9
Traducido por Max
Escritora Solitaria
Corregido por Zafiro
o juro había tanta incomodidad en el aire, que se
sentía casi
sólido.
Mi cara estaba presionada contra la mesa en la
sala de
estudiantes, mientras que Kelsey trataba de
inflarme con
papas fritas y otros carbohidratos maravillosos.
Ella me dio unas palmaditas en la espalda a
medias. No había nada
ni remotamente maternal en Kelsey, pero al menos
estaba tratando. —
Estás exagerando, Bliss. Lo única cosa que sentía
en el aire era la tensión
sexual. Quiero decir, él no te miro a menudo,
pero cuando lo hizo... ¡Hola!
¡Desmayo!
—No hay manera de que pueda sobrevivir a un
semestre en esa
clase.
—Eso es ridículo. Eres una actriz. Los actores
duermen entre sí todo el
tiempo, y luego siguen adelante. Demonios… ¿No te
acuerdas del primer
año de carrera cuando no querías salir con Dom en
esa escena, y Eric los
envió a la otra habitación y les dijo que se
besaran hasta que ustedes
estuvieran cómodos uno con el otro?
—¿Por qué traes a colación lo que es, hasta el
día de hoy, el
segundo momento más humillante de mi vida?
Ella rodó los ojos. —Porque lo superaste.
—Nunca me olvidaré de haber tenido la lengua de
Dom en mi
garganta. Aún puedo sentir el asqueroso sabor.
—Vas a estar bien, Bliss. Son cinco meses. Y sólo
tienes que verlo
durante tres horas a la semana. Habrá terminado
antes de que te des
cuenta. Luego, puedes saltar sobre sus huesos una
vez más antes de viajar
por el mundo conmigo.
—Hay tantas cosas locas en esa declaración que ni
siquiera sé por
dónde empezar.
L
—Vas a comenzar por comer, o vamos a llegar tarde
a Dirección.
Gruñendo, empujé unas cuantas papas fritas en mi
boca para
calmarla.
Hurgó en su bolso para buscar su teléfono, pero
sus manos se
cerraron en torno a algo más. —Oh, lo olvidé.
Tengo analgésicos...
¿Quieres alguno?
Tragué saliva y dije: —¿Por qué querría eso?
Ella arqueó su cabeza hacia un lado —¿No tienes
dolor después de...
tu sabes... enloquecer?
Estúpida Bliss. Tan loca y estúpida.
—¡Oh! Oh, cierto. No, no, estoy bien. Tomé un
montón esta mañana.
Estoy bien, gracias.
—Qué chica.
Avancé por el resto del día en piloto automático,
lista para volver a
casa y meterme en el capullo de olvido que es el
sueño. Ni siquiera me
molesté en quitarme la ropa antes de caer en la
cama.
Mi teléfono me despertó unas horas más tarde. Era
Cade.
—Hola nena. ¿Estás lista para pasar el rato?
Miré con ojos empañados al reloj. PM. Eran sólo
las 7 en punto.
Bostecé. —Sí... claro. ¿Qué tienes en mente?
—Bueno, yo estaba pensando…
—No beber —lo interrumpí—. No puedo manejar
ninguna bebida.
Se echó a reír. —¿No hay pelo de perro para ti9?
Bien... Lindsay
tocará esta noche en Grind. ¿Qué tal suena el
café?
Volví a bostezar. Lindsay era una compañera de la
clase de teatro.
Una noche escuchando su música sería simple y
suave. Exactamente lo
que necesitaba. —El café suena perfecto.
Cuando salí 20 minutos después, mi cabeza osciló
de un lado a otro,
paranoica de poder encontrarme con Garrick.
Cuando estuve segura de
que no había nadie alrededor, corrí al
estacionamiento y subí al golpeado
y viejo Honda de Cade.
Me saludó con una sonrisa. Resistí a la tentación
de mirar hacia atrás
en la dirección del apartamento de Garrick.
9Originalmente hair of thedog, es una frase que la
gente utiliza cuando se toma una copa
pequeña de alcohol para aliviar o curar la
resaca. Esto se hace generalmente por la
mañana después de una borrachera.
—Olvidé mencionarte antes, que te veías bien hoy.
Quiero decir,
menos que la encantadora resaca de calidad. Nunca
usas faldas en clase.
Quería decir: ¡Sólo conduce ya! Pero eso habría sonado loco, incluso
para mí. Así que respondí: —Oh, me quemé la
pierna, y no tengo que usar
ropa apretada sobre ella.
—¿En serio? —Preguntó—. ¿Qué pasó?
No podía decirle exactamente la verdadera razón.
Porque entonces
él querría saber de quién era la motocicleta en
la que había estado y por
qué había estado en ella y bla, bla, bla.
—Oh, me quemé con mi plancha.
—¿Te quemaste la pierna con tu plancha? ¿Qué tan
largo es el vello
de tus piernas?
Pensarías que después de todas las mentiras que
había dicho en las
últimas veinticuatro horas sería un poco mejor en
eso. Estarías equivocado.
—Ja, ja. ¡Tan gracioso! —Hice una mueca—. La hice
caer de la
encimera, rufián, y me dio en la pierna.
Yo jugaba con la ventilación de aire
acondicionado a pesar de que
apenas funcionaba en su pedazo de coche chatarra.
—Solo no dejes caer el café en ti misma. O mejor
aún... toma un café
helado.
Le dije: —Sí, sí capitán.
Grind era una linda casita en el borde del campus
que se había
convertido en una cafetería hace unos años. En el
interior pedias el café, y
fuera había una terraza donde se organizaba
música en vivo casi todas las
noches. El interior estaba lleno. Envié a Cade
fuera para que encontrara
asientos, y le dije que obtendría las bebidas.
Ordené un café moka helado
para mí y un batido para Cade. Ni siquiera le
gusta el café, pero viene
aquí por mí.
Me paré en la fila durante 10 o 15 minutos, así
que para cuando me
dirigí afuera, no tenía ni idea de dónde estaba
Cade. Caminé entre las
mesas, asintiendo con la cabeza a la gente que
conocía, evitando el
contacto visual con aquellos que no. Capté con el
rabillo del ojo a Lindsay
en el escenario mientras se estaba preparando, y
ella sonrió.
Finalmente, vi de pie a Cade en una mesa cerca de
la parte
delantera. Era un lugar impresionante teniendo en
cuenta lo lleno que
estaba este lugar.
Me acerqué por detrás y codeé su espalda.
—Jesús, Cade, pensé que nunca te encontraría
aquí. ¿No podías al
menos haber enviado un mensaje de texto?
Cade me miró por encima del hombro, luego
envolvió su brazo
alrededor del mío, y tomó el batido de mi mano
izquierda.
—Lo siento, nena, estaba hablando y me distraje.
¡Mira quién es!
Me tira hacia delante, y ahí estaba Garrick.
Esta vez, no tuve la suerte de dejar el café. Así
que cuando vi a
Garrick, se deslizó de mi mano, y salpicó mis
pies.
Cade, con sus súper rápidos reflejos, lo esquivó
por poco, antes de
tenerlo todo en sus zapatos.
—Santa mierda, Bliss. Yo estaba bromeando sobre
el café helado,
pero me alegro de que me escucharas. Juro que no
solías ser tan torpe.
Yo todavía no podía hablar. Mis pies estaban
fríos y pegajosos. Y mi
cara se sentía demasiado caliente.
—Aquí —dijo Cade—. Siéntate, el Sr. Taylor dijo
que podíamos
compartir su mesa.
—Es Garrick, Cade. —Estoy segura de que se lo
había dicho a Cade
media docena de veces ya.
Cade no le hizo caso y se volvió hacia mí. —Voy a
correr dentro y
conseguirte unas servilletas. ¿Quieres otra
bebida?
—No, no. Estoy bien, Cade. Tú quédate. Iré a
limpiarme.
—Olvídalo. Te gusta la música de Lindsay mucho más
que a mí.
Todas esas cosas de “ser el cambio” y “chicas al
poder”. No quiero que te
lo pierdas. Siéntate. —Esta vez, sus manos sobre
mis hombros me
empujaron hacia abajo hasta que mi trasero golpeó
el asiento. Entonces
se fue, y me quedé a solas con Garrick de nuevo.
—¿Qué estás haciendo aquí? —Mi pregunta salió
enojada.
En comparación, él estaba dulce y tranquilo, y
posiblemente un
poco triste. —Mi Internet todavía no está
conectado en el apartamento, y
tenía que revisar mi correo electrónico. Me puedo
ir, si lo deseas.
SÍ.
—No —suspiré—. No voy a sacarte corriendo.
Desearía que no nos
hubieras invitado a sentarnos contigo.
—Bueno, Cade no dijo que estaba aquí contigo.
Sólo estaba
tratando de ser amable.
—Lo siento... es que... esto es incómodo. Cade no
sabe…
—…No voy a decirle, si es eso lo que te preocupa.
Me gustaría
conservar este trabajo, y además, tu vida
personal no es asunto mío. Lo
que pasó entre nosotros se acabó.
Su voz se endureció mientras hablaba. ¿Acabó?
¿Por qué se siente
como un puñetazo en el estómago? Tenía los
dientes apretados, dibujé
con mis ojos la línea fuerte y suave de su
mandíbula.
—Te afeitaste —le dije. Evidentemente... sin
filtrar.
Su mandíbula se aflojó, y él me miró con
confusión. —Uh, sí, lo hice.
Nos sentamos en silencio, y no podía a dejar de
mirarlo. Sus ojos eran
azules como el agua del océano, y sin el desaliño
parecía más joven,
menos robusto sexy y más el caliente chico de al
lado.
Sus ojos se posaron en mis labios, y me di cuenta
de que me estaba
mordiendo el labio inferior. Dios, quería besarlo
de nuevo.
Salté de mi asiento —Esta fue una mala idea. Me
voy. Dile a Cade
que me enfermé o algo así.
Se puso de pie, también. —No, Bliss, espera. Lo
siento. No te vayas.
Yo... Mierda, no sé lo que voy a hacer. Me
sentaré aquí en silencio, y
ustedes dos me pueden ignorar completamente. Te
lo prometo.
En ese momento, Lindsay dio un paso hacia el
pequeño escenario
improvisado, y las luces se encendieron, y la
gente aplaudió.
Si yo iba a salir, tenía que hacerlo ahora. Si me
levantaba en medio
de la canción, Lindsay me vería y estaría
enojada.
Así que, en contra de mi mejor juicio, me senté
de nuevo.
Garrick mantuvo su promesa, y mantuvo sus ojos
pegados a la
pantalla. Me senté en silencio mientras Lindsay
hizo su prueba de sonido, mi
cuello se tensó con fuerza por resistir mirarlo.
Cade llegó de nuevo exactamente mientras Lindsay
estaba dando
su introducción.
—Hola —Susurró. —Randy estaba en un transporte
escolar, y me
prestó una toalla. Pensé que sería mejor que un
montón de servilletas.
Luego levantó uno de mis pies pegajosos en su
regazo, me quitó el
zapato y empezó limpiando mi pierna con la toalla
húmeda. Me reí
cuando pasó una sección particularmente delicada.
Oí a Garrick dejar de escribir.
Por puro instinto, lo miré, pero él estaba
mirando a Cade... y a mis
piernas. Me aclaré la garganta y tiré mi pie
hacia atrás. Tomé la toalla de
Cade y dije: —Gracias, creo que puedo hacerlo. No
confío en que no me
hagas cosquillas.
Garrick regresó a su ordenador, Cade se centró en
Lindsay, y yo
agaché la cabeza para echar un vistazo más de
cerca a mis pies. Cuando
estaba segura de que no me veían, apreté los ojos
cerrados y deje
escapar un grito silencioso. Un grito real me
haría sentir mejor, pero tomaría
lo que pudiera conseguir.
Reconocí algunas de las primeras canciones de
Lindsay, después de
haberlas oído tocar en varias ocasiones, tanto en
el escenario y en la sala
de espera durante los ensayos y entre clases.
Tenía un gran sonido crudo,
acústico, y sus letras eran siempre algún tipo de
comentario social,
llamando a la gente en sus mentiras. Es por eso
que cuando ella se inclinó
hacia el micrófono y presentó su siguiente
canción, yo estaba tan
increíblemente sorprendida.
—La siguiente es algo diferente para mí. El
encantador propietario
de este establecimiento —ella señaló a un lado—.
Saluden a Kenny. — Él
miró a la fuerza, pero ondeó la mano—. De todos
modos... Kenny me pidió
que tocara al menos una canción que no fuera...
¿Cómo lo dijiste, Kenny?
Amarga o política, creo que es lo que dijo. Y ya
que soy incapaz de escribir
algo así, estoy cantando una canción escrita por
un amigo mío, que desea
permanecer en el anonimato. Se llama: Resistir.
La canción abrió con suavidad, con una simple
progresión de
cuerdas, similar al sonido normal de Lindsay.
Luego dio vuelta, se convirtió
en triste, apasionada, casi desesperada. Ella
cantó... y deseé haberme ido
cuando tuve la oportunidad.
No importa qué tan
cerca, tú siempre estás demasiado lejos
Mis ojos se sienten
atraídos donde quiera que estás
Las tranquilas conversaciones que habían estado
ocurriendo antes
pararon. Fue un cambio tan dramático que todos
los ojos estaban fijos en
ella. Pero podría jurar que sentí un par de ojos
en mí.
Estoy cansado de la
forma que ambos pretendemos
Cansado de siempre
querer y nunca ceder
Puedo sentirlo en mi
piel, lo veo en tu sonrisa
Somos más. Siempre
lo hemos sido.
Piensa en todo lo
que hemos perdido.
Cada caricia y cada
beso.
Debido a que ambos
insistimos.
Resistimos.
Su mirada era este peso físico presionando contra
mi piel. Mi corazón
latía rápidamente en mi pecho y mi respiración
llegó más corta. No quería
resistir. No podía evitarlo. Lo miré.
Aguanta la
respiración y cierra los ojos
Distráete con otros
hombres
No son ninguna
sorpresa, tus suspiros derrotados
¿No estás cansada de
las mentiras?
Pero él no me miraba. No estaba escribiendo, pero
sus ojos estaban
fijos en su computador, y parecía...
inconsciente. ¿Era sólo yo? ¿Estaba
imaginando todo?
Piensa en todo lo
que hemos perdido.
Cada caricia y cada
beso.
Debido a que ambos
insistimos.
Resistimos.
No importa qué tan
cerca, tú siempre estás demasiado lejos
Mis ojos se sienten
atraídos donde quiera que estás.
De repente, yo no quiero estar más aquí. No podía
estar cerca de él.
Iba a volverme loca. Fue una estupidez... incluso
más estúpido de lo que
habría sido tener una aventura de una noche, pero
me gustaba. A él no le
gustaba Shakespeare, y manejaba una motocicleta,
y era mi maestro...
pero me gustaba.
Ya he terminado. No
voy a ignorarlo.
No voy a pretender o
resistir.
Quiero más.
10
Traducido por Monikgv
Corregido por Zafiro
indsay terminó los últimos acordes, y luego sacó
la lengua y
dijo—: Deprimente. ¿Feliz, Kenny?
Cade se rió y dio un fuerte grito. La multitud
comenzó a
aplaudir y silbar. Traté de levantar mis manos
para unírmeles,
pero pesaban como plomo en mi regazo.
Miré a Garrick, y esta vez estaba mirándome. Sus
ojos eran oscuros, y
cuando nos conectamos, él no hizo ningún esfuerzo
en apartar la mirada.
Tal vez no había estado imaginando su mirada
antes. Nos miramos el uno
al otro mientras los aplausos se calmaban, y por
primera vez en mi vida
realmente entendí lo del “corazón latiendo
fuera de tu pecho” porque se
sentía como si algo dentro de mí estuviera
desesperado por salir.
Antes de volverme loca, aparté mis ojos, me puse
de pie, y tiré del
codo de Cade.
—Oye, ¿Qué pasa? —Era muy bueno leyéndome, y vi
como sus ojos
pasaron de entretenidos a preocupados—. ¿Está
todo bien?
—Sí, claro. Es sólo que estoy cansada. ¿Puedes
llevarme a casa?
—Claro, por supuesto. —Presionó una de sus manos
en mi mejilla
como si fuera mi madre checando mi temperatura.
Casi no quitó sus ojos
de mí mientras decía—: Gracias por dejarnos
compartir su mesa, Sr. Taylor.
Nos vemos el miércoles.
—Es Garrick, Cade, por favor. Que los dos tengan
una buena noche.
Garrick sólo miró a Cade cuando habló, lo cual
probablemente fue
lo mejor. Con un brazo alrededor de mi hombro,
dejé que mi amigo me
llevara fuera del arco junto a la propiedad que
llevaba hasta el
estacionamiento.
Nunca había estado tan agradecida de subirme a un
auto oxidado
que olía ligeramente a aceite y queso. Cade se
subió junto a mí. —¿Estás
segura de que estás bien?
L
—Sí, lo prometo, sólo estoy cansada.
—Bueno. —No se veía convencido—. Vamos a llevarte
a tu casa
entonces.
Giró la llave, y nada pasó. Sin motor, sin luces,
nada.
—Oh… mierda.
—¿Qué? —pregunté—. ¿Qué significa eso?
—Significa que mi auto es un pedazo de mierda.
Giró la llave de nuevo, y cuando nada pasó,
golpeó con su palma el
volante. Puse mis piernas sobre el asiento e
incliné mi cabeza sobre mis
rodillas.
—Espera un segundo. —Cade se bajó del auto, y
abrió el capó. Me
quedé acurrucada en el asiento tratando de borrar
mentalmente las
últimas veinticuatro horas de mi cerebro. En
algún momento, entre analizar
cada mirada que me había dado Garrick esta noche
y planear qué diría y
cómo actuaría en nuestra próxima clase, debí
haberme quedado
dormida.
La siguiente cosa que supe fue que Cade estaba
sacudiéndome
para despertarme, y el auto definitivamente
seguía sin encender.
Me froté los ojos, y me bajé del auto.
—Lo siento, creo que estaba más cansada de lo que
pensaba.
—Escucha, no podemos encender el auto, y hemos
intentado todo
lo que se nos ocurre.
Mi cerebro no registro el “nosotros” hasta que el
capó comenzó a
bajar, y Cade seguía de pie a mi lado.
Y por supuesto, allí estaba Garrick de nuevo.
Porque el mundo no
podía hacer nada fácil para mí.
—Incluso intentamos encenderlo usando la
motocicleta del Sr. Taylor.
—Ya te dije, es Garrick, Cade.
—Sí, sí, ya se. Así que de todos modos, como no
vivo muy lejos…
Oh, señor. No. Por favor no. Cade era un
Residente Asistente en uno
de los dormitorios, lo que significaba que podía
caminar hasta él. Yo, por
otro lado, vivía a unos kilómetros del campus.
—Le pregunté al Sr. Taylor, y dijo que puede
llevarte a tu casa.
Resulta que ustedes incluso viven en el mismo
complejo de apartamentos.
—No me digas. —Traté de convertir mis dientes
apretados en una
sonrisa—. Eso es lindo de parte de él, pero puedo
llamar a Kelsey para que
venga por mí. No es gran cosa.
—Pero los dos van hacia el mismo lugar… —La
confusión en Cade
era encantadora, pero en cierto modo yo quería
darle una patada en la
espinilla.
—Sí, pero…
—Bliss —interrumpió Garrick. Dios, nunca me voy a
cansar de
escucharlo decir mi nombre con su delicioso
acento—. Está bien. En serio.
No me molesta, y vas a estar en casa en un
minuto. Te lo prometo.
Me miraba como si esto fuera lo más casual del
mundo. Como si
tener mis brazos rodeándolo mientras conducía estuviera
totalmente bien.
Como si yo no tuviera aún un vendaje en mi pierna
de la última vez que
estuve en esa motocicleta.
Cade bostezó. Se veía tan cansado como me sentía
yo. Sabía que si
insistía con el tema, y quería esperar a Kelsey,
él esperaría conmigo.
Froté mis ojos, y tomé un respiro profundo.
No fue lo suficientemente profundo.
—Está bien, está bien. Gracias… Sr. Taylor. Te
veré mañana, Cade.
Cade sonrió, ajeno a mi tormento, y dijo:
—¡Genial!
Me dio un rápido beso en la frente, dijo buenas
noches a los dos, y
luego corrió al otro lado de la carretera y
dentro del campus.
Ni siquiera me molesté con lo de calmar mis
respiraciones esta vez.
Sabía que no ayudaría. Enderecé mis hombros, y me
di la vuelta para
mirarlo.
Él me miró por un segundo, con el ceño fruncido,
y luego me dijo: —
Tú no puedes llamarme
Sr. Taylor.
A pesar de la tensión entre los dos, me reí.
Realmente era ridículo…
considerarlo. —Está bien… Garrick.
No había una buena manera de hacer esto, así que
sólo me dio el
casco, y subió a su motocicleta. No tenía que
decirme que tuviera
cuidado con el tubo de escape mientras me subía,
pero lo hizo de todos
modos.
Esta noche llevaba una chaqueta ligera, un frente
frío (o bueno…
tan frío como lo es en Texas) acababa de llegar.
Me agarré a la chaqueta
en lugar de su cintura. El viaje fue aún más
aterrador sin algo más sólido de
que sostenerme, pero me negué a envolver mis
brazos a su alrededor.
Sobre todo, porque no estaba segura de que
tendría la fuerza de voluntad
para desenvolverlos si lo hacía.
Cuando llegamos, me bajé de la motocicleta en
segundos. Creo
que dije adiós. Honestamente, estaba tan asustada
que sólo salí huyendo.
Y él me dejó. Cuando me deslicé dentro de mi
apartamento, arriesgué una
mirada hacia atrás. Aún estaba en la motocicleta,
y después de un
segundo, empezó a subir y se fue. Lo vi irse,
luchando contra el loco
impulso de seguirlo.
No importa lo que yo estaba sintiendo… no podía
haber nada entre
nosotros.
***
Miércoles, permanecí en la sala de espera hasta
el último minuto, así
la clase estaría ya llena para el momento en el
que yo llegara. Tenía mi
fotografía y mi currículum conmigo como se pidió,
y tomé asiento junto a
Cade, por lo que había alrededor de una docena de
personas entre
Garrick y yo.
Cerca de un minuto después de las nueve, Garrick
pidió orden en la
clase.
—Muy bien, entonces. Como dije el lunes… no vamos
a perder el
tiempo. Vamos a saltar al meollo de las cosas.
Hoy, van a hacer audiciones
simuladas usando frías lecturas de Un Tranvía Llamado
Deseo de Tennessee
Williams. Si no lo han leído, deberían estar cuestionando
su carrera justo en
este momento. Los he dividido en parejas. Las
asignaciones junto con la
parte que estarán leyendo, están en la mesa a mi
izquierda. Los enviaré
fuera y tendrán diez minutos para prepararse
antes de que llame al primer
grupo. Notarán que la escena que he escogido de
la obra es la escena
que lleva hasta el momento culminante, donde
Stanley viola a Blanche, la
hermana de su esposa.
—Amigo, ¿Él la viola? —Ese sería Dom, obviamente
uno de los que
deberían reconsiderar su carrera.
—Sí, Dom. Ahora, la dificultad de las audiciones,
es que a menudo
deben representar escenas culminantes, sin el
beneficio de tener una
actuación completa para crear ese momento. Van a
hacer esto
emocionalmente ciegos. Los momentos antes de
audicionar son
extremadamente importantes. Tienen diez minutos
para encontrar una
conexión con su compañero y con su personaje.
¡Buena suerte!
Él dio un paso al lado, y era como el viernes
negro en Walmart
mientras los actores corrían a la mesa, tratando
de tomar un papel y
averiguar quién era su pareja. Yo no me sentía
con ganas de saltar entre la
multitud, pero Kelsey me tomó del codo y no me
dio muchas opciones.
Tomé mi parte, reconociendo la escena. Garrick no
bromeaba sobre
empezar justo en el clímax. Blanche es
extremadamente loca. Le eché un
vistazo a mi hoja de asignación y a que no lo
sabes… Estaba emparejada
con Dom.
Presioné mi mano contra mi frente, un latido
sordo comenzando justo
por encima de mi ojo izquierdo. Dom colocó un
brazo sobre mi hombro un
momento después.
—Que te parece Blissful, estamos juntos de nuevo.
Moví mi hombro para quitar su brazo y caminé
hacia la puerta. —
Vamos a terminar con esto, Dominic.
Cuando salí del teatro, las parejas estaban
acampadas en varios
lugares a lo largo del pasillo. El único lugar
que quedaba estaba
directamente en frente de las puertas del teatro,
lo que casi garantizaba
que seríamos el primer grupo elegido. Eso
significaba que tendríamos
menos preparación que los demás. La idea me hacía
sentir que iba a tener
urticaria, pero claramente el mundo estaba contra
mí hoy. Lo que sea, al
menos saldría de clases temprano.
—Muy bien, Dom, vamos a ver lo que tenemos.
Pasé la mayor parte de los diez minutos
explicándole la obra y la
escena a Dom. Él era uno de esos chicos que
tenían un buen aspecto y
que era bastante bueno actuando como el total
idiota con exceso de
confianza (principalmente porque él era un total
idiota con exceso de
confianza), pero eso era todo.
—Entonces, mi tipo está borracho, ¿Verdad?
—Sí, Dom.
—Genial. ¿Y tú estás loca?
Suspiré. —Bueno, algo así. Estoy un poco
delirante, y tú destruyes ese
delirio.
—Genial. Luego te ataco.
Rodé mis ojos. ¿Cuál era el punto?
—Sí, claro. De todos modos, voy a abrir escena
sentada en una silla,
y tú entrarás por el lado izquierdo del
escenario, ¿De acuerdo? No puedo
imaginar que él nos haga hacer toda la escena
porque es un poco larga.
Y eso fue todo para lo que tuvimos tiempo porque
la puerta se abrió
y los ojos de Garrick cayeron sobre mí. —Bliss,
Dom, ¿Están listos?
Dom tiró de mí para ponerme de pie en contra de
mi voluntad, y
dijo: —Claro que sí, Garrick.
Lista, era exactamente lo contrario a como yo me
sentía. Odiaba no
estar preparada.
Garrick tomó nuestras fotografías y currículums y
los miró en silencio
durante un minuto. Tomé una silla y la moví hacia
el centro del salón y me
senté. Doblé mi guión para que el papel no fuera
demasiado grande y
difícil de manejar. Él hizo que nos presentáramos
como si nunca lo
hubiéramos conocido, y luego nos dio permiso de
comenzar.
La escena abría con Blanche vestida con todas sus
mejores ropas
(incluyendo una tiara) hablando con pretendientes
imaginarios en una
fiesta imaginaria.
Me tomó unos segundos entrar en escena porque mis
propios
sentimientos de temor y malestar eran lo
contrario a la feliz ignorancia de
Blanche. Pero una vez que lo logré, fue fácil
bloquear el salón a mi
alrededor y dejarme llevar por su risa, sus
sueños y sus ilusiones. Cuando
Dom se contoneó dentro del espacio, tuve que
admitirlo, hizo un genial
Stanley. A pesar de no saber absolutamente nada
sobre la obra, exudaba
el carisma de Stanley, su absoluto desprecio por
Blanche.
Utilicé mi incomodidad sobre la situación con
Garrick, dejando que
se filtrara y dirigiera hacia Dom. Después de
otra media página, Garrick nos
detuvo.
—Bien, bien. Bliss, comenzaste un poco insegura,
pero estuviste
genial al final. Dom, creo que tienes una
comprensión muy buena de
Stanley. —Resistí la urgencia de rodar mis ojos—.
Pero… no estoy sintiendo
tanta conexión de tu parte como la siento con
Bliss. Ella es consciente de ti
todo el tiempo, ajustando sus movimientos a los
tuyos. Necesito verte
reaccionar un poco más. Vamos a saltar justo a la
escena antes de que
vuelvas a entrar al baño. Empezando con Blanche
llamando a Western
Union, y vamos a ver si realmente podemos
concentrarnos en conectarnos
unos con otros.
Asentí, moviéndome hacia el lado opuesto del
espacio donde había
planeado colocar mi teléfono imaginario. Él había
escogido posiblemente
la parte más difícil de empezar para mí. Nos
saltamos justo la parte en la
que Stanley despedaza el bonito y perfecto mundo
que yo había soñado,
y tenía que transmitir el mismo miedo y paranoia
de cualquier manera.
Cerré mis ojos y respiré profundo.
Miedo. Paranoia. ¿Cómo me sentiría si alguien se
enterara sobre
Garrick y yo? O si él se enterara de que soy
virgen. Diablos… ¿Cómo me
sentía justo antes de detenernos de tener sexo?
Eso era miedo y paranoia
en su máxima expresión.
Sintiéndome un poco más confiada, abrí mis ojos e
hice la
pantomima de agarrar el teléfono. Como aún tenía
que sostener mi guión,
tuve que olvidar lo de la pantomima de agarrar el
auricular y sólo
pretender que hablaba por el. Di un grito ahogado
en el teléfono,
preguntando por un operador.
El miedo se sentía tan real que las lágrimas
presionaban en mis ojos
sin ningún esfuerzo de mi parte. Yo balbuceaba,
el pánico crecía y
ahogaba mis palabras.
Mi voz se quebró entre mis llamadas de auxilio.
La sensación de estar
atrapada llegó demasiado fácil. Era sofocante.
Escuché a Dom caminar detrás de mí, y me congelé.
Me aparté y él
se interpuso entre la puerta imaginaria y yo. Me
miró de reojo, y no tuve
que fingir la repugnancia que sentía.
Traté de salir, y dio un paso en mi camino. Le pedí
que me dejara
pasar, pero se quedó donde estaba. Riendo,
comenzó a deslizarse hacia
mí, y sentí los latidos de mi corazón saltar un
poco.
Me deslicé fuera de mi personaje sólo un momento
para pensar que
estábamos haciendo un trabajo realmente bueno. Mucho
mejor del que
pensé que haríamos. Entonces el rostro sonriente
de Dom entró en mi visión
y estaba de vuelta en el personaje.
Traté de huir de él, pero seguía viniendo, aún
riendo. Luego sus
manos se cerraron alrededor de mis brazos,
tirando de mí hacia él y contra
él.
Luché, retorciendo todo mi cuerpo para tratar de
alejarme.
Me atrajo hacia si, apretando fuerte, tan fuerte
que realmente dolía,
y un pequeño escalofrío de malestar se arrastró
hasta mi espina dorsal.
Su rostro estaba justo contra el mío, así que
sentía el calor de su
aliento contra mi piel. Se suponía que yo me
desmoronara, derrotada, y él
me llevaría fuera del escenario para la escena de
la violación, pero no fue
como las cosas realmente pasaron.
Dom dejó caer su guión, me agarró por el cuello y
me arrastró hacia
delante en un beso.
Sorprendida, lo empujé con mi mano libre, pero él
siguió haciéndolo,
sin darse cuenta de que era yo quien protestaba,
no Blanche. Lo empujé y
me retorcí, pero él era muy fuerte, y sus labios
estaban presionados contra
los míos tan fuerte que no podía decir nada para
que se detuviera. Me
estaba preparando para mi último movimiento de
protesta, una rodilla
rápida a sus genitales, cuando Dom fue apartado
de mí.
Tomé aire, y vi a Garrick, que estaba hirviendo, soltando
uno de los
brazos de Dom que había retorcido en un ángulo
extraño.
—¿Dónde exactamente en este guión viste esa
particular dirección
de la escena, Dominic? —preguntó Garrick, su tono
mortalmente tranquilo.
No estaba perdiendo mi tiempo con preguntas
lógicas. Volé hacia
Dom, empujándolo hacia atrás.
—¿Qué demonios fue eso, Dom? La escena de la
violación ocurre
fuera del escenario, ¡Idiota!
Me agarró las muñecas cuando lo iba a empujar de
nuevo.
—Oye, estaba tratando de conectar. Estaba
improvisando, eso es lo
que los actores hacen.
La mano de Garrick cayó sobre el brazo de Dom, y
lo apretó un
poco más fuerte de lo que probablemente era
apropiado. Dom soltó mi
muñeca inmediatamente, y yo me aparté.
—Sea como fuere —comenzó Garrick—. Los actores
también se
respetan mutuamente. A menos que quieras ser
acusado de acoso, debes
de acordar algo como eso con tu compañero antes
de hacerlo. —Pude
ver la fachada tranquila de Garrick quebrarse—.
Ahora vete. Puedes
retirarte.
Pude ver que Dom estaba furioso. Me lanzó una
mirada mordaz, y
abrió la puerta con tanta fuerza que golpeó
contra la parte exterior de la
pared. Yo no podía tener un sólo descanso esta
semana. ¿Estaba el
mundo lanzando mierda a todos los demás o sólo a
mí?
Hubo un toque ligero como una pluma en mi brazo,
y luego Garrick
estaba frente a mí, sujetando mi brazo en sus
manos. Un moretón ya se
estaba formando donde Dom me había agarrado
durante la escena.
Garrick se pasó una mano por su rostro, y luego
me miró. Dijo: —
Probablemente pude haber manejado eso mejor.
No me di cuenta de que mi cabeza estaba a punto
de estallar hasta
que me eché a reír, y el movimiento envió un
dolor que rebotó a través de
mi cabeza. Cerré mis ojos por instinto. Los dedos
de Garrick rozaron a lo
largo de mi mandíbula, enviando un temblor de
escalofríos a través de mi
piel por donde nos tocamos. Mantuve mis ojos
cerrados, porque mientras
estuvieran cerrados yo no estaba haciendo nada
malo, ¿Verdad? Pero si
los abría, y miraba a su hermoso rostro y miraba
esos labios… estaría
cruzando hacia un territorio completamente
diferente que estaba
definitivamente mal, mal, mal.
Un susurró. —Bliss… —fue toda la advertencia que
tuve antes de que
sus labios estuvieran en los míos.
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