las presionaba en mis rodillas.
—Me encantaron mis cuatro años aquí, y estoy, eh...
Me miró, y no pude hacer otra cosa que devolverle la mirada, con
los ojos abiertos y petrificada. Se aclaró la garganta y volvió la mirada
hacia el otro lado de la habitación.
—Estoy muy emocionado de estar de vuelta.
Quería meterme en un agujero y morir.
S
Quería meterme en un agujero en el fondo de un barranco, y luego
ser enterrada bajo una avalancha, y luego morir.
Yo quería... llorar.
Eric se excusó entonces, para dejarnos que conociéramos a nuestro
nuevo maestro. Me hubiera gustado poder salir también, porque se me
ocurrió que ya lo conocía muy bien.
—Bueno, entonces —comenzó Garrick—. Me doy cuenta que no soy
mucho mayor que muchos de ustedes. —Otro movimiento de sus ojos a los
míos. Se volvía casi imposible tragar.
—Pero mi objetivo aquí es proveerles con alguna información sobre
el siguiente paso en su viaje, de alguien que no está tan lejos de haber
terminado. A todos nos gusta Eric, Ben, Kate, y el resto de la facultad, pero
seamos sinceros, no son exactamente los más “chicos de la cuadra”. —
Toda la clase se echó a reír. Yo estaba demasiado ocupada
concentrándome en no vomitar—. Era un mundo diferente cuando
empezaron sus carreras. Cuando yo me encontraba sentado donde
ustedes están, llamábamos a esta clase Preparación Superior; creo que
ahora se llama el Negocio del Teatro. En esta, vamos a estar cubriendo
todo, desde las audiciones, a las opciones de carrera, a la Acción del
Actor. También pasaremos algún tiempo hablando de la parte más
abstracta de las cosas. Porque, odio desilusionarlos, chicos, pero la parte
más difícil de este negocio, no está en conseguir los papeles o llegar a fin
de mes, aunque eso es difícil. Lo más difícil es mantener el espíritu y
recordar por qué elegiste esto en primer lugar.
No tenía que tratar tanto de asustarnos sobre nuestro futuro. Todos ya
operábamos en Nivel de Riesgo Naranja. Habíamos estado teniendo en
plena noche, conversaciones profundas (en estado de ebriedad, por
supuesto) desde que el año comenzó.
—Ahora, si no les importa. Me gustaría saber un poco acerca de
todos ustedes. Por qué no me dicen sus nombres y que están interesados
en hacer después de graduarse.
Había cerca de veinte chicos en la clase. Los primeros ocho, o todos,
recitaban sus nombres seguidos del obligatorio: “Me voy a mudar a Nueva
York.”
Cuando eres un actor, mudarte a Nueva York es, más o menos, el
sueño. Esos que son afortunados, en realidad, pueden llevar a cabo el
plan. Algunos tenemos que pensar un poco más realistamente.
Cade, mi mejor amigo, además de Kelsey dijo: —Cade Winston. En
este momento estoy un poco desgarrado entre la Escuela Superior o sólo ir
directamente a las audiciones. Realmente, no puedo decir si de verdad
quiero ir a la escuela superior o si sólo estoy asustado.
Garrick sonrió, y aunque me volvía loca, sonreí también. Me sentía así
acerca de un montón de cosas en mi vida... no sólo la actuación.
Él dijo: —Bien. Eso es honesto, Cade. Y, cuanto más honesto puedas
ser contigo mismo, mejor. Las esperanzas y los sueños son geniales, pero
son mucho más fáciles de romper que un plan sólido. Vamos a ver si
podemos averiguar exactamente lo que quieres mientras estés en esta
clase.
Después de eso, fue como si todos se sintieran bien por decir lo que
realmente pensaban, en lugar de lo que nos parecía que se esperaba de
nosotros.
Pasamos tanto tiempo defendiendo nuestra elección de hacer esto
que se vuelve difícil demostrar cualquier vulnerabilidad en absoluto.
Sólo que hay tantas veces que puedes encontrarte con alguien que
te pregunta por tu falla, cuando las cosas no funcionan antes, que
empiezas a pensar que tal vez caer debería ser sólo tu plan.
A veces me gustaría ser un poco más como Kelsey. Ella
prácticamente no tenía miedo. Aunque, supongo, que es fácil ser un poco
valiente cuando tu familia está cargada.
—KelseySummers. Me estoy tomando un año sabático para viajar y
simplemente explorar antes de decidir lo que voy a hacer. La gente
siempre dice que los actores más interesantes son gente interesante, así
que imagino que es una buena inversión pasar un poco de tiempo
volviéndome más fascinante de lo que ya soy.
—Diva —murmuré en voz baja.
Entrecerró los ojos, y dio un rápido pinchazo en la parte posterior de
mi brazo como respuesta. Grité, y casi caigo de mi asiento, al mismo
tiempo que Garrick volvió sus ojos hacia mí y dijo: —¿Y tú?
Frotando mi brazo, tuve que apartar la mirada de sus ojos antes de
que pudiera responder.
—Bliss Edwards. Estoy un poco dividida entre la actuación y la
dirección de escena. Y puesto que en realidad no ofrecen programas de
doctorados donde puedas hacer las dos cosas, creo que voy a seguir
adelante y entrar en el, um, mercado de trabajo o lo que sea.
Miré de nuevo hacia él, pero sus ojos ya se habían trasladado a
Dom, quien se hallaba sentado una fila por encima de mí.
Cerré los ojos y respiré profundo. La mano de Kelsey encontró la mía,
y la apretó.
Tomó otros veinte minutos para terminar la introducción porque,
bueno, somos gente de teatro. Nos encanta oírnos hablar.
Con sólo cinco minutos para el final de la clase Garrick dijo: —Muy
bien. Parece que todos le han dedicado al menos un pensamiento al
siguiente paso. El miércoles quiero que todos vengan a clase con su hoja
de vida, fotografías y estén dispuestos a audicionar.
—¿Por qué? —preguntóDom—. Es la primera semana de clase. No
hay audiciones por un par de semanas. —A Dom le encantaba oírse hablar
a sí mismo más que a la mayoría.
—No importa —respondió Garrick—. En el mundo real, puedes ir a
diez audiciones en un día. Puedes tener semanas para prepararte o
puedes tener una hora. Tu trabajo es sólo actuar si consigues la parte,
hasta entonces tu trabajo es audicionar, así que es mejor ser bueno en ello.
Váyanse. Nos vemos el miércoles.
Sonrió. No fue tan impresionante como las sonrisas que tenía anoche,
pero, aún así, era suficiente para hacer que mis pasos dudaran en mi
camino por las rampas.
Me encontraba en los telones, a escasos tres metros de la puerta
cuando escuché: —Señorita Edwards, ¿Puedo hablar con usted un
momento?
La cara de Kelsey se quedó atrapada en algún lugar entre la
compasión y alegría. Por primera vez en doce horas quería golpear a
alguien además de mí.
—¿Almuerzo al mediodía? —preguntó ella. Asentí con la cabeza,
aunque no estaba segura de que sobreviviría hasta el mediodía. Diablos, ni
siquiera estaba segura de que podría soportar ir a mi siguiente clase.
Me tomé mi tiempo caminando hacia él, esperando que el resto de
la clase se fuera. Dom actualmente bombardeaba a Garrick con
preguntas, así que me tomó un segundo distraerme con Cade. Donde
Kelsey era la amiga que me llevaba a bares y me animaba a
comportarme estúpida, Cade era el amigo que siempre sabía lo correcto
para decir.
Sus primeras palabras… —En una escala de uno a perra, ¿Cómo está
tu resaca?
Levanté la comisura de mis labios en una sonrisa. Eso fue todo lo que
pude manejar en mi vórtice de emociones, pero era una sonrisa de todos
modos. —Depende… ¿Ahora mismo? Un sólido siete. Si Dom intenta hablar
conmigo... vamos a necesitar una escala más grande.
Se echó a reír, y algo me hizo preguntarme cómo habría ido anoche
si le hubiera dicho a él mi secreto en lugar de a Kelsey. De alguna manera
dudaba que las cosas hubieran resultado iguales.
—Tengo que correr. Cien-Poli. —Hizo una mueca, y concordé,
contenta de que yo hubiera conseguido sacar eso del camino el año
pasado.
—Vamos a hacer algo esta noche, ¿Está bien?
—Por supuesto. —Esta vez sonreí, porque Cade era estupendo para
las distracciones, y eso era, sin duda, lo que necesitaba en este momento.
Me besó en la mejilla, y luego siguió su camino.
Me volví hacia Garrick, para encontrarlo mirándome, sus ojos oscuros
y entornados. Dom había desaparecido. Debe de haber salido por las
puertas en el otro lado. Nos quedamos allí, torpemente, durante varios
segundos. Sus manos metidas en los bolsillos, y la mía jugueteando con el
bolso colgado sobre mis hombros.
Finalmente, se aclaró la garganta.
—¿Cómo está tu pierna?
Tragué saliva, y miré mis piernas. Hoy me había puesto una falda
para mantenerla al descubierto. Incliné mi pierna para que pudiera ver el
vendaje. —Bien. Me volví a vendar de nuevo esta mañana. Está
ampollada, pero hasta donde sé, o bien de acuerdo a Internet, eso es
normal.
Miré de vuelta, pero sus ojos seguían fijos en mis piernas.
Me puse rígida. Dios, esto era tan difícil.
Se aclaró la garganta otra vez.
—Así que... estás en la universidad.
—Así que... tú no lo estás.
Se quedó inmóvil durante un segundo y luego se volvió bruscamente
hacia un lado, alejándose a varios metros de distancia de mí, y luego de
regreso. Sus dedos pasaron a través de su pelo en frustración, y lo único en
lo que yo podía pensar era en mis propios dedos en su pelo, y lo
increíblemente suave que había sido.
—Pensé… —empezó—. Bueno, no pensaba mucho en absoluto.
Pero, no pareces como si estuvieras en la universidad. Dije que fui a la
escuela aquí, y que acababa de mudarme de vuelta, y tú dijiste “Yo
también” así que supuse que habías hecho lo mismo.
Me mantuve teniendo esta necesidad irracional de parpadear. No
iba a llorar ni nada, pero simplemente no podía parar. Dije: —Yo vivía en
Texas cuando era muy joven. Quise decir que me mudé aquí por la
escuela.
Asintió con la cabeza una vez, y luego siguió asintiendo. Así pues, él
asentía con la cabeza y yo parpadeaba y ninguno de los dos decía lo que
realmente necesitaba ser dicho.
Y como no podía soportar el silencio, fui la primera en romperlo.
—No se lo diré a nadie. —Sus cejas se arquearon, pero no podía
decir si era por sorpresa o juzgando o sólo un tic facial—. Quiero decir que
no hay nada... no es que nosotros... quiero decir que en realidad no... um,
hicimos la bestia de dos espaldas y todo eso.
OH. MY. DIOS.
MATAMEAHORAMATAMEAHORAMATAMEAHORAMATAMEAHORAAA
AAA.
¿La bestia de dos espaldas? ¿En serio?
Tengo 22 años de edad, y en lugar de simplemente escupir la
palabra sexo, ¡He usado una referencia a Shakespeare! Una muy
embarazosa referencia a Shakespeare.
¡Y él sonreía! Y su sonrisa hacía cosas divertidas a mis adentros que
me tenían pensando en la noche pasada, lo cual era algo que no
necesitaba, en absoluto, estar pensando en estos momentos. Sin bestias.
Sin espaldas. Sin anoche.
Aparté la mirada, tratando de no perder la cabeza. Tomé una
respiración profunda, y dije con tanta calma como pude. —Esto no tiene
por qué ser un gran problema.
Se tomó un momento para contestar, y me pregunté si esperaba a
que lo mirara. Si así era, él estaría esperando un rato.
—Tienes razón. Los dos somos adultos. Podemos olvidar lo que pasó.
No había manera de que yo pudiera olvidar lo que pasó. Pero
podría fingir.
Podría actuar.
—Correcto. —Asentí.
Me volví para salir, pero su voz me detuvo.
—¿Cómo está tu gato?
—¿Qué gato? ¡Oh! MI GATO. El gato... que es mío. Oh, ella está... —
Yo había dicho que era mujer, ¿Verdad?—. Está bien. Toda maullando y
ronroneando y otras cosas de gato.
Dios, ¿Por qué la puerta tenía que estar tan lejos?
Seguí caminando, diciendo mis últimas palabras por sobre mis
hombros.
—Tengo que ir a clase. Te veré el miércoles supongo, está bien,
¡Adiós!
Aceleré, saliendo por la puerta, por el pasillo, hacia el ala de arte,
más allá del salón de clases de cerámica, y hacia el cuarto de baño
inutilizado, que nadie usaba. Entonces me hundí hasta las rodillas (en el
PISO DEL BAÑO. Claramente, yo estaba angustiada porque... TORPE).
Me concentré en no hiperventilar. Sólo yo podría tener un romance
con un maestro de forma accidental. Sabía que una cosa era segura. No

había manera en el infierno de que yo fuera a ir mi siguiente clase.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ir a todos los Libros