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Wallbanger - Cocktail #1 Cap. 5 y 6

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5
Parte I
Traducido por Nina_ Ariella
OH, DIOS.
Golpe.
Oh, Dios.
Golpe golpe
Estaba moviéndome por la cama con la fuerza de sus embestidas. Él
se impulsaba dentro de mí con una fuerza inquebrantable, dándome
exactamente lo que podía soportar, luego empujándome un poco más
allá del borde. Me miró desde arriba, duro, destellando una sonrisa de
conocimiento. Cerré mis ojos, permitiéndome sentir cuan
profundamente era afectada. Y por profunda, me refería profunda
Agarró mis manos y las llevó sobre mi cabeza a la cabecera.
Vas a quererte agarrar fuerte para esto , susurró y tiró una de
mis piernas arriba sobre su hombro mientras alteraba el ritmo de sus
caderas.
—¡Simón! Chillé, sintiendo comenzar un espasmo en mi cuerpo.
Sus ojos, esos detestables ojos azules, se trabaron en los míos
mientras me sacudía a su alrededor.
Mmm, ¡Simon! Grité de nuevo. Y me desperté enseguida Con
los brazos sobre mi cabeza, y mis manos agarrándose fuertemente a
la cabecera.
Cerré mis ojos por un momento y forcé mis dedeos a abrirse. Cuando
miré de nuevo, pude ver abolladuras en mis manos de apretar tan
fuerte.
Luché para sentarme. Estaba cubierta en sudor y jadeante. De
verdad estaba jadeando. Encontré las sabanas en una pelota al pie de
la cama con Clive enterrado debajo, solo su nariz asomándose.
Oh, Clive, ¿te estas escondiendo?
Meow , salió una respuesta enojada, y una pequeña cara siguió la
nariz de gatito.
Puedes salir, tonto. Mami dejó de gritar. Creo . Me reí. Pasando
una mano por mí cabello húmedo.
Había sudado encantadoramente mis pijamas, así que me incorporé y
me puse sobre la ventila de aire acondicionado, refrescándome y
comenzando a calmarme . ¿Eso estuvo cerca O, huh? Hice una
mueca, presionando mis piernas juntas y sintiendo un nodesagradable
dolor entre mis muslos.
Siempre desde la noche en que Simon y yo nos conocimos en el
pasillo, no he podido dejar de soñar con él. No quería, realmente no
quería, pero mi mente inconsciente había tomado el mando y estaba
haciendo lo que quería con él. Nocturnamente. Mi cuerpo y cerebro
estaban separados sobre esto: Cerebro lo sabía bien, la Caroline de
más abajo no estaba muy segura
Clive pasó junto a mí y corrió hacia la cocina para hacer su pequeño
baile junto a su tazón.
Ya ya ya, cálmate , gruñí mientras se enrollaba a sí mismo dentro
y fuera de mis tobillos. Eché una bola de croquetas en su tazón y
puse el café. Me posé contra el mostrador e intenté recobrarme. Aún
estaba respirando con dificultad.
Ese sueño había sido bueno, había sido intense. Pensé de nuevo en
su cuerpo posado sobre el mío, una gota de sudor cayendo de su
nariz sobre mi pecho. Se había inclinado y llevado su lengua arriba de
mi estómago, hacia mis pechos, y luego
¡Ping! ¡Ping!
El Sr. Café me trajo de vuelta de mis picantes pensamientos, y
estaba agradecida. Podía sentir la excitación recorriéndome de nuevo.
¿Esto va a ser un problema?
Apuré una taza de café, pelé una banana, y mire por la ventana.
Ignoré mi compulsión para amasar la banana y la introduje en mi
boca. Oh, dulce Cristo, ¡el empuje! Esto estaba yendo hacia el sur
rápido. Y por el sur me refiero
Me golpeé en la cara y obligué a mi mente a pensar en algo además
del gigoló con el que estaba compartiendo pared actualmente. Cosas
vanas, cosas inocuas.
Cachorros de perros estilo perrito.
Conos de helado lamiendo su cono y dos bolas.
Juegos de niños maldición, quería hacer todo lo que Simon decía
Está bien, ¡suficiente! Ahora ni siquiera lo estás intentando.
Mientras me duchaba canté the star Spangled Banner[1] una y otra
vez para mantener mis manos alejadas de hacer algo más que
bañarme. Necesitaba recordar lo gilipollas que era él No como se
veía en solo una sábana y una sonrisa. Cerré mis ojos y me incliné a
la ducha, recordando esa noche otra vez. Una vez que paré de mirar
a su, bueno, su debajo de la sábana, había abierto mi boca para
hablar:
Ahora mire aquí, señor, ¿tiene alguna idea de lo ruidoso que es?
¡Necesito dormir! ¡Si tengo que escuchar una noche más, un minuto
más, de hecho, a usted y su harem golpeando en mi pared, me voy a
enloquecer!
Grité para liberar toda la tensión que tendría, podría, debía haber
sido liberada ya en una manera muy Clooney.
Solo cálmate. No puede ser tan malo. Estas paredes son muy
delgadas . Sonrió, pegando su puño contra el marco de la puerta y
tratando de sacar un poco de encanto. Claramente estaba
acostumbrado a obtener lo que quería. Con abdominales como esos,
podía ver por qué.
Sacudo mi cabeza para concentrarme . ¿Estás loco? Las paredes no
son ni de cerca tan delgadas como tu cabeza. ¡Puedo oírlo todo! Cada
azote, cada maullido, cada risita, y ¡ya he tenido suficiente! ¡Esta
mierda termina ahora! Chillé, sintiendo mi cara arder con furia.
Incluso había usado comillas en el aire para enfatizar, azote, maullido
y risita.
Mientras hablaba de su harem, él comenzó a bajar la marcha de
encantar a castigar . ¡Hey, eso es suficiente! Replicó . Lo que
yo haga en mi casa es asunto mio. ¡Lo siento si te molesté, pero no
puedes solo venir aquí en medio de la noche y disponer lo que puedo
y no puedo hacer! No me ves atravesando el pasillo y golpeando en
tu puerta.
No, solo golpeas mi maldita pared. Compartimos una pared del
dormitorio. Está justo contra mí cuando estoy intentando dormir. Ten
algo de cortesía.
Bueno, ¿cómo es que puedes escucharme y yo no puedo
escucharte? Espera, espera, no hay nadie golpeando tus paredes,
¿cierto?
Sonrió con suficiencia, y sentí el color drenarse de mi rostro. Crucé
mis brazos apretadamente por mi pecho, mientras bajaba la mirada,
recordé lo que estaba usando.
Un camisón baby doll rosa. Que manera de establecer credibilidad.
Mientras echaba pistas, sus ojos viajaron hacia abajo por mi cuerpo
descaradamente viendo el rosa y el encaje y la forma en que mi
cadera sobresalía mientras golpeaba mi pie irritadamente.
Finalmente sus ojos volvieran arriba, y encontró mi mirada, sin
temor. Luego con un centelleo en esos ojos bebés azules, me hizo un
guiño.
Vi rojo . ¡Oooohhh! Había gritado y había cerrado de golpe al
volver a mi apartamento.
Ahora mortificada, dejé el agua lavar mi frustración. No lo había visto
desde entonces, pero ¿y si lo hiciera? Golpeé mi cabeza contra los
azulejos.
Cuando abrí la puerta del frente cuarenta y cinco minutos después,
lancé un adiós sobre mi hombro a Clive y recé silenciosamente que
no fuera a haber chicas del harem al azar en el corredor. Todo
despejado.
Me puse mis gafas de sol mientras atravesaba la puerta del edificio,
apenas notando la Range Rover. Y por apenas, me refiero a que
apenas noté que rover rimaba con sobre, como inclinarme sobre la
silla en mi sala familiar y
¡Caroline!
Podría tener un problema aquí.
Luego esa tarde Jillian metió su cabeza dentro de mi oficina . Toc,
toc , dijo sonriendo.
—¡Hey! ¿Qué sucede? Me recosté en mi silla.
Preguntame sobre la casa en Susalito [2].
Hey, Jillian, ¿cómo está la casa en Sausalito? Pregunté, rodando
mis ojos.
Terminada , susurró y lanzó sus brazos al aire.
—¡Callate! Susurré en respuesta.
—¡Totalmente, completamente, absolutamente terminada! Chilló y
se sentó frente a mí.
Le ofrecí un saludo de puños sobre el escritorio . Esas son unas
buenas noticias. Tenemos que celebrar. Metí la mano en un cajón.
Caroline, si sacas una botella de whiskey, voy a tener que consultar
con recursos humanos , advirtió, jugando con una sonrisa.
Primero que todo, tu eres recursos humanos. Y segundo, ¡como si
pudiera mantener whiskey en mi oficina! Obviamente hay un frasco
atado a mi muslo . Reí, produciendo un disparo de golpe.
Bien. Sandía incluso. Mi favorita , dijo mientras lo
desenvolvíamos y comenzamos a chupar.
Así que, cuéntame , incite.
Había sido consultada por Jillian mientras elegía los toques finales en
la casa que ella y Benjamin habían estado renovando, y sabía que era
justo el tipo de casa que yo había soñado por años. Como Jillian,
sería cálida, atractiva, elegante, y llena de luz.
Hablamos del trabajo por un rato, y luego me dejó volver a trabajar.
Por cierto, inauguración de la casa el próximo fin de semana. Tú y
tu combo están invitadas , dijo de camino a la puerta.
—¿Acabas de decir combo? Pregunté.
Podría haberlo hecho. ¿Estás dentro?
Suena genial. ¿Podemos llevar algo, y podemos mirar fijo a tu
prometido?
No te atrevas, y no esperaría menos , contraatacó.
Sonreí mientras volvía al trabajo. ¿Fiesta en Sausalito? Parecía
prometedor.
—¿En serio no estás prendada de él verdad? Me refiero a ¿cuántos
sueños has tenido sobre él? Preguntó Mimi, succionando su pajilla.
—¿Prendada? No, ¡es un gilipollas! Por qué habría de
Claro que no. ¿Quién sabe donde ha estado esa polla? Caroline
nunca lo haría, respondió Sophia por mí, sacudiendo su cabello por
encima de su hombro e impresionando una mesa de hombres de
negocios que la habían estado mirando desde que entró. Nos
habíamos encontrado para almorzar en nuestro pequeño restaurante
favorito en North Beach.
Mimi se recostó en su silla y soltó una risita, pateándome bajo la
mesa.
Vete a la mierda, cero a la izquierda . La miré duramente,
sonrojándome furiosamente.
Sí, ¡a la mierda cero a la izquierda! Caroline sabe que no debe…—
Sophia rió luego se apagó, finalmente se quitó sus gafas de sol y
llevó su mirada hacia mí.
El chelista y el cero a la izquierda me miraron fijamente. Uno rió y el
otro juró.
Ah, por Dios, Caroline, ¿no me digas que te estás prendando de ese
tipo? Ay no, lo estás, ¿no es cierto? Sophia resopló mientras el
camarero dejaba una botella de Pellegrino [3]. Se la quedó viendo
fijamente mientras ella pasaba sus dedos por su cabello, y ella lo
despidió con un guiño dirigido cuidadosamente. Ella sabía como la
miraban los hombres, y era divertido verla hacerlos retorcerse.
Mimi era diferente. Ella era tan pequeña y linda que inicialmente los
hombres eran atraídos por su encanto innato. Luego ellos realmente
la miraban y se daban cuenta de que era hermosa. Algo sobre ella
hacía a los hombres querer cuidar de ella y protegerla hasta que la
llevaban a la habitación. O eso me habían dicho. Locolandia eso era
Me habían dicho que era guapa, y algunos días lo creía. En un buen
día sabía que podía manejarlo. Nunca me sentía tan sexy como
Sophia o tan perfectamente en mi lugar como Mimi, pero mejoré
mucho. Lo supe cuando salíamos las tres podíamos causar una
escena, y hasta recientemente lo usábamos a nuestro favor.
Cada una tenía distintos tipos, lo que era bueno. Casi nunca íbamos
por el mismo chico.
Sophia era muy particular. Le gustaban sus hombres largos, delgados
y lindos. No le gustaban muy altos, pero más altos que ellas. Quería
que fuera educado e inteligente, y preferiblemente con cabello rubio.
Era su verdadera debilidad. También estaba tonta por el acento
sureño. En serio, si un chico la llamaba dulzura, se mojarí. Tuve
este conocimiento de primera mano porque la habí molestado una
noche cuando estaba borracha usando mi mejor acento de Oklahoma.
Tuve que pelearme con ella el resto de la noche. Ella afirmaba que
era la universidad, que querí experimentar.
Mimi, por el otro lado, era particular, pero no con un aspecto
especíico. Ella iba por el tamañ. Le gustaban sus hombres grandes,
enormes, altos y fuertes. Le encantaba cuando tenín que alzarla
para besarla, o ponerla sobre un taburete para que no les diera dolor
de cuello. Le gustaban un poco sarcáticos y odiaba la
condescendencia. Porque era pequeñ, tení la tendencia de atraer
tipos que querín proteger. Pero mi amiga habí estado tomando
karate desde que era niñ, y no necesitaba la protecció de nadie.
Era una tipa dura en una falda retro.
Yo era má difíil de precisar, pero lo reconocerí cuando lo viera. Al
igual que la corte suprema y la pornografí, era consciente. Sítení
tendencia hacia los chicos que les gustaban las actividades al aire
libre alvavidas, buzos, escaladores. Me gustaban con un buen
corte, pero un poco peludos, caballeroso con un toque de chico malo,
y haciendo suficiente dinero que yo no tenga que jugar a ser mami.
Habí pasado un verano con un surfista má sexy que el infierno que
no podí pagar su propia mantequilla de maní Ni siquiera los
ininterrumpidos orgasmos de Micah no pudieron salvarlo cuando me
di cuenta de que habí estado usando mi American Express para
pagar la cera de su tabla de surf. Y su cuenta de celular. Y su viaje a
Fiji al que no fui ni si quiera invitada. Desaparece, surfista,
desaparece.
Aunque podrí haber tomado uno má para el camino antes de que
se fuera. Ah, los dís antes de que los Ośse fueran. Orgasmos
ininterrumpidos. Suspiro.
síque, espera un minuto, ¿o has visto desde el encuentro en el
pasillo? reguntóSophia despué de que ordenáamos y yo volviera
de los recuerdos de mi surfista.
o gruñ i.
Mimi me dio una palmadita en mi brazo en tono tranquilizador Es
lindo, ¿ierto?
!Maldició sí Demasiado lindo para su propio bien. ¡s todo un
gilipollas! olpeémi mano en la mesa tan fuerte que hice los
cubiertos rebotar. Sophia y Mimi intercambiaron una mirada, y les
mostrémi dedo medio.
luego esa mañna, é estáen el pasillo con Purina, ¡esádola! Es
como una enfermiza, retorcida ciudad de los orgasmos ahí ¡ no soy
parte de ello! ije, masticando furiosamente mi lechuga despué de
contarles la historia por tercera vez.
o puedo creer que Jillian no te advirtiósobre este chico
murmuróSophia, empujando los trocitos de pan alrededor de su
plato. Estaba en una cosa de no- pan de nuevo, aterrada de las cinco
libras que afirmaba haber ganado en el añ anterior. Exageraba, pero
no habí punto en discutir con Sophia cuando poní su mente en
algo.
o, no, ella dice que no conoce a este chico informé Debe
haberse mudado desde la útima vez que ella estuvo ahí Quiero decir
que ella no se quedaba casi en ese lugar. Ellos lo conservaron solo
para tener un lugar para quedarse en la ciudad. De acuerdo con los
vecinos, é solo ha estado en el edificio un añ má o menos. Y viaja
todo el tiempo Mientras hablaba, me di cuenta que habí
recopilado un buen expediente de este tipo.
.entonces ha estado golpeando la pared toda esta semana? PreguntóSophia.
elativamente silencioso, de hecho. O de verdad me escuchóy está siendo buen vecino, si polla finalmente se rompióen una de ellas y
necesitóatenció méica dije, un poco muy fuerte.
La mesa de los hombres de negocios debióhaber estado escuchando
muy de cerca ya que todos se atragantaron un poco justo en ese
momento y se removieron en sus asientos, tal vez cruzando sus
piernas en inconsciente simpatí. Nos reíos y continuamos nuestro
almuerzo.
ablando de Jillian, está invitadas a la casa en Sausalito el
próimo fin de semana a la fiesta de inauguració les informé
Las dos se abanicaron a símismas. Benjamin era el úico hombre en
el que todas estáamos de acuerdo. Cada vez que llenáamos a
Jillian con licor suficiente, le confesáamos nuestro enamoramiento y
la hacímos contarnos historias sobre é. Si estáamos de suerte y
nos la habímos arreglado para darle un Martini extra Bueno, solo
digamos que era bueno saber que el sexo continuaba siendo digno de
hacer incluso despué de que tu hombre estaba bien entrado en los
cuarenta. ¿a historia acerca de Benjamin y la habitació Tonga en el
hotel Fairmont? Wow. Ella era una mujer con suerte.
so seráagradable. ¿or quéno pasamos y nos arreglamos en tu
casa, como en los viejos tiempos? ChillóMimi mientras Sophia y yo
nos tapáamos los oíos.
í sí eso estábien, pero no má chillidos o dejaremos tu trasero
con la cuenta regañ o Sophia al tiempo que Mimi se acomodaba en
su silla, los ojos brillantes.
Despué de almorzar, Mimi caminóhacia su siguiente cita a la vuelta
de la esquina, y Sophia y yo compartimos un taxi.
on que, sueñs traviesos sobre tu vecino, escuchemos
comenzó para el gran deleite del taxista.
jos en la carretera, señr instruíal sorprenderlo mirádonos
por el espejo retrovisor.
Dejémis pensamientos ir a la deriva por los sueñs, que habín
pasado cada noche la semana pasada. Yo por el otro lado, no habí aumentado mi frustració sexual a un punto críico. Cuando podí
ignorar el O, estaba bien. Ahora que estaba lidiando con sueñs de
Simon cada noche, la ausencia de Ośera aú má pronunciada.
Clive habí optado por dormir en la parte superior del vestidor, má
seguro con mis piernas agitádose, ves.
.Los sueñs? Los sueñs son buenos, ¡ero es el todo un cabró! Exclamé golpeando mi puñ en la puerta.
o sé Es lo que sigues diciendo agregó mirádome
cuidadosamente.
.Qué ¿uées esa mirada?
ada. Solo mirádote. Está terriblemente excitada por alguien que
es un gilipollas dijo.
o sé suspiré mirando por la ventana.
_______________________________________________________
____________
[1]Himno nacional de los Estados Unidos de Améica.
[2] Sausalito, es una ciudad californiana ubicada en la bahí de San
Francisco
[3].San Pellegrino (o S. Pellegrino) se refiere a una marca de agua
mineral italiana
CAPÍTULO 5
PARTE II
Traducido por Liz Holland
Me estás empujando.
No lo estoy haciendo.
En serio, ¿qué diablos hay en tu bolsillo, Mimi? ¿Estás cargando?
exclamó Sophia, alejando su cabeza mientras Mimi presionaba el
rizador en su pelo.
Sonreí desde mi lugar en la cama, atando mis sandalias. Me había
puesto los rulos en el pelo antes de que las chicas llegaran aquí, así
que me había librado del tratamiento completo. Mimi se imaginaba
que había dejado la escuela de belleza, y si pudiese haber abierto una
tienda de belleza en su dormitorio, lo habría pensado
cuidadosamente.
Mimi sacó un cepillo del bolsillo y se lo mostró a Sophia antes de
empezar a molestar. Con un cepillo, así es.
Estábamos haciendo una pre-fiesta como hacíamos en Berkeley,
teníamos incluso los daiquiris helados. A pesar de que nos habíamos
actualizado con alcohol bueno y zumo de limón recién exprimido,
todavía nos volvía un poco hiperactivas y alegremente
despreocupadas.
Vamos, vamos—¡nunca se sabe a quién podrías conocer esta
noche! No quieres conocer a tu Príncipe Azul con el pelo liso,
¿verdad?razonó Mimi mientras obligaba a Sophia a que se subiese
el pelo para conseguir una cierta elevación en la coronilla. Tú no
discutíassolo le dejabas hacerlo.
No estoy plana por ningún sitio. Si estas chicas están en exhibición,
el Príncipe Azul ni siquiera notará que tengo pelomurmuró Sophia,
lo que me envió a otro ataque de risa. Entonces, sobre nuestra risa,
oí voces en el apartamento de al lado. Me levanté de la cama y me
acerqué a la pared, donde podía oír mejor. Esta vez, en lugar de sólo
Simon, había otras dos voces claramente masculinas. No podía
entender lo que estaban diciendo, pero de repente Guns N 'Roses
llegó a todo volumen a través de las paredes lo suficientemente alto
como para que Sophia y Mimi dejaran de hacer lo que estaban
haciendo.
—¿Qué demonios es eso?espetó Sophia, mirando frenéticamente
alrededor de la habitación.
Simon es fan de Guns N 'Roses, supongome encogí de hombros,
disfrutando secretamente de ser bienvenida a la jungla (1). Me puse una
diadema en la frente e hice el baile del cangrejo de Axl (2), para deleite de
Mimi y el deprecio de Sophia.
No, no, nono es así, idiotareprendió Sophia por encima de la
música y tomó otra diadema.
Mimi gritaba de la risa mientras Sophia y yo Axl-batallábamos. Hasta
que, por supuesto, Sophia empezó a deshacerse el peinado. Entonces
Mimi arremetió contra ella. Sophia se subió a la cama para alejarse
de ella, y yo me uní a ella. Saltamos arriba y abajo, ahora gritando
las letras de la canción y bailando salvajemente. Mimi finalmente se
rindió, y las tres bailamos como locas idiotas. Empecé a sentir la
cama moviéndose debajo de nosotras, y me di cuenta de que estaba
golpeando alegremente contra la paredla pared de Simón.
—¡Toma ya! ¡Y eso! ¡Y un poco de ... eso! Nadie está golpeando mis
paredes, ¿eh? Hahahahaha!Grité como una loca mientras Mimi y
Sophia miraban con asombro. Sophia se bajó de la cama, y ella y
Mimi se agarraron la una a la otra mientras se reían y yo me
golpeaba. Me mecía como si estuviera surfeando, llevando mi
cabecera contra la pared una y otra vez.
La música paró de repente, y me dejé caer como si me hubieran
disparado. Mimi y Sophia apretaron las manos sobre la boca de la
otra mientras yo estaba tumbada en la cama, mordiéndome los
nudillos para no reírme. El delirio de la habitación era como cuando te
atrapan cubriendo de papel higiénico la casa de alguien, o riéndote en
la parte de atrás de la iglesia. No podías parar, y no podías no parar.
Pum pum pum.
De ninguna manera. ¿Él me estaba golpeando?
Pum pum pum
Me estaba golpeando
¡Pum pum pum! Le di tan bien como pude. No podía creer que tenía las
pelotas de tratar de callarme. Oí voces masculinas riendo.
Pum pum pum una vez más, y mi temperamento se encendió.
Oh, él realmente era un gilipollas
Miré a las chicas con incredulidad, y saltaron en la cama conmigo.
Pum pum pum pum golpeamos, seis furiosos puñetazos golpearon el
yeso.
Pum pum pum pum volvieron a nosotrasmucho, mucho más fuerte
esta vez. Sus chicos debían haberse sumado a la acción.
—¡Ríndete, señor! ¡Nada de sexo para ti!le grité a la pared mientras
mis chicas se reían como unas maníacas.
de la pared.
Levanté los puños para golpear una vez más. Pum pum pu-pum
pum sonó desde mi lado.
¡Pum pum! Un solo puño contestó, y luego todo quedó en silencio.
—¡Ooooohhh!grité a la pared, y pude oír a Simon y sus chicos
riéndose.
Mimi, Sophia y yo nos miramos con los ojos como platos la una a la
otra hasta que oímos un suspiro diminuto detrás de nosotros.
Nos volvimos para ver sentado a Clive en la cómoda. Nos devolvió la
mirada, suspiró de nuevo, y se puso a lamerse el culo.
El descaro, quiero decir, ¡el descaro enorme de ese tipo! Tiene las
pelotas para realmente golpear mi pared, ¿ mi pared? Quiero decir, vaya
un
Gilipollas, lo sabemosdijeron Mimi y Sophia al unísono mientras
yo seguía con mi perorata.
—¡Sí, un gilipollas!continué, todavía exaltada. Estábamos en el
coche de camino a la fiesta de Jillian. El servicio de coches había
llegado puntualmente a las ocho y media, y en seguida nos
dirigíamos sobre el puente.
Mientras miraba las luces parpadeantes de Sausalito, empecé a
calmarme un poco. Me negaba a dejar que ese tío me molestara. Yo
estaba con mis dos mejores amigas, a punto de asistir a la
inauguración de una casa fantástica organizada por la mejor jefa del
mundo. Y si teníamos suerte, su prometido nos dejaría ver sus fotos
de cuando era nadador en la universidad, de la época cuando los
nadadores sólo usaban pequeños Speedos. Suspiraríamos y
miraríamos indefinidamente hasta que Jillian nos hiciera guardarlas. Y
entonces ella también alejaría a Benjaminpor el resto de la noche.
Os lo estoy diciendo, tengo muy buen presentimiento sobre esta
noche. Siento como que algo va a pasarreflexionó Mimi, mirando
pensativamente por la ventana.
Algo va a pasar, está bien. Vamos a pasar un buen rato, beber
demasiado, y probablemente voy a intentar sacar un poco de
sentimiento de Caroline en nuestro viaje a casadijo Sophia,
guiñándome un ojo.
Mmm, dulcebromeé, y ella me lanzó un beso.
Oh, ¿olvidaríais las dos vuestro romance pseudo-lésbico? Estoy
siendo seriacontinuó, suspirando con la voz de romance
Harlequin(3) que usaba a veces.
—¿Quién sabe? Yo no sé, pero tal vez tú conocerás a tu Principe Azul
esta nochesusurré, sonriéndole de vuelta a su esperanzada cara.
Mimi era sin duda la más romántica de nosotras tres. Era firme en su
creencia de que todo el mundo tenía un alma gemela.
Eh Yo me conformaría con mi Alma-O.
Cuando llegamos a la casa de Benjamín y Jillian, había coches
aparcados por todas partes a lo largo de la sinuosa calle y linternas
japonesas y bolsas de luminaria se alineaban en la propiedad. Como
la mayoría de las casas que figuran en el paisaje montañoso, desde la
calle no había nada que ver. Nos reímos cuando nos abrimos paso a
través de la puerta, y sonreí cuando las chicas se quedaron mirando
el artefacto ante nosotros. Yo había visto los planes para esto, pero
todavía tenía que dar una vuelta.
—¿Qué clase de jodido rickshaw (4) es esto?exclamó Sophia, y yo
no podía dejar de reír. Jillian y Benjamin habían diseñado e instalado
un funicular, básicamente, un ascensor que subía y bajaba por la
colina. Muy práctico teniendo en cuenta la cantidad de escaleras que
había que subir para llegar a la casa. La ladera de su jardín delantero
estaba cubierta con jardines en terrazas y bancos y varias escenas de
jardín, todo ingeniosamente dispuesto en caminos empedrados
iluminados con antorchas que bajaban por la colina hasta la casa.
Pero para hacer las compras y otros enfoques no tan ociosos, el
funicular hacía el viaje mucho más cómodo.
—¿Querrán las damas usar el ascensor o subir por el camino?
preguntó un asistente, apareciendo desde el otro lado del carro.
Quieres decir ¿usar esa cosa?chilló Mimi.
Claro, eso es para lo que está hecho. Vamoslas animé, dando un
paso a través de la pequeña puerta que él había abierto en un lado.
Realmente parecía como un telesquí, solo que iba bajaba por una
colina en lugar de ir por el aire.
Sí, está bien, hagámoslodijo Sophia, subiendo detrás de mí y
dejándose caer en el asiento. Mimi se encogió de hombros y la siguió.
Habrá alguien al final esperándolas. Disfruten de la fiesta, señoritas
sonrió, y nos fuimos.
A medida que bajábamos por la colina, la casa se levantó para
recibirnos. Jillian había creado un mundo puramente mágico aquí, y
como había grandes ventanas en toda la casa, pudimos ver la fiesta a
medida que continuamos nuestro descenso.
Wow, hay un montón de gente aquí señaló Mimi, sus ojos
enormes. Los sonidos de una banda de jazz en uno de los muchos
patios inferiores llegaron tintineando hasta nosotras.
Sentí cómo se me agitaba un poco el estómago mientras el carro se
paraba y otro asistente vino a abrir la puerta. Mientras salíamos y
nuestros tacones resonaban por la losa, pude oír la voz de Jillian
desde el interior de la casa y sonreí de inmediato.
—¡Chicas! ¡Lo conseguisteis!dijo mientras entrábamos.
Me volví en el espacio, tomándolo todo de una vez. La casa era casi
como un triángulo, ubicado en la colina y extendiéndose hacia el
exterior. Suelos de madera de caoba profunda se extendían bajo
nosotras, y las líneas limpias de las paredes contrastaban
maravillosamente. El gusto personal de Jillian era un moderno
cómodo, y los colores de la casa reflejaban los colores de las laderas
circundantes: cálidos verdes como las hojas, ricos marrones terrosos,
cremas suaves y apagadas y toques de azul marino profundo.
Casi toda la parte posterior de la casa de dos pisos era de cristal,
aprovechando la espectacular vista. La luz de la luna bailaba sobre el
agua de la bahía, y a lo lejos se veían las luces de San Francisco.
Las lágrimas brotaron de mis ojos cuando vi la casa que ella y
Benjamin habían creado para sí mismos y al mirar hacia ella, vi la
emoción en sus ojos.
Es perfecto dije en voz baja, y ella me abrazó con fuerza.
Sophia y Mimi expresaron su admiración de forma exagerada a Jillian
mientras un camarero nos traía a cada una una copa de champán.
Cuando Jillian se fue para mezclarse, las tres nos dirigimos a las
terrazas para hacer inventario. Los camareros pasaban bandejas, y a
medida que comíamos gambas asadas y bebíamos champán,
escaneamos la multitud buscando alguien conocido. Por supuesto,
muchos de los clientes de Jillian staban allí, y yo sabía que iba a ser
envuelta en un poco de trabajo esta noche, pero en este momento
estaba contenta de comer mi lujosa gamba y escuchar a Sophia y
Mimi medir a los hombres.
Oooh Sophia veo un vaquero para ti justo ahíno, no, espera, está
ocupado con otro vaquero. Sigo adelanteMimi suspiró mientras
seguía con la búsqueda.
—¡Lo tengo! ¡Vi a tu chico para esta noche, Mimi!chilló Sophia en
un susurro.
—¿Dónde, dónde?Mimi susurró a su vez, ocultando su boca detrás
de una gamba. Puse los ojos en blanco y cogí otra copa de champán
cuando el camarero pasó.
Dentro—¿ves? Ahí mismo al lado de la isla en la cocina, ¿un suéter
negro y pantalones de color caqui? Jesús, es muy alto y esbelto
Hmmm, buen pelo tambiénflexionó Sophia, entrecerrando los ojos.
—¿Con el pelo marrón rizado? Sí, definitivamente podía trabajar con
esodijo Mimi, su objetivo adquirido. Mira lo alto que es. Ahora,
¿quién es esa delicia con el que está hablando? Si esa fulana solo
saliera del caminomurmuró Mimi, levantando una ceja hasta que la
mencionada fulana finalmente pasó, dándonos una visión más clara
del hombre en cuestión.
Miré también, y como un camino abierto, ahora podía ver a los dos
hombres hablando. El tipo grande era, bueno, muy grande. Alto y
anchocasi hombros de linebacker. Llenaba muy bien su suéter, y
mientras se reía se le iluminaba la cara. Sí, era exactamente el tipo
de Mimi.
El otro caballero tenía el pelo rubio y ondulado que constantemente
empujaba detrás de las orejas. Llevaba gafas retro que realmente le
quedaban bien. Era alto y delgado y de intensa mirada, su belleza era
casi clásica. Sin duda, este tipo era guapo al estilo geek, y Sophia
respiró rápido cuando lo vio.
Mientras continuábamos observando la escena, un tercer hombre se
les unió, y las tes sonreímos. Benjamin.
Nos dirigimos a la cocina inmediatamente a saludar a nuestro hombre
favorito en el planeta. Sin duda Sophia y Mimi también estaban
encantadas con hacer que Benjamin se encargara de presentarlas.
Las miré a las dos mientras ellas simultáneamente se arreglaban.
Mimi disimuladamente se pellizcó las mejillas, al estilo de Scarlett
OHara, y vi a Sophia ajustarse rápidamente las tetas. Estos pobres
chicos no tenían ninguna posibilidad.
Benjamin nos vio mientras nos acercábamos y sonrió. Los chicos
abrieron su círculo para dejarnos entrar, y Benjamin nos envolvió a
las tres en un abrazo gigante.
—¡Mis tres chicas favoritas! Me estaba preguntando cuándo ibais a
llegar. Elegantemente tarde como siemprebromeó, y todos nos
reímos. Benjamin hacía esonos convertía en tontas colegialas.
Hola, Benjamindijimos al unísono, y me llamó la atención lo
mucho que sonabamos como los Ángeles de Benjamin en ese
momento.
Chico Grande y Gafa se pararon ahí riendo también, tal vez
esperando una presentación mientras nosotras tres mirábamos a
Benjamin. Realmente envejeció a la perfección: cabello castaño
ondulado, apenas comenzando a volverse plateado en las sienes;
jeans, una camisa azul oscura, y un par de viejas botas de vaquero.
Podría haber caminado en una pasarela de Ralph Lauren.
Permítanme hacer algunas introducciones aquí. Caroline trabaja con
Jillian, y Mimi y Sophia son sus, oh, ¿cómo lo llamáisBFF (mejores
amigas para siempre)?Benjamin sonrió, haciendo un gesto hacia
mí.
Wow, ¿BFF? ¿Quién te ha estado enseñando la jerga, papá?me reí
y extendí mi mano a Chico GrandeHola, soy Caroline. Encantada de
conocerte.
Envolvió mi mano con su manaza. Era en realidad como una zarpa.
Mimi iba a perder la cabeza con esto. Sus ojos estaban llenos de
diversión mientras me sonreía.
Hola, Caroline. Soy Neil. Esta herramienta aquí es Ryandijo,
asintiendo con la cabeza sobre su hombro a Gafas.
Gracias, recuérdame eso cuando no puedas recordar la contraseña
de tu correo electrónicose rio Ryan con buen humor y me extendió
la mano. La estreché, notando cómo de abrasadoramente verdes
eran sus ojos. Si Sophia tenía niños con este tipo, serían ilegalmente
hermosos.
Me aseguré de manejar las continuas presentaciones mientras
Benjamin se alejaba. Empezamos a charlar y me reí mientras los
cuatro empezaron el pequeño baile de llegar-a-conocerte. Neil vio a
alguien que conocía detrás de mí y gritó: Oye, Parker, trae tu culo
de niño bonito aquí y conoce a nuestras nuevas amigas.
Ya voy, ya voyoí decir a una voz detrás de mí, y me volví para
ver quién se unía a nuestro grupo.
Lo primero que vi fue el azul. Suéter azul, ojos azules. Azul.
Bellamente azul. Entonces vi rojo mientras reconocía a quien
pertenecía el azul.
Jodido Wallbangersusurré, congelada en el sitio.
Su sonrisa también se fue mientras intentaba reconocerme.
Jodida Chica Camisón Rosafinalmente concluyó. Hizo una mueca.
Nos miramos, hirviendo mientras el aire, literalmente, se volvía
eléctrico entre nosotros, cortante y crepitante.
Los cuatro detrás de nosotros se habían quedado en silencio,
escuchando este pequeño intercambio. Entonces nos alcanzaron.
—¿Ese es Wallbanger?gritó Sophia.
Espera un minuto, ¿esta es Chica Camisón Rosa?se rio Neil, y
Mimi y Ryan resoplaron.
Mi cara ardía de color rojo brillante mientras procesaba esta
información, y el desprecio de Simon se convirtió en esa maldita
sonrisa que había visto aquella noche en el pasillocuando había
golpeado su puerta y le hice dejar de dárselo a Risita y le grité.
Cuando yo había estado usando
Chica Camisón Rosa. ¡Chica Camisón Rosa! me atraganté, más
allá de estar enfadada. Más allá del enojo. Bien en Ciudad Furiosa. Me
quedé mirándolo, vertiendo toda mi tensión en esa mirada. Todas las
noches de insomnio y pérdida de Os y duchas de agua fría y
empujando plátanos y despiadados sueños húmedos entraron en esa
única mirada.
Quería nivelarlo con mis ojos, hacerle rogar por misericordia. Pero
no No Simon, Director de la Casa Internacional de los Orgasmos.
Él
Todavía
Estaba
Sonriendo
(1)Bienvenida a la jungla: Bienvenida a la Jungla, Welcome to the Jungle
en el original, es una canción de Guns N Roses.
(2) Axl: Axl Rose, cantautor de Guns N Roses.
(3)Harlequin:página web donde se venden libros de temática
romántica.
(4)Rickshaw: Especie de carruaje tirada por una persona, habitual en
países asiáticos.
* * * * *
6
Traducido por Amy
NOS QUEDAMOS MIRANDO, oleadas de ira y de enojo están entre
nosotros. Nos miramos, él con una sonrisa y yo con burla, antes de
darme cuenta de nuestro gallinero nos quedamos en silencio otra vez,
junto con todos los otros huéspedes en la cocina. Miré más allá de mi
vecino y vi de pie a Jillian con Benjamin con una mirada inquisitiva en
su cara, sin duda preguntándose por qué su pupilo está
enfrentándose en medio de su inauguración.
Espera un minuto, ¿cómo demonios ella conoce a Simon? ¿Por qué él
está aquí?
Sentí una pequeña mano en mi hombro y giro rápidamente para ver
a Mimi.
Tranquila, Trigger. No necesitas poner una bomba nuclear donde
Jillian, ¿bien? susurró, sonriendo tímidamente a Simon. La miré y
luego me volví a él, encontrándolo con nuestros anfitriones.
Caroline, no sabía que conocías a Simon. ¡Que pequeño es el
mundo! exclamó Jillian, juntando las manos.
No diría que lo conozco, pero estoy familiarizada con su trabajo
contesté entre dientes. Mimi bailaba en un círculo alrededor de
nosotros como una niña pequeña con un secreto.
Jillian, no creerás esto pero… —comenzó, su voz rebosante de
alegría apenas disimulada.
Mimi… —le advertí.
—¡Simon es el Simon de al lado! ¡Simon Wallbanger! gritó Sophia,
agarrando el brazo de Benjamin. Estoy segura que ella lo hizo sólo
para tocar a Benjamin.
Maldita sea suspiré mientras Jillian tomaba la información.
De ninguna manera suspiró, puso las palmas sobre su boca
mientras dejaba caer la bomba. Jillian siempre trató de ser una
dama. Benjamin miró confundido, y Simon tuvo la decencia de
sonrojarse un poco.
Imbécil le articulé.
Cockblocker[1] articuló de vuelta, la sonrisa regresó con toda su
fuerza.
Jadeé. Apreté los puños y me preparé a decirle exactamente lo que
podía hacer con su cockblocker cuando Neil entró.
Benjamin, mira esto, ¡este pequeño bombón está aquí en la Chica
Camisón Rosa! ¡Puedes soportarlo! río mientras Ryan luchaba por
mantener la cara seria. Los ojos de Benjamin se abrieron y él me alzó
una ceja. Simon tragó una carcajada.
—¿Chica Camisón Rosa? preguntó Jillian y oí a Benjamin inclinarse
y decirle que le explicaría más tarde.
—¡Está bien, eso es todo! grité y señalé a Simon. Tú, ¿una
palabra, por favor? le grité y lo agarré del brazo. Lo llevé afuera y
abajo por uno de los caminos que conducían fuera de la casa Trepó
lejos de mí, mis tacones sonando fuertemente en la losa.
Jesús, cálmate, ¿puedes?
Mi respuesta fue clavar las uñas en su brazo, lo que lo hizo gritar.
Bien.
Llegamos a un pequeño enclave situado lejos de la casa y la fiesta,
suficientemente lejos par que nadie lo escuche gritar cuando le quite
las bolas de su cuerpo. Solté su brazo y lo rodeé, señalando con el
dedo en su cara de sorpresa.
—¡Cómo tuviste la osadía de decirle a todos sobre mí, idiota! ¿Qué
demonios? ¿Chica Camisón Rosa? ¿Me estás jodiendo? susurrégrité.
Oye, ¡podría hacer la misma pregunta! ¿Por qué todas las chicas de
allí me llaman Wallbanger, huh? ¿Quién está contando cuentos
ahora? susurró-gritó de vuelta.
—¿Me estás jodiendo? ¿Cockblocker? ¡Sólo porque me negué a pasar
otra noche a escucharte a ti y a tu harén no me hace una
cockblocker! susurré.
Bueno, debido al hecho de que tú golpeando puertas bloquea mi
polla, eso te hace una cockblocker. ¡Cockblocker! siseó. Toda esta
conversación estaba empezando a sonar como algo que podría haber
sucedido en cuarto grado, a excepción de la conversación de
camisones y pollas.
Ahora, escúchame, señor dije, tratando de tener un tono más
adulto. ¡No voy a pasar toda la noche escuchando como tratas de
pasar la cabeza de una chica a través de mi pared sólo con la fuerza
de tu polla! De ninguna manera, amigo. Lo apunté con el dedo. Él
lo agarró.
Lo que haga en el lado de mi pared es mi asunto. Vamos a dejar
esto claro ahora mismo. ¿Y de todos modos por qué estás tan
preocupada de mí y mi polla? preguntó, sonriendo otra vez.
Era esa sonrisa, esa maldita sonrisa que me ponía furiosa. Eso y el
hecho de que todavía sostenía mi dedo.
—¡Es mi asunto cuando tú y tu tren sexual golpean mi pared cada noche!
—¿Estás realmente obsesionada con eso, no? ¿Deseando que ojalá
estuvieras en el otro lado de la pared? ¿Estás buscando montar el
tren sexual, Chica Camisón? Se rió entre dientes mientras agitaba
su dedo en mi cara.
Bien, eso es todo gruñí. Agarré su dedo en defensa, lo que al
instante nos encerró juntos. Debemos parecer dos leñadores tratando
de cortar un árbol. Hemos estado más allá de lo ridículo. Ambos
soplamos y resoplamos, cada uno tratando de conseguir la mano
superior, pero nos negamos a ceder.
—¿Por qué eres tan mujeriego, idiota? pregunté, a centímetros de
su cara.
—¿Por qué eres tan cockblocker? preguntó, y cuando abrí mi boca
para decir exactamente lo que pensaba, el hijo de puta me besó.
Me besó.
Puso sus labios sobre los míos y me besó. Bajo la luna y las estrellas,
con los sonidos de las olas golpeando y el críquet de los grillos. Mis
ojos todavía estaban abiertos, mirando furiosos a los suyos. Sus ojos
son tan azules, era como mirar a dos océanos enojados.
Se apartó, nuestros dedos seguían juntos como alicates. Solté su
mano y le di una bofetada en la cara. Se veía confundido, más aún
cuando agarré su chaleco y lo tiré más cerca. Lo besé, esta vez cerré
mis ojos y dejé que mis manos llenaran la lana y mi nariz se llenara
de de olor de este chico caliente.
Maldita sea, olía bien.
Sus manos se deslizaron en la parte baja de mi espalda, y tan pronto
como me tocó, me di cuenta donde estaba y lo que estaba haciendo.
Maldición dije, y me aparté. Nos quedamos mirando el uno al otro
y me limpié los labios. Comencé a caminar lejos y luego me di vuelta
rápidamente.
Esto nunca pasó, ¿entendido? Lo señalé otra vez.
Lo que digas. Sonrió y sentí que mi temperamento afloraba otra
vez.
Y déjate con la cosa de Camisón Rosa, ¿bien? susurré-grité y me
di vuelta para caminar por el sendero.
Hasta que no vea otro de tus camisones, así es como te llamaré
respondió y casi me tropecé. Alisé mi vestido y me dirigí a la fiesta.
Increíble.
*****
Así que le dije al tipo, no hay manera que organice tu sala de
juegos. ¡Puedes organizar tus propias fustas! gritó Mimi y todos
nos reímos. Ella podía contar una historia como nadie. Tiene un don
para atraer a un grupo, especialmente cuando son gente nueva que
se acerca sólo para conocer a otros.
A medida que la fiesta comenzó a relajarse, mis chicas y los chicos de
Simon se reunieron alrededor de una fogata en una de las terrazas.
Era profundo y lleno de losa, tenía bancos a su alrededor. Mientras el
fuego crepitaba alegremente, nos reímos, bebimos y contamos
historias. Y con esto me refiero a Mimi, Sophia, Neil y Ryan mientras
Simon y yo nos mirábamos sobre las llamas. Con las chispas volando,
cerré mis ojos un poco y me lo imaginaba asándose en el fuego del
infierno.
Entonces, ¿vamos a tener el elefante en la habitación? preguntó
Ryan, subiendo sus rodillas y poniendo su cerveza en el banco junto a
él.
—¿Cuál sería ese elefante? pregunté dulcemente, bebiendo mi vino.
Oh por favor, ¡el hecho de que el chico golpeando la cabecera de tu
cama es el sexy de al lado, chica! gritó Mimi, casi tirando su bebida
en la cara de Neil. Se rió con ella, pero arrancó el vaso de su mano
antes de que pudiera hacerle algún daño real.
Realmente no hay nada que hablar dijo Simon. Tengo una
nueva vecina. Su nombre es Caroline. Eso es todo. Asintió con la
cabeza, mirándome a través del fuego. Levanté una ceja y bebí mi
vino.
Sí, es bueno saber que la Chica Camisón Rosa tiene un nombre. La
forma en que él te describe… ¡guau! No estaba seguro de que fuera
real, ¡pero eres tan sexy como él dijo que eras! me dijo Neil
apreciativamente, tratando por un momento de golpear a Simon a
través de las llamas antes de darse cuenta de lo calientes que eran.
Mis ojos disparaban a Simon. Hizo una mueca con la
descripción. Interesante.
—¿Así que ustedes eran los chicos golpeando ayer? ¿Escuchando los
Guns N Roses? preguntó Sophia, codeando a Ryan.
—¿Supongo que ustedes eran las chicas cantando? la codeó,
sonriendo.
—¿El mundo es pequeño, no? suspiró Mimi, mirando a Neil. Él le
guiñó un ojo, y vi rápidamente a donde iba esto. Ella tenía al gigante,
Sophia tenía al chico bonito, y yo tenía mi vino. Lo que estaba
desapareciendo en un segundo.
Discúlpenme murmuré y me paré para encontrar un camarero.
Me abrí paso entre la multitud cada vez menor, asintiendo a algunos
rostros que reconocí. Acepté otra copa de vino y me dirigí al exterior.
Comencé ir hacia el fuego cuando oí a Mimi decir: Y deberías haber
oído a Caroline cuando nos contó sobre la noche que golpeó su
puerta.
Sophia y Mimi se inclinaron y dijeron sin aliento: ¡Élaúnestaba
duro!
Todos se ríen. Necesito recordar que tengo que matar a esas chicas
mañana, con dolor.
Me quejé por mi humillación pública y me di la vuelta para irme a los
jardines cuando vi a Simon en las sombras. Traté de retroceder antes
de que me viera, pero me saludó con la mano.
Ven, ven, no muerdo se burló.
Sí, claro, supongo respondí, caminando hacia él.
Nos quedamos en silencio en la noche. Miré hacia la bahía,
disfrutando el silencio. Luego finalmente habló.
Así que estaba pensando, ya que somos vecinos y todo… —
comenzó.
Me di vuelta para mirarlo. Me estaba dando una sonrisa un poco
atractiva, y sabía que la usaba para botar calzones. Ja, poco sabía
que no estaba usando.
—¿Qué estabas pensando? ¿Qué me gustaría unirme a ustedes
alguna noche? ¿Ver de qué se trata todo el alboroto? ¿Subirme al
carro de bienvenida? Cariño, no estoy interesada en convertirme en
una de tus chicas respondí, mirándolo.
No dijo nada.
—¿Bueno? pregunté, golpeando mi pie furiosamente. El descaro de
este tipo
En realidad, iba a decir, desde que somos vecinos y todo, ¿quizás
podríamos hacer una tregua? dijo tranquilamente, mirándome de
una manera irritada.
Oh dije. Era todo lo que podía decir.
O quizás no terminó y comenzó a alejarse.
Espera, espera, espera, Simon gemí agarrándolo por la muñeca
mientras él empujaba. Se quedó allí, mirando.
Sí. Bien. Podemos llamarlo una tregua. Pero habrá que tener
algunas reglas básicas contesté, mirándolo. Cruzó los brazos sobre
su pecho.
Debo advertirte ahora, no me gusta que las mujeres me digan que
hacer respondió sombríamente.
No por lo que he escuchado dije en voz baja, pero lo escuchó de
todos modos.
Eso es diferente dijo, siendo engreído otra vez.
Bien, esta es la cosa. Disfruta, haz lo tuyo, cuélgate de los
ventiladores del techo, me da lo mismo. Sin embargo ¿a altas horas
de la noche? ¿Puedes mantener un rugido sordo? ¿Por favor? Tengo
que dormir un poco.
Lo consideró por un momento. Sí, puedo ver que eso podría ser un
problema. Pero tú sabes, realmente no sabes nada de mí, y desde
luego no sabes nada de mí y mi harén como lo llamas. No tengo
que justificar mi vida, o la mujer en ella, a ti. Aquí no hay juicios
desagradables, ¿de acuerdo?
Lo consideré. De acuerdo. Por cierto, me gustó la tranquilidad de
esta semana. ¿Pasó algo?
—¿Algo? ¿A qué te refieres? preguntó mientras caminábamos al
grupo.
Pensé que tal vez te lesionaste cumpliendo el deber, o que tu polla
se rompió o algo bromeé, orgullosa de usar mis ocurrencias de
nuevo.
Increíble. Eso es todo lo que crees que soy, ¿no? replicó, su
rostro enojado de nuevo.
—¿Una polla? Sí, de hecho solté de nuevo.
Mira… —comenzó y Neil apareció de la nada.
Que lindo verlos a ustedes besándose y felices reprendió,
pretendiendo tomar a Simon.
Puedes, presentador murmuró Simon mientras el resto de recién
emparejados aparecían.
—¿Siendo genial con el presentador, uh? dijo Neil, y Sophia se giró
hacia él.
—¡Presentador! Espera un minuto, eres el tipo de deportes locales de
la NBC ¿cierto? ¿Estoy en lo cierto? preguntó.
Vi como sus ojos se iluminaron. Sophia pudo ser la chica del gusto de
música clásica, pero ella también era una gran fan de los 49ers.
Estaba bastante segura que los 49ers era un equipo de fútbol.
Si, soy yo. ¿Ves muchos deportes? preguntó, inclinándose hacia
ella. Dejando a Mimi cerca. La forma en que ella se aferraba a su
brazo, era inevitable. Ella se tambaleó un poco y Ryan se abalanzó
para sostenerla. Se sonrieron el uno al otro mientras Sophia y Neil
terminaron su conversación de fútbol. Tosí, recordándoles que, de
hecho, todavía estaba aquí.
Caroline, ¡nos retiramos! rió Sophia, ahora apoyada en el brazo
de Ryan.
Eso es bueno. He tenido suficiente diversión por esta noche.
Llamaré por el auto, y podemos salir en unos minutos contesté,
metiendo la mano en mi bolso buscando mi teléfono.
En realidad, Neil nos estaba diciendo acerca de un bar genial, y
vamos a ir por allí. ¿Quieres venir? interrumpió Mimi, deteniendo mi
mano. Ella la apretó y vi que negó con la cabeza casi
imperceptiblemente.
—¿No? pregunté, levantando las cejas.
—¡Genial! Wallbanger se asegurará que llegues bien a casa dijo
Neil, golpeando a Simon en la parte posterior.
Sí, claro dijo con los dientes apretados.
Antes de que pudiera parpadear, los cuatro estaban de camino al
funicular, diciéndole adiós a Benjamin y Jillian, que se reían y
compartían un choque de manos. —¿Tregua? le dije, cansada.
Tregua dijo, asintiendo con la cabeza.
Dejamos la fiesta juntos. Regresamos por el puente, con la niebla de
la madrugada y el silencio envolviéndonos. Abrió la puerta para mí
cuando me acerqué al Rover. Su mano descansaba en la parte baja
de mi espalda mientras subía, y luego se había ido y él ya estaba
cerca de su lado antes de que pudiera hacer algún comentario
sarcástico. Quizás era lo mejor: lo habíamos llamado una tregua. La
segunda tregua en un lapso de pocos minutos. Esto iba a terminar
mal, lo podía decir. Aún así, me gustaría probar. Podría ser una
buena vecina, ¿cierto?
Buena vecina. Ja. Ese beso era todo lo de una buena vecina. Estaba
tratando tan fuerte como podía de no pensar en eso, pero seguía
burbujeando. Apreté mis dedos en mis labios sin darme cuenta, al
recordar la sensación de su boca sobre la mía. Su beso era casi un
atrevimiento, llamando a mi faroluna promesa de lo que vendría
después si lo permitía.
¿Mi beso? Con la fuerza de mi instinto, hasta me sorprendió. ¿Por qué
lo besé? No tengo idea, pero lo hice. Debe haber sido ridículo. Lo
abofeteé, luego lo besé como una escena de una vieja película de
Cary Grant. Tiré todo mi cuerpo en ese beso, dejando mis curvas
suaves y blandas contra su dureza. Mi boca buscó la suya, y su beso
se había vuelto tan ansioso como el mío. No había música de cuentos
de hadas, pero había algo allí. Y se había endurecido rápidamente en
mi muslo
Él perdiendo el tiempo con la radio me hizo volver al presente.
Parecía muy concentrado en la música mientras conducía a través del
puente, lo que me hizo ponerme nerviosa.
—¿Te ayudo con eso? ¿Por favor? pregunté, mirando nerviosamente
el agua debajo.
No gracias, lo tengo dijo, mirándome. Debe haber notado la
forma en que miraba el puente, y se rió entre dientes. Bueno,
claro, adelante. Quiero decir, sabes cada palabra de Welcome to the
Jungle, por lo que puedes elegir algo bueno desafió.
Volvió a mirar el camino, pero incluso del lado, pude ver una sonrisa
de aprobación. Lo cual, y odiaba admitirlo, hacía que su mandíbula se
viera cincelada por las más populares piezas de granito jamás
descubiertas.
Estoy segura de que puedo encontrar algo dije, sacando su mano
e inclinándola a él. Su mano rozó contra el costado de mi pecho, y
ambos nos estremecimos. —¿Qué? ¿Estás intentando sentir algo ahí?
espeté, seleccionando una canción.
—¿Pusiste o no tus pechos en el camino de mi mano? espetó de
vuelta.
Diría que tu mano se movió frente a la trayectoria de estas chicas,
pero no te preocupes. Es apenas la primera vez que estos seres
celestiales se han puesto en órbita suspiré dramáticamente,
mirando de reojo para ver si él podía decir que estaba bromeando. La
esquina de su boca se elevó con una sonrisa y me permití una sonrisa
pequeña.
Si, celestial. Esa es la palabra que iba a usar, no son de esta tierra.
Están como, suspendidas en el cielo. Al igual que por cortesía de
Victorias Secret sonrió, y pretendí estar sorprendida.
Oh mi, ¿sabes sobre Secret? Y yo pensaba que todas esas chicas
tontas los tenían engañados me reí y me acomodé en el asiento.
Habíamos cruzado el puente y ahora volvíamos a la ciudad.
Se necesita mucho para engañarme, sobre todo cuando se trata del
sexo opuesto contestó mientras la música se encendía. Asintió con
la cabeza ante mi elección. —¿Too Short? Interesante elección. No
muchas mujeres optarían por esa reflexionó.
—¿Qué puedo decir? Me siento muy Bay Area [2] ésta noche. Y te
digo ahora, no soy como la mayoría de las mujeres añadí, sintiendo
otra sonrisa en mi cara.
Estoy empezando a darme cuenta de eso dijo.
Estuvimos en silencio por unos minutos, y de repente, empezamos a
hablar al mismo tiempo.
Así que piensas sobre… —comencé.
Puedes creer que todos ellos… —dijo.
Adelante me reí.
No, ¿qué ibas a decir?
Iba a decir, ¿qué piensas sobre nuestros amigos esta noche?
Eso es lo que iba a decir. ¡No puedo creer que solo se levantaran y
se fueran! se rió, y no pude dejar de reír con él. Él tiene una gran
carcajada.
Lo sé, pero mis chicas saben lo que quieren. No podría haber
pintado dos chicos mejores para ellos. Ellas saben exactamente lo
que buscan le confié, apoyada en la ventana así podía verlo
mientras conducíamos por las empinadas calles.
Sí, Neil tiene una debilidad por las chicas asiáticas, y te juro que
suena pervertido en mi mente. Y Ryan le encanta las pelirrojas con
piernas largas. Se rió otra vez, mirándome para ver si estaba
correcto el comentario de la pelirroja con piernas largas.
Lo estaba. Ella lo era.
Bueno, estoy segura de que escucharé todo mañana, que tipo de
impresión ellos hicieron en mis damas. Voy por el informe completo,
no te preocupes suspiré.
El silencio se arrastró de nuevo, y me pregunté que decir a
continuación.
Así que, ¿cómo conoces a Benjamin y Jillian? preguntó,
salvándome de la fiebre de la pequeña conversación.
Trabajo para Jillian en la empresa. Soy diseñadora de interiores.
Espera. Espera, ¿eres esa Caroline? preguntó.
No tengo idea de que significa eso contesté, preguntándome por
qué me estaba mirando.
Maldición, si que es un mundo pequeño exclamó, sacudiendo su
cabeza de lado a lado como si quisiera borrarlo.
Él estaba en silencio mientras yo estaba sentada en el limbo.
Oye, ¿quieres aclarar esto un poco? ¿Qué quieres decir
c o n esa Caroline? pregunté finalmente, dándole una palmada en el
hombro.
Es sólo que bueno huh. Jillian te mencionó antes. Vamos a dejar
las cosas así dijo.
Demonios no, ¡ no vamos a dejar las cosas así! ¿Qué dijo?
presioné, dándole otra palmada en el hombro.
—¿Quieres parar eso? Eres bastante bruta, ¿lo sabías? dijo.
Había muchas formas simples que podría seguir ese comentario, así
que sabiamente guardé silencio.
—¿Qué dijo de mí? pregunté en voz baja, ahora preocupada de que
quizás dijo algo sobre mi trabajo. Mis nervios ya estaban
destrozados, y ahora estaban haciendo ping-pong.
Me miró. No, no, no es así dijo en voz baja. No es nada malo.
Es sólo que, bueno, Jillian te adora. Y ella me adora, por supuesto,
¿cierto?
Rodé los ojos, pero siguió hablando.
Y bueno, ella te ha mencionado un par de veces ella pensó que
debería conocerte arrastró, sólo para guiñarme un ojo cuando me
miró a los ojos.
Oh. Ohhh suspiré mientras me di cuenta lo que quería decir. Me
sonrojé. Jillian, esa pequeña mierda juntando parejas. ¿Ella sabe
del harén? pregunté.
—¿Quieres dejar de decir eso? No lo llames harén. Hace que suene
sombrío. ¿Qué pasa si te digo que esas tres mujeres son
increíblemente importantes para mí? Que me preocupo mucho por
ellas. Que las relaciones que tengo funcionan entre nosotros, y nadie
necesita entenderlo, ¿lo tienes? dijo, estacionando el Rover de una
manera enojada fuera de nuestro edificio.
Estaba tranquila mientras estudiaba mis manos y lo miré mientras
arreglaba su ya desordenado cabello.
Oye, ¿sabes qué? Tienes razón. Quien soy para decir que está bien
o mal para alguien más. Si funciona para ti, genial. Golpéalo. Mazel tov[3].
Sólo estoy sorprendida de que Jillian te quisiera conmigo. Ella sabe que
soy una chica tradicional, eso es todo expliqué.
Sonrió y me miró con sus ojos azules.
Lo que sucede, es que ella no conoce todo sobre mí. Mantengo
privada mi vida privada con la excepción de mi vecina con las
paredes delgadas y la ropa interior devastadora dijo en una voz
baja que podría derretir, bueno, cualquier cosa.
Mi cerebro estaba sin duda entre esas cosas, ya que de repente me
pareció que mis orejas y de mi cuello para abajo se desvanecían.
Excepto por ella murmuré, completamente revuelta.
Dejó escapar una risa oscura y abrió la puerta. Mantuvo sus ojos en
los míos mientras caminaba alrededor del auto y abría la puerta.
Bajé, tomando la mano que me ofrecía, y casi sin darme cuenta que
trazó un pequeño círculo en la parte interior de mi mano izquierda
con su pulgar derecho. Casi no lo noté, mi trasero. Hizo que mi piel se
erizara y que Baja Caroline estuviera derecha ¿Nerviosa? Como
fuegos artificiales por todo el lugar.
Caminamos en el interior del edificio, y otra vez abrió la puerta para
mí. Realmente era encantador, tenía que darle eso.
—¿Así que cómo conoces a Benjamin y Jillian? pregunté, caminando
por las escaleras delante de él. Sabía con certeza de que estaba
mirando mis piernas, y ¿por qué no iba a hacerlo? Tenía grandes
piernas, actualmente halagadas por mi pequeño vestido por volantes.
Benjamin ha sido un amigo de la familia por años. Lo conozco
prácticamente durante toda mi vida. También maneja mis inversiones
respondió Simon mientras rodeábamos la primera planta y
comenzábamos en la segunda.
Miré por encima del hombro y confirmé que miraba a escondidas mis
piernas. ¡Ja! Lo atrapé. Oooh, tus inversiones. ¿Tienes algunos
bonos de cumpleaños allí, ricachón? bromeé.
Se rió entre dientes. Sí, algo así.
Continuamos subiendo las escaleras.
Es curioso, ¿no crees? ofrecí.
—¿Curioso? preguntó, su voz deslizándose en mí como miel
caliente.
Bueno, quiero decir, ambos conocemos a Benjamin y Jillian, vamos
a una fiesta como esa, y eres el que me ha mantenido divertida estas
semanas. Mundo pequeño, ¿no? Rodeamos el escalón superior y
saqué mis llaves.
San Francisco es una gran ciudad, pero se puede sentir como un
pueblo pequeño de alguna maneraofreció. Pero sí, estoy curioso.
Intrigado incluso. ¿Quién sabía que la linda diseñadora Jillian quería
tenderme una trampa con la chica que es realmente Chica Camisón
Rosa? Si lo hubiera sabido, quizás me habría llevado eso respondió,
esa sonrisa maldita volvió en su bello rostro.
Maldición, ¿por qué no podía seguir siendo un idiota?
Sí, pero Chica Camisón Rosa podría decir que no. Después de todo,
las paredes delgadas… —Guiñé un ojo, haciendo un puño y golpeando
la pared al lado de mi puerta. Oí a Clive parloteando detrás de la
puerta, y necesitaba entrar antes de que él empezara a protestar.
Ah sí, paredes delgadas. Hmmm Bueno, buenas noches, Caroline.
La tregua sigue en pie, ¿no? preguntó, girando a su puerta.
La tregua sigue, a menos que me hagas algo para enojarme otra
vez reí, apoyada en mi puerta.
Oh, cuenta con eso. ¿Y Caroline? ¿Hablando de paredes delgadas?
dijo mientras abría la puerta y me miraba. Se apoyó en su puerta,
y golpeó el puño contra la pared.
—¿Si? pregunté, un poco demasiado soñadora para mi propio bien.
La sonrisa reapareció cuando dijo: Dulces sueños.
Golpeó la pared otra vez, guiñó un ojo y entró.
Huh. Dulces sueños y paredes delgadas. Dulces sueños y paredes
delgadas
Madre perla. Me escuchó.
_______________________________________________________
___________________________
[1] Es cuando alguien previene o evita que otra persona tenga sexo.
[2] Es un lugar en California donde se formaron grandes bandas de
Metal.
[3] Significa Buena suerte en Hebreo.

* * * * *


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