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Cora Carmack - Losing it Cap.11 y 12

11
Traducido por Jo &Vane-1095
Corregido por Mel Cipriano.
Pensé cuán mala era la idea del beso exactamente tres
segundos antes de dejar de pensar en todo junto. Su lengua
se deslizo en mi boca, buscando, furiosa y demandante. Era
pasión en su forma más cruda. Yo siempre había pretendido
la química cuando los directores hablaban sobre los actores teniéndola
juntos en un escenario, pero ahora la tenía. Lo que sea que pasó cuando
me tocó fue como una reacción química, las moléculas cambiando,
desplazándose, y desprendiendo calor.
Dios, estaba tan caliente.
Carcajadas que reconocí como de Kelsey cortaron a través de la
neblina de mi mente, y me arrancaron de Garrick. Había otros estudiantes
fuera esperando para entrar. ¿Cuánto tiempo había estado allí sola con
él?
Dio un paso hacia delante para seguirme, y levanté mi mano.
—¡Detente! ¡Detenlo! ¡No puedes sólo hacer eso! ¡Dijimos que lo
olvidaríamos! ¡Lo dijiste, de hecho! ¡No puedes decir algo y luego hacerlo!
—Lo siento. —No parecía arrepentido. Parecía que quería hacerlo
de nuevo.
Negué con la cabeza y me moví hacia la puerta.
—Espera, Bliss, lo siento. No va a suceder de nuevo, ¿De acuerdo?
—Está bien. —Eso fue lo que dije, pero no se sentía nada bien. El
actuó como si yo no quisiera ese beso tanto como él lo hacía, pero ¡Hola!
¡Tenia tanto que perder aquí como él! ¿Por qué era yo la única pensando
en las consecuencias?
Salí para escuchar a Dom fanfarroneando con un par de chicos que
se habían reunido cerca de las puertas. —El tipo es un completo idiota.
Actuó como si hubiera estado tratando de violarla o algo así. Fue sólo un
beso. No es como si nosotros no lo hubiéramos hecho antes.
P
Rodé mis ojos. —Y de alguna manera fue incluso peor de lo que era
antes. ¿No se supone que mejoras con el tiempo, Dom? —Sus amigos se
rieron, pero escuché a Dom llamarme puta.
Seguí caminado. Tuve el tiempo suficiente para comprar la más
grande taza de café antes de que pudiera encontrar mi próxima clase.
El resto de la semana trascurrió sin incidentes, afortunadamente.
Garrick mantuvo su distancia, y tenía suficiente pasando para mantenerme
distraída. Habíamos obtenido nuestras asignaciones en dirección, lo que
significaba que era hora de apretarse el cinturón y leer lo que podría
encontrarse en escena. El viernes en Preparación de Egresados hablamos
acerca de nuestras audiciones, y él nos asignó un poco de lectura sobre la
Asociación de Equidad de Actores. Así que pasé la mayor parte del fin de
semana escaneando a través de todos los papeles que poseía (y la
mayoría de Cade), y leyendo el desglose más aburrido de la AEA
conocido del mundo.
La semana siguiente eran las inscripciones para nuestra primer
Audición de Escenario Principal este trimestre, y la siguiente la última para
mí. Si no me iba bien el viernes, sólo tenía otra oportunidad más para otro
show antes de graduarme. Había estado en el primer show del año, y en
otro escenario―logrado, pero nada desde entonces. Ya me habían
ofrecido ser Director de escena del último show del año, pero estaba
demasiado asustada para aceptar todavía, en caso de que no lograra
este papel. Dios, eso realmente empezaba a golpearme. Estaba a punto
de graduarme, y mi vida no se encontraba en ninguna parte cerca de
donde yo pensaba estar.
Cuando empecé la escuela tres años y medio antes, creía que para
ahora ya tendría un plan. Pensaba que sabría positivamente lo que quería
hacer y hacia dónde me dirigía. Y si era honesta… esperaba haber
conocido al chico con el que me casaría. Es decir, cada pareja casada
de la que sabia se había conocido en la universidad, y allí estaba yo a tan
sólo unos meses de distancia, y la idea del matrimonio en este momento
parecía demasiado absurda para mí.
No ayudaba la pregunta inmediata de mamá cada vez que
hablábamos. —¿Has conocido a alguien? —Me pregunté abiertamente
como reaccionaría ella si le dijera el estado actual de mi vida amorosa la
próxima vez que habláramos. Quizá se volvería loca. Quizá preguntaría
cuándo planeábamos casarnos, era difícil saber con mamá, a veces.
¿Cómo se pude decidir con quién pasar el resto de tu vida a esa
edad? ¡Ni siquiera puedo decidir qué quiero para la cena! ¡No puedo
decidir si quiero ser actriz, a pesar de que ya tengo 35.000 dólares en
prestamos estudiantiles que me decían que, segura como el infierno, mejor
ser actriz!
Al final de la semana de audición, la cosa con Garrick empezaba a
sentirse como “no es gran cosa”, me mantuve diciendo que lo era.
Llegaba a clase en el último minuto y usualmente era la primera en salir de
la habitación. Fiel a su palabra, él se mantuvo profesional en clases, lo que
realmente quería decir que sólo interactuábamos lo mínimo. Nunca lo vi en
el Grind de nuevo, y habíamos pasado mucho tiempo allí.
Él estaba en las audiciones, junto con otros miembros de la facultad.
Y ni siquiera su presencia podía frenar mi entusiasmo por este espectáculo.
Como actriz, estaba siempre cada vez mas atraída por los clásicos roles
contemporáneos (de ahí la obsesión por Shakespeare), y estábamos
finalmente haciendo un show Griego (bueno… una traducción de un
espectáculo Griego, de todos modos). Pero, al menos, tenía una gran
comprensión de mi personaje cuando hice la prueba. Claro, Fedra
codiciaba a su hijastro, no a su profesor, pero los sentimientos eran los
mismos.
No había querido tanto un papel en mucho tiempo.
Cuando llegó mi turno para entrar al teatro para las audiciones, me
sentía bien, confiada. Conocía mis líneas. Conocía mi personaje. Sabía lo
que era querer a alguien que no se puede tener. Y más que nada… sabía
lo que era querer y no querer algo, todo al mismo tiempo. Me serví hasta la
última gota de lujuria y miedo, la duda y la vergüenza en ese minuto y a
mitad de la actuación. Me abrí de una manera en que nunca lo había
hecho en la vida real, porque aquí… aquí podía desahogarme y tratar de
pretender que no se trataba de mí… Fingir que era acerca de Fedra. Era
más honesta bajo el calor de las luces de lo que nunca fui a la luz del día.
Y en cuestión de minutos todo había terminado, y estaba de vuelta
en la sala de espera, preguntándome si fue suficiente.
Cuando las audiciones terminaron, nos fuimos a celebrarlo. Se fijarían
las re-llamadas en la mañana, y esa seria una cosa totalmente nueva para
preocuparme, pero por ahora, estaba fuera de mis manos.
Todos juntos (en su mayoría alumnos de último y tercer curso),
tomamos una sección entera en StubleInn. Aunque estábamos en mesas
separadas, hablábamos cruzando la habitación de punta a punta y no nos
importaba a cuantas personas molestábamos.
Empezamos la noche con un trago de tequila, que era un poco
demasiado cerca de mi misteriosa noche aquí con Garrick, pero me
encogí de hombros. Estaba con amigos. Sería algo bueno para relajarse y
pasar el rato.
Yo estaba en la mesa con Cade y Kelsey, por supuesto. Lindsay
también se encontraba allí, junto a Jeremy, un lindo estudiante de
segundo curso con el que me había emborrachado el año pasado. Él se
había pegado mucho, después de entonces, pero estaba bastante segura
de que sabía que nada iba a suceder entre nosotros. Por estos días él
concentraba su mirada en nuestra hermosa, loca por sexo residente,
Kelsey. Luego estaba Victoria, que fácilmente habría podido pasar por
Kelsey, y la adorable Lindsay, quien tenía las tetas de Kelsey (y su
guarrismo), pero la actitud de Lindsay de odio-a-todo-el-mundo.
Finalizando la mesa estaba Rusty, quien era más o menos el reo de todas
las cosas al azar y divertidas.
Jeremy era el único demasiado joven para beber, pero la mesera ni
siquiera se molestó en revisar las identificaciones de toda la mesa. Ella miró
el ID de Cade, y luego sólo escaneó a los otros. Pedimos bebidas, comida,
y luego algo más de bebidas.
Me estaba sintiendo bastante bien para el momento en que la
charla rondó hacia las audiciones.
Fue Rusty quien rompió el hielo. —Así que… ¿Qué sobre esa obra del
incesto?
Rodé mis ojos. —No es incesto, Rusty. No están relacionados por la
sangre.
—No importa —se encogió de hombros—. Tengo una madrastra, y
cagaría mis pantalones si se me insinuara.
Kelsey rió. —Eso probablemente tiene más que ver contigo siendo
gay.
—He conocido a tu madrastra. Ella puede insinuárseme cuando sea
—dijo Cade.
Si fueran distintas personas, Rusty se habría enojado, tal vez
golpeado a Cade en el brazo… o en el rostro. En su lugar, se dieron los
cinco.
—En serio, sin embargo, ¿Cómo lo hicieron todos? —preguntóRusty—.
Yo apesté. Tendré suerte si obtengo el papel del soldado número dos o el
sirviente.
Kelsey se metió. —Mataría por interpretar a Afrodita. Quiero decir,
¿Quién más tiene los pechos para eso?
Victoria levantó su mano. —Um, ¿Hola? ¿Tus ojos no funcionan? —
Hizo gestos a su pecho.
—Vamos, ¿Siquiera quieres ser Afrodita?
—Infiernos, no —dijo Victoria—. Pero eso no quiere decir que mis
pechos no estén resentidos por que los ignoras.
Todos rieron. Jeremy generalmente se quedaba bastante callado
cuando estábamos todos afuera juntos. Supongo que podría ser difícil
seguirnos, considerando que hemos pasado cada momento despiertos
juntos, por los pasados cuatro años, y él era el nuevo en el grupo.
—¿Qué tal tú, Bliss? —preguntó Lindsay—. Todos sabemos que te
estás mojando con sólo pensar en esto.
Debí haberme sonrojado, si mis mejillas no estuvieran ya sonrojadas
por el alcohol.
—Pienso que fue bien. Yo sólo… realmente quiero ser Fedra, ¿Sabes?
Kelsey explotó riendo, y la pateé bajo la mesa.
Cade me sonrió. —¿Qué? ¿Estás deseando a algún miembro de la
familia que nunca he conocido?
Empujé su hombro, y él rió, envolviendo sus brazos alrededor de mí y
acercándome.
—Estoy bromeando, nena.
—Yo sólo… entiendo lo que es querer algo, pero tratar y forzarte a
realmente creer que no lo quieres. No significa que tenga que ser sobre el
amor. Es sobre querer algo que no puedes tener o algo que no crees que
te merezcas. Infierno, queremos los papeles que nuestros amigos tienen,
aún cuando son nuestros amigos y deberíamos estar felices por ellos. Nos
sentamos en el público y pensamos sobre cómo lo habríamos hecho.
Queremos lo que no podemos tener. Es la naturaleza humana.
Debo haberme alejado un poco. La mesa estaba en silencio cuando
terminé.
Hasta que Rusty dijo—: ¡Claramente no estás lo suficientemente
borracha! —Así que bebimos más, y nuestra comida llegó, luciendo
grasosa y gloriosa.
—Ustedes chicos se dan cuenta de que hay un tema muy
importante del que no hemos hablado. —Victoria levantó una ceja, y
continuó: —Profesor soy el sexo encarnado y probablemente podría
embarazarte con sólo mirarte.
La mayoría de los chicos alrededor de la mesa (menos Rusty)
gimieron, mientras que la mayoría de las chicas (menos yo), además de
Rusty, dijeron variadas formas de “¡Infiernos, sí!”
Victoria se abanicó. —En serio, ese primer día, cuando habló, creo
que sólo su acento casi me da un orgasmo.
Me quedé callada, y Kelsey también, enviándome una mirada
inquisidora.
Podía excusarme e ir al baño. ¿Parecería bizarro? No es como si no
hubiera tenido mucho para beber.
—Kelsey, ¿Por qué no me estás apoyando aquí? —preguntó
Victoria—. ¿Puedo sólo reclamarlo para tan pronto nos graduemos?
Intenté mantener mi rostro pasivo.
Kelsey sonrió. —Oh, sí, es lindo. Pero es demasiado cuidadoso y
apropiado para mí. Me gusta un tipo que sea más peligroso. —Le guiñó a
Jeremy, y estoy segura de que su mandíbula se hubiera separado si
hubiera caído más abajo.
—¿Qué? ¿Su motocicleta no es lo suficientemente peligrosa para ti?
—preguntó Cade.
—¿Tiene una motocicleta? ¡No sabía eso! —Me envió una mirada
acusadora como si estuviera traicionándola por no confiarle ese pedazo
de información.
—¿Qué pasó con él y Dom? —me preguntó Lindsay—. Dom todavía
esta alegando sobre cómo lo maltrató durante su audición.
La mano de Cade se deslizó desde la parte de atrás de la cabina
para rodear mis hombros, y me dio un rápido apretón.
—Dom es sólo un patán. El señor Taylor sólo lo alejó de mí, eso es
todo.
Rusty sonrió y nos apuntó a Cade y a mí: —Ustedes dos son tan lindos.
“Oh el señor Taylor esto y el señor Taylor aquello”. Creo que son los únicos
que todavía lo tratan como un profesor en lugar de un pedazo de carne.
Rodé mis ojos. Nunca lo había llamado señor Taylor en su cara, pero
se sentía raro hablar de él con otra gente y llamarlo Garrick. Sentía como si
pudieran ser capaces de leer todos los secretos en mi rostro, y sabrían
exactamente qué tan poco profesor lo consideraba.
Tal vez sí necesitaba ese momento en el baño después de todo.
Codeé a Cade, y salió de la banca, dejándome ir. Cada paso lejos de la
cabina, mi ansiedad se calmaba. Me quedaría lejos por unos minutos,
luego, cuando regresara, estarían en una completamente diferente
conversación, y todo estaría bien.
Estaba caminando por el bar cuando escuché mi nombre.
—¡Bliss!
Me giré, pero no vi a nadie.
—¡Bliss!
La voz estaba más cerca, y esta vez cuando vi el bar, lo vi —el Chico
Barista.
Sonreí, e intente parecer feliz de verlo. Pero honestamente… ni
siquiera podía recordar su nombre. Hubo muchas otras cosas que alejaron
mi concentración esa noche. Como siempre que pensaba en Garrick, mi
estómago giró y tuve que concentrarme para no perderme en los
recuerdos.
Cuando estábamos alejados de la barra, el Chico Barista dijo: —
Oye… espero que no sea extraño que recuerde tu nombre.
Lo era. Un poco.
—Prometo no enloquecer, si me perdonas por no recordar el tuyo.
Sus labios bajaron en un fruncimiento breve antes de que sonriera y
dijera: —Brandon.
—Cierto, Brandon. Por supuesto. Lo siento. Ha sido una larga semana.
—Bueno, déjame hacerla un poco mejor. —Sacó un vaso y me sirvió
un chupito de tequila—. Va por la casa.
Me sentí rara tomando el chupito sola, pero no podía rechazarlo. Así
que, le agradecí, me encogí de hombros, y lo bajé de un trago.
Me reí, no porque algo fuera gracioso, sólo porque parecía la cosa
correcta que hacer.
—Escucha —comenzó Brandon—, no quiero venir demasiado
potente, pero ¿Quieres salir alguna vez?
¿Quería salir con él? Más importante, ¿Quería acostarme con él?
A pesar de toda la locura con Garrick, todavía era virgen. Y todavía
deseaba no serlo. Aquí había otra oportunidad para arreglar eso… una
que no involucraba romper reglas de la universidad y arriesgar la expulsión.
Lo miré. Kelsey tenía razón; era lindo. Y definitivamente estaba interesado.
Intenté imaginarme cómo sería acostarme con él. Intenté
imaginarme quitándonos nuestras ropas, sus manos contra mi piel, sus
labios contra los míos. Intenté, pero cada imagen que conjuraba era de
Garrick haciendo esas cosas, no Brandon.
Demonios, ¿Por qué no podía sólo chasquear mis dedos y dejar de
ser virgen? ¿Por qué tenía que estar involucrado el sexo? Y ¿Por qué no
podía dejar de pensar en Garrick, pero me había retractado de tener sexo
con él?
¿Por qué mi cerebro se negaba absolutamente a tener sentido?
Brandon respondió su pregunta él mismo. —Supongo que eso es
probablemente un no. Usualmente lo es si toma tanto tiempo responder.
Sonreí, una tensa sonrisa de labios cerrados. —Lo siento. Pareces
agradable, pero sólo no estoy así de interesada… justo ahora. —Demonios,
siempre hacía eso. Apestaba en las confrontaciones, así que siempre
agregaba frases como “justo ahora.”
Brandon asintió. —Está bien. No te preocupes por eso. Yo, uh, mejor
vuelvo al trabajo.
No esperó por mi respuesta antes de caminar la longitud de la barra
para ayudar a un cliente en el final. Suspirando, hice mi camino al baño,
donde me tiré algo de agua en el rostro.
No ayudó al caos en mi cerebro, pero podía sentir el alcohol
cosquilleando en mi estómago y eso, al menos, me hacía sentir mejor con
el caos.
Volví a la mesa, donde otros dos chupitos me estaban esperando,
cortesía de Cade y, por fortuna, la conversación estaba en otro rumor que
no involucraba a Garrik. Para el momento en que tuvimos la siguiente
ronda, mi piel se sentía como una cálida manta y mi garganta dolía por
reír con cosas que podían o no haber sido graciosas realmente. Estábamos
todos lo suficientemente idos como para que nuestras conversaciones
recayeran en fragmentos, chistes internos, y risa.
—Estoy tan borracho —comenzó Rusty—, que sólo quiero sentarme
en mi auto y tocar acordeón hasta que esté sobrio.
Mi risa fue embarazosamente fuerte. —¿Tienes un acordeón?
—Infiernos, sí, lo tengo. ¿Quieres escucharme tocar?
—¡Por supuesto!
Dejé mi billetera con Cade, para que pudiera pagar por lo mío. Le di
un beso descuidado en la mejilla como recompensa.
—¡Oh! ¡Yo también! ¡Yo también! —chilló Kelsey. Le dio su billetera a
Cade también, con una palmada en la cabeza en lugar del beso, y Rusty
envolvió un brazo alrededor de ambas.
—¡Tomen nota, chicos! ¡Las chicas siempre aman a un hombre que
puede tocar un instrumento!
Lindsay bufó. —¡A tu instrumento ni siquiera le gustan las chicas,
Rusty!
—¡No quiere decir que a ellos no les guste!
Estoy segura de que el volumen en el bar bajó hasta la mitad
cuando nos fuimos, pero no pude notar la diferencia. Todavía sentía ruidos
en mi cabeza. Luego de unos pocos minutos, el resto del grupo se nos unió
afuera en el capó del auto de Rusty, donde estaba tocando su acordeón
y cantando una canción que dijo que era francesa (pero estoy bastante
segura que eran sólo tonterías).
No nos importaba realmente. Luego de unos minutos, todos nos
sabíamos las tonterías lo suficiente para cantar con él. Le dimos una
serenata a los clientes del bar mientras deambulaban a sus autos a las 2
AM. Cantamos en inglés y tonterías. Cantamos BritneySpears y Madonna y
el Fantasma de la Opera. Cade hizo un ridículo rap donde rimó tal vez, con
sarna. Y continuamos dando serenatas hasta que todos se habían ido, y el
dueño vino para decirnos que nos perdiéramos.
Todos estábamos demasiado borrachos para manejar, excepto tal
vez Jeremy, pero ninguno de nuestros autos era lo suficientemente grandes
para meternos a todos.
Así que en un capricho dije: —Vayamos a mi casa. Está como a
medio kilómetro de aquí, pero estoy segura de que tengo vodka en mi
refrigerador.
Así que con un grito de guerra de “¡Vodka!” salimos.
Iba a arrepentirme de esa noche después, pero entonces, sólo no
había querido que terminara.
12
Traducido por perpi27
Corregido por Melky2012
En algún lugar entre la barra y mi apartamento, perdí mis
zapatos.
Eran tacones bajos, pero estaban matando a mis pies igual
que siempre. Así que simplemente me agaché y me los quité.
—Guau, nena, ¿Qué estás haciendo?
Caí sobre Cade, riendo. Pensé que estaba borracho, ya había
pasado un rato... Realmente me había impactado. Yo estaba
posiblemente más ida de lo que alguna vez había estado.
—Los zapatos son estúpidos. ¿Por qué la gente los usa?
Él se rió. —Para no pisar un clavo y obtener el tétanos, es por eso.
—Usar. Cuando. Usar. Usaaaarrrrr.
Se echó a reír, así que me eché a reír, a pesar de que no tenía ni
idea de lo que era gracioso.
—Eres adorable. Ven aquí. Te voy a dar un paseo a casa, a cuestas,
para cuidar tus pies.
—¡Yay!
Me puse en cuclillas, y salté sobre su espalda. Con mis zapatos de
tacón en sus manos, se tambaleaba por el camino. Cuando entramos en
mi estacionamiento, yo estaba cantando una canción que decía algo así
como:
—¡Cade es mi héroe! ¡Zero to Hero!
—¿Qué quiere decir Zero? ¡Nunca fui un Zero!
—¡Cade es mi mejor amigo! ¡Un día vamos a estar en el West End!
—¡Su coche huele a queso! ¡Sólo quiero darle un apretón!
Rusty llamó: —¡Dale un apretón en privado!
—¡Y Rusty es un idiota! Y el viento en mi pelo huele ¡zas!.
E
Cade se rió. —¿No querrás decir los sonidos?
—¿Lo qué suena?
—No importa, se rió entre dientes.
Vi en mi apartamento salir la luz.
—Oh, mierda. He olvidado mi bolso.
—Yo lo tengo, nena.
—¿En serio? ¡Eres el mejor!
Le di un beso muy fuerte. Que había estado apuntando a su mejilla,
pero creo que aterrizó en algún lugar de su cuello.
En ese momento, oí gritar a Jeremy: —¡Oye, Mr. T! ¿Qué pasa?
—¿Hay un luchador aquí? —Le pregunté.
—No, es el señor Taylor.
Chillé, solté el hombro de Cade, y me incliné hacia atrás para mirar
sobre él. Al hacerlo, me hizo perder el equilibrio de su lado, y los dos caímos
al suelo, él encima de mí.
Gemí.
—¡Mierrrrda! Cade pesa mucho. ¡Mucho más de lo que pensaba! —
Gemí.
Me sentía a la deriva, mi mundo se mecía como si estuviera en el
mar.
Cade dijo: —Hey Mr. Taylor.
—Hola, Cade. ¿Estás bien?
—Por supuesto. —Se levantó sobre sus rodillas, y luego me levantó.
Cuando él trató de levantarme, tuve un buen vistazo de Garrick
mirándome fijamente. Su cabello era sexy y su sonrisa tan hermosa.
No era justo que él se viera tan bien.
Gemí y tape mis ojos.
—¿Por qué el mundo me odia?
Los dos se rieron, pero no era gracioso. EN SERIO. ¿Por qué el mundo
me odia?
—Vamos, nena —Cade trató de levantarme, pero mi cuerpo estaba
muerto.
—No creo que pueda soportar —le dije—. Me siento como un fideo
mojado.
—¿Ahora? —Apareció la cara divertida de Cade lejos de mí, y mis
ojos se cerraron—. ¿Le importa, Sr. Taylor?
Lo siguiente que supe fue que estaba en el aire y volando. Me incliné
hacia mi izquierda, y allí estaba el lado de la cara de Garrick. Era una cara
bonita. Mi brazo estaba alrededor de su hombro, y juntos, él y Cade me
estaban llevando. Garrick se apoderó de mí por completo, mientras Cade
se agachó y rebuscó en el bolso por mis llaves.
Apoyé la cabeza contra el pecho de Garrick.
—Hueles tan bien. ¿Por qué siempre hueles tan bien?
Cade se rió. —Biiiien. Y esa es la señal para que el profesor se vaya.
Solté a Garrick, y el brazo de Cade envuelto alrededor de mi cintura.
—Lo siento, señor Taylor.
—No es un gran problema.
—Escucha, estará horrorizada si supiera que la viste así. Juro que no
es normalmente así. Ella solo ha estado muy estresada últimamente por
alguna razón.
—Está bien, Cade. Te lo prometo. Buenas noches, Bliss.
Me animo y le agarro la manga de su camisa. —No, quédate.
Rusty apareció entonces, su acordeón todavía en la mano.
—Sí, Garrick, quédate. Bliss tiene vodka.
Garrick me sonrió. —Creo que Bliss ha tenido suficiente. Y gracias por
la oferta, pero todavía hay algunas líneas que no debí cruzar —Sus ojos se
encontraron con los míos, y yo sabía que no estaba hablando de la fiesta.
Eso me calmó un poco, no mucho, pero lo suficiente para saber que
estaba haciendo el ridículo.
—Ustedes tengan cuidado. Que se diviertan.
Entonces él se alejó, y Cade me ayudó a entrar e ir hacia el sofá.
Los chicos estaban asaltando mi nevera, y Kelsey se sentó a mi lado
en el sofá.
—Así que, tu amante lucía bastante bien esta noche.
—Kelsey! ¡Cállate!
—¿Qué? Nadie me ha oído.
Miré a mí alrededor. Ella tenía razón. Los chicos estaban robando
comida de mi despensa. Lindsay y Victoria estaban vertiendo vodka en
vasos de jugo de naranja. Cuando yo estaba segura de que nadie me
prestaba atención, volví a mirar a Kelsey.
—Él siempre se ve bien. No sé cuánto tiempo más podré manejar
esto. Un día voy a arder espontáneamente y a saltar sobre él en medio de
la clase.
Ella se rió. —Tan interesante como eso sería.... tú sabes que es una
idea terrible. Al parecer era lo suficientemente bueno para que se lo quiera
más, pero no es como si fuera un misterio que te mueres por descifrar. Sólo
necesitas una distracción.
Asentí con la cabeza a medias, a pesar de que yo estaba bastante
segura de que nada me distraería de querer a Garrick. Y lo que Kelsey no
sabía era que él seguía siendo un misterio para mí. Y Dios, quiero jugar a ser
Nancy Drew.
Los ojos de Kelsey brillaron, y me empujó hacia arriba y fuera de mi
regazo.
—¿Sabes qué juego nunca he jugado? —preguntó ella a toda la
habitación—. ¡Girar la botella!
Victoria miró con escepticismo. —¿Nunca has jugado girar la
botella? ¿En serio?
Kelsey se encogió de hombros y se volvió a mirarme por encima del
hombro, y me guiñó un ojo. —¿Qué puedo decir? —Continuó—. Yo era
una flor tardía. Cuando estas señoras entraron —Hizo un gesto a sus tetas
descomunales—, la gente había dejado de necesitar un juego como
excusa para besar.
Cade levantó una ceja. —¿Y necesitamos una excusa ahora?
Saltó del sofá, y se establecieron estilo indio en el suelo, agarrando
una botella de agua medio llena de la mesa de café.
—Por supuesto que no. Pero el juego es emocionante.
Ella me agarró del brazo y tiró de él. Aterricé en el suelo, riendo
histéricamente.
—¿Ves? —dijoKelsey—. Bliss ya se está divirtiendo. Vic, trae el vodka!
Vamos a hacer esto un poco más interesante. Esto es la versión adulta de
Gira la botella. Lo que significa que nada de besos en los labios. Quiero ver
la lengua.
—Juro, Kelsey, eres más pervertida que la mayoría de chicos que
conozco —dijo Lindsay.
—¡Gracias! Ahora, no soy razonable. Puedes optar por hacer un beso
una vez.... pero hay que hacer un tiro de penalidad.
La mayoría de los chicos parecieron aliviados. Rusty parecía
decepcionado.
—Hay muchas más chicas que chicos —señaló Lindsay.
Victoria sonrió. —Tal vez deberíamos ir a buscar a Garrick y que
juegue con nosotros.
Palidecí. —¡No! Por supuesto que no.
—Dios, Bliss, eres una mojigata.
Kelsey me envió una sonrisa de complicidad. Y definitivamente
necesito una distracción. Me extendió la mano y empezó el giro de la
botella.
Aterrizó en Rusty, y yo ni siquiera le di la oportunidad de optar por el
beso. Me incliné sobre el círculo, agarré su cuello y tiré de él hacia mí.
Estaba lo suficientemente borracha, así que el beso fue un poco
descuidado, pero estábamos todos borrachos, así que ¿Qué más daba?
Le di un beso por unos segundos más, antes de empujarlo hacia abajo y
caer de nuevo a mi asiento.
Rusty silbó. —Maldita chica. Si no fuera 110% gay, te pediría ahora
mismo.
Tiré mi cabeza hacia atrás y me reí. Me sentí bien dejarlo pasar.
Rusty fue el siguiente, y el pobre Jeremy fue la siguiente víctima.
Cogió la botella de vodka y dijo: —No te ofendas, Rusty, pero
simplemente no eres mi tipo —Él sonrió, tomó un gran trago y luego plantó
un beso en la velocidad del rayo a los labios de Rusty.
Llamaron a la puerta, y Kelsey saltó y saltó por el pasillo. Volvió con
diez personas más a nuestro departamento.
—¿No te importa, verdad? —Me lo pidió. Era como Kelsey invita
primero y luego el permiso después. Negué con la cabeza de todos
modos.
—Excelente, tomen sus asientos damas y caballeros. Es hora de un
poco de libertinaje.
Y en realidad no había otro término para eso. En cuestión de
minutos, había visto a tantos amigos haciendo cosas con sus amigos, sin
importar si se gustaban o el pensamiento de unos a otros como hermanos.
Por una noche pusimos todo a un lado y dejamos que una botella de
Aquafina determinara nuestras vidas.
La próxima vez que la botella cayera sobre mí, la ruleta se detuvo en
dos chicas. Los chicos todos nos abuchearon cuando ambos eligieron el
penalti. Pero animaron a nuestro beso de todos modos. Riendo, hizo girar la
botella de nuevo y aterrizó en Cade.
Cade tuvo un lindo chico, justo abajo la sonrisa infantil se fijó en mí
ahora. Me encogí de hombros y me arrastró hacia él. De rodillas ante él,
puse mis manos sobre sus hombros y me incliné.
El beso era como cualquier otro beso al principio... y, de repente, no
lo era. La mano de Cade acunó mi cabeza y su otra tiraba mi cintura. Sus
labios se movían contra los míos, febrilmente, con desesperación, como si
el mundo estaba a punto de terminar y esta era su última oportunidad de
ser feliz.
El beso fue lo suficientemente fuerte como para abrir un hueco de
calor en mi estómago, pero lo suficientemente suave como para que
sintiera como si estuviera siendo adorada. Por un momento, me olvidé de
dónde estaba y con quién estaba y me deleitaba en el calor, en el placer.
Entonces alguien silbó y, pieza por pieza, todo el mundo volvió a mí.
Abrí los ojos para mirar a mi amigo, que me había besado como si quisiera
ser todo lo contrario.
Volví a mi lado del círculo, ignorando los comentarios de mis amigos
sobre el beso. Aturdida y confundida mucho más allá, me retiré en las
vueltas siguientes.
Podía sentir sus ojos en mí. Los de Cade seguro, probablemente
también los de Kelsey. Pero mi mente estaba enfocada en mantenerse
junta, porque yo era una grieta lejos de desintegrarse.
Estábamos borrachos. Probablemente no quería decir nada. Y yo
estaba en tan mal estado por lo de Garrick, que estaba desesperada por
relacionarme con alguien. Eso fue todo.
No significaba nada.
Seguimos siendo amigos. Cade y yo siempre seremos amigos.
Me quedé unos minutos más, hasta que la cabeza me daba
demasiadas vueltas. Me sentía un poco mal del estómago.
Me levanté y me excusé, invitando a todos a quedarse todo el
tiempo que quisiera. Les dije dónde encontrar más mantas y almohadas si
querían quedarse y dormir, y luego me retiré a mi habitación,
arrastrándome bajo las sábanas, y dejando caer la sonrisa forzada.

Me dije que las cosas estarían mejor en la mañana.

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