Leer libros online, de manera gratuita!!

Estimados lectores nos hemos renovado a un nuevo blog, con más libros!!, puede visitarlo aquí: eroticanovelas.blogspot.com

Últimos libros agregados

Últimos libros agregados:

¡Ver más libros!

Cora Carmack - keeping her Cap.11

Volver a Lista de Capítulos

—Gracias por hacerme un lugar hoy, Señor Woods. Realmente
aprecio su tiempo. —Se levantó detrás de su escritorio negro, y vino a
encontrarme.
—Tonterías. Todo sea por los Taylor. Me alegro de que decidieras
reconsiderarlo. ¿Me llamarás después de que hayas hablado con tu
prometida?
—Sí, señor. Hablaré con ella esta noche.
—Fantástico. Creo que esta podría ser una muy buena
combinación, Garrick.
—Gracias, señor. Lo llamaré mañana.
Un nudo se sintió pesado en mi estómago cuando entré en el
ascensor, y recorrimos los treinta y siete pisos hasta el vestíbulo. Todo
había comenzado el día anterior, cuando llamé para obtener la
entrevista, y ahora se sentía como si se hubiera levantado hacia toda mi
parte media. Tal vez realmente había comenzado en el Ojo. O cuando
Bliss se hizo esa primera prueba, la cual fue negativa. Casi había
cancelado la cita, pero las instrucciones de la caja de la prueba de
embarazo sugerían tomar múltiples pruebas, así que había salido a
buscar otra.
Esa había sido positiva.
Bliss tomó dos más esta mañana, ambas negativas, y finalmente
decidimos que estábamos probando demasiado pronto. No estaba
segura de exactamente cuántos días estaba retrasada, pero supuso
sólo unos pocos, y cada cosa que vimos en Internet sugería tomar las
pruebas después de una semana.
Así que decidimos esperar. Parecía ser un elemento básico en
nuestra relación.
Pero si estaba embarazada, o no, eso no cambiaba los hechos.
75
Estaba a punto de ser mi esposa. No teníamos el dinero para un
niño, más de lo que teníamos dinero para una gran boda, o una luna de
miel. Ninguno de nosotros tenía seguro de salud.
Me encantaba actuar, pero ¿cómo era diferente de mi padre si
decidía hacerlo por sobre proveer a mi familia?
Cuando Bliss me había encontrado en ese escenario vacío,
después de la presentación de Orgullo y Prejuicio, y me había puesto de
rodillas, todo había cambiado. Tenía que ser mi prioridad. Mi trabajo
consistía en cuidar de ella, y si eso significaba aceptar un trabajo en
Londres para ganar más dinero, entonces lo haría. Claro que era un
trabajo en el mundo de mi padre, un mundo del que nunca había
querido ser parte, pero sabía que tomarlo me haría diferente a él,
independientemente de si nos parecíamos en el exterior.
Londres tenía un mejor panorama teatral, incluso, que el de
Filadelfia, por lo que Bliss podría seguir trabajando aquí, y me gustaría
hacer lo suficiente para que ella no tuviera que tomar otro trabajo,
podría simplemente hacer audiciones. Y yo... la vería en el escenario, y
eso tendría que ser suficiente. Descubrí mi talento para el teatro porque
pretender se me hacía muy natural. Fue mi forma de vida mientras
crecía. Pero me enamoré del teatro cuando me enteré de que era la
única manera de fingir que también podía contar una verdad. Me
dolería dejarlo atrás, esa sensación de que era parte de algo más
grande, algo más importante.
Sólo tendría que aprender a encontrar la misma sensación entre
la audiencia.
Además… casarme con Bliss, formar una familia, ese era mi algo
más grande.
La compañía cubriría nuestros movimientos y los seguros de salud.
Bebé o no... Eso tenía sentido. Era lo correcto para hacer. Lo más
inteligente.
Seguí repitiendo todas mis razones mientras el canal se
balanceaba hacia atrás y adelante en el camino de regreso a
Kensington. Bliss estaba en su almuerzo con mamá, pero deberíamos
llegar a casa a la misma hora. Necesitaba tener todas mis ideas
preparadas cuando le dijera.
No estaba seguro de cómo iba a reaccionar a la idea de dejar
Estados Unidos. Parecía muy emocionada por venir a Londres, pero
visitarlo y vivir aquí eran dos cosas muy diferentes. Sin embargo, además
de un comienzo lento, realmente se lució aquí. Fue una transición casi
perfecta, en realidad. Incluso mejor de lo que me esperaba.
Estaría bien. Esto haría que todo esté bien. Y Bliss podría dejar de
preocuparse por el embarazo, porque este trabajo se encargaría de
76
todo. Y después de un par de años en esto, probablemente podría
encontrar uno igual para regresar a Estados Unidos, si quería volver.
Llegué a casa de mis padres antes que mamá y Bliss lo hicieran, y
sorprendentemente, me encontré a mi padre camino a la puerta.
—Oh, Garrick, me alegro de haberte encontrado. Vine a recoger
algunas cosas para mi almuerzo. ¿Cómo fue la entrevista?
Por supuesto, él lo sabía. No le había dicho a nadie, pero lo debe
haber escuchado del Señor Woods.
—Me fue bien. Hablaré con Bliss sobre eso esta noche.
Asintió, tomando el BlackBerry de su bolsillo después de que éste
vibrara.
—Bien. —Empezó a teclear un mensaje, y con la cabeza baja
dijo—: Estás tomando la decisión correcta, Garrick. La más inteligente.
El nudo en mi estómago se agrió cuando él literalmente tomó las
palabras de mi cabeza.
Yo no era como mi padre. Éramos diferentes. Esto era diferente.
Se fue con una proclamación más de que esto era lo correcto, y
yo tuve la enorme y vacía casa para llenarla de pensamientos.
Había caminado de un lado a otro, sentándome y estresándome
en casi todas las habitaciones para el momento en que Bliss llegó a
casa. Horas después de lo que esperaba, y me encontraba en el
comedor, tamborileando los dedos sobre la mesa por mucho tiempo,
cuando la puerta se abrió, y escuché risas.
—¿Has visto su cara? No me he reído tanto en... bueno, décadas,
probablemente.
—Pensé que iba a matarme, allí mismo en la tienda.
—Pensé que iba a perder un pulmón riendo. No sabes cuánto
detesto a esa mujer.
Crucé hacia el vestíbulo, y Bliss y mi madre se estaban sonriendo
como las más viejas amigas.
—¿Qué han estado haciendo todo el día? —pregunté.
Mamá agitó una mano. —Sólo causando un poco de picardía.
Viene naturalmente con tu futura esposa.
De eso estaba muy consciente.
—¿Y dónde han estado todo este tiempo?
—Oh, aquí y allá. No te preocupes. Cuidé de ella. Y fui agradable,
como dices. Con ella, de todos modos.
Bliss se rió, y lo que faltaba, debe haber sido una gran historia.
Quería oírla… más tarde. En ese momento, tenía alrededor de mil cosas
77
para sacar de mi pecho, y todo lo que quería decir dispuesto en mi
mente. Debía decirlo antes de que todo se viniera abajo como un
castillo de naipes.
—Me alegro de que ustedes dos se hayan divertido, pero ¿puedo
robarla por un tiempo?
—Por supuesto —dijo mamá—. Escabúllanse.
Tomé la mano de Bliss mientras subíamos las escaleras hasta mi
habitación. Negué con la cabeza, riendo. —Increíble. ¿Cómo lo haces?
Inexpresiva, Bliss, dijo—: Derribé cinco estantes de ropa en alguna
boutique de lujo a la que me llevó. En serio, fue horrible. La línea de
domino más cara en la historia del mundo.
Estallé en carcajadas.
—Es cómo reaccionó tu madre, también. Estaba civilizada, antes
de eso, pero entonces fue como una especie de cambio de actitud.
Nos la pasamos genial —dijo.
Esa era una buena señal. Una gran señal. Tal vez ella querría estar
en Londres.
—Mi madre es todo trabajo. Hoy fue probablemente lo más
divertido que ha tenido en años.
—Fue bueno para mí, también —dijo—. Escucha, yo…
—Tengo que hablar contigo sobre algo —la interrumpí.
—Oh. —Frunció el ceño—. Por supuesto. Adelante.
La senté en el borde de la cama, y por costumbre mis ojos fueron
a su cintura. Creo que había mirado más su estómago en dos días que
en la totalidad de nuestra relación hasta ahora.
—Hice algo hoy. Algo un poco loco.
—Está bien —dijo tentativamente, con los puños apretados
encima de sus rodillas.
Solté un suspiro.
—Fui a una entrevista de trabajo.
—¿Tú qué?
—Lo sé, lo sé. —Recorrí la longitud de la alfombra delante de
ella—. Sé que salió de la nada, pero un antiguo jefe me habló de ello en
la fiesta de la otra noche. No pensé en nada de esto hasta ayer, pero
soluciona todos nuestros problemas. El dinero es bastante, y ellos
pagarían por nuestra mudanza. Vamos a tener un seguro de salud para
cubrir el nacimiento. Seremos capaces de permitirnos el lujo de vivir en
una zona muy segura de la ciudad, con buenas escuelas. Puedes
presentar audiciones aquí, y no tendrás que preocuparte por realizar
cualquier otro trabajo.
78
—¿Fuiste a una entrevista de trabajo aquí en Londres sin
decírmelo?
—No he aceptado.
—Mejor para ti que no lo hayas hecho.
Yo estaba perdiendo esto completamente. Me obligué a dejar de
pasearme y me arrodillé frente a ella en la cama.
—Sé que es mucho. Sólo te pido que pienses en ello, piensa en
todos los problemas que esto podría resolver.
—¿Qué pasa con todos los problemas que esto crea? Ya estoy
contratada para un espectáculo en el otoño.
—Tendrías que renunciar a ese espectáculo si estás embarazada,
de todos modos. Se te estaría notando para entonces.
Se puso de pie, y luego fue ella la que empezó a caminar.
—Ni siquiera sabemos si estamos embarazados todavía. ¿Quieres
arrancar de raíz toda nuestra vida por una posibilidad?
La tomé por los codos y le dije—: No. No, por supuesto que no.
Podemos esperar para responder hasta la próxima semana, hasta que
estemos seguros. Pero incluso si no estás embarazada, Bliss, podrías
estarlo algún día. Este trabajo es una rara oportunidad. La mayoría de la
gente tiene que trabajar por años para conseguir este tipo de empleo.
—¿Y qué tipo de empleo es?
—¿Qué quieres decir?
Ella agarró mis hombros como si quisiera sacudirme. —¿Qué vas a
hacer? Te encanta el teatro. Dijiste que te hizo crecer. Te guió hacia mí.
¿Vas a dejar eso por qué? ¿Por un trabajo detrás de un escritorio?
—Te amo, incluso más que de lo que amo actuar.
Sacó sus codos fuera de mi alcance y levantó los brazos.
—¿Qué tiene eso que ver con todo esto?
—Bliss, estoy haciendo esto por ti. Por nosotros.
—Bueno, detente.
Sacudí mi cabeza. —¿Qué?
—Me escuchaste. Detente. No te pedí que hicieras nada de esto.
—No tiene que pedirlo. —Recorro un dedo por su mandíbula—.
Creo que es hora de un poco de realismo. Sería estúpido no tomar este
trabajo.
—Estoy escuchando un montón de cosas estúpidas en este
momento.
79
De acuerdo. Así que no estaba entusiasmada con la idea de vivir
en Londres.
—Maldita sea, Bliss. Lo necesitamos. Estoy tratando de crecer,
consiguiendo un trabajo real, y ser un adulto sobre todo esto.
—Ser adulto no significa cambiar todo acerca de ti mismo. Ya eres
un adulto sin este trabajo de lujo y el dinero.
—Pero ahora puedo ser un adulto que puede proveerte.
—Ya me proporcionas todo lo que necesito. ¿Dijiste que
necesitábamos una dosis de realismo?
—Sí. La necesitamos.
Ahora me gustaría ver eso.
—Me dijiste casi lo mismo la primera noche que nos conocimos, la
noche que nos besamos. Hablábamos sobre el teatro, sobre
Shakespeare.
—Bliss…
—Incluso nunca me hubiese detenido en esa mesa si no hubieras
estado leyendo esas obras. Nos hubiéramos conocido por primera vez
como maestro y alumna, y nada hubiera pasado entre nosotros. Tal vez
podríamos no habernos enamorado si no hubieras sido el director
asistente de Phaedra. Me propusiste matrimonio en el escenario,
Garrick. El teatro es toda nuestra vida. El amor que nos tenemos es por el
teatro. Asocio todos nuestros mejores momentos con una obra de
teatro. Si hubiéramos pensado en lo que era seguro o inteligente
cuando nos conocimos, no estaríamos juntos hoy. Y siempre serás el
hombre que me animó a seguir adelante con mis sueños, el hombre que
me enseñó a hacer las decisiones audaces y a buscar lo que quería.
Dijiste que no eras como tu padre. Supuestamente, su preocupación
principal es el dinero.
—El dinero es sólo un medio para un fin. Tú y el bebé son mi
prioridad.
—Si de verdad quieres hacer algo por mí, no aceptarías este
trabajo.
—Bliss, sólo piénsalo.
—Estoy pensándolo. Estoy pensando en cómo me enamoré de un
hombre que le dijo a una sala llena de estudiantes que lo más difícil de
esta vida no es obtener papeles o tener suficiente dinero. Es mantener el
espíritu y recordar por qué elegimos el teatro en primer lugar. Así que
toma tu propio consejo, Garrick. Podrías haber tenido esta vida hace
tantos años, pero no la querías. Querías algo diferente. Algo mejor.
Quieres esa otra vida, una conmigo. O no lo haces. Pero me iría antes
de dejar que arruines tu propio sueño.
80
El silencio detonó en mis oídos. Mi corazón estaba furioso en mi
pecho, y sentía como mis costillas iban a romperse si golpeaba con más
fuerza. No podía perderla. La quería más a ella que a cualquier otra
cosa. Ella eclipsaba cada sueño, cada deseo, cada duda.
—Bliss…
—Lo digo en serio, Garrick. Aprecio lo que estás haciendo, y lo
entiendo. Te amo por estar dispuesto a hacer esto, pero no vale la
pena. No si dejas de ser tú.
Ella tomó mi mano y la apretó contra su estómago. —Si tenemos
un hijo, y le llega algo como esto, ¿podrías decirle que tome el dinero,
acepte el trabajo, que no significaría nada? ¿Por qué estoy siquiera
preguntando? Sé lo que dirías. Le dirías que haga lo que él ama, lo que
lo hace sentir más vivo. La vida es demasiado corta para perder el
tiempo viviéndola de otra manera.
Ella tenía razón.
Maldita sea. Ella tenía razón.
El nudo en mi estómago se aflojó, y solté un suspiro pesado.
—¿Cómo es que me conoces mejor de lo que yo lo hago?
—Porque te amo.
Mi corazón corrió, y la fuerza de cada latido me acercó más a
ella. Cada vez que decía esas palabras... cada vez se sentía como la
primera vez. Envolví mis brazos a su alrededor y tiré hasta que tuvo los
pies colgando en el suelo. Besé la esquina de su mandíbula y las
palabras volvieron.
—Pero si estamos embarazados… hay tantas cosas que
tendremos que superar. Va a ser difícil con nuestro estilo de vida.
Ella pasó los dedos por mi cabello y dijo—: Tu madre me llevó a
ver a un amigo suyo que es médico.
Me miró a los ojos y la puse en el suelo. —¿Le dijiste a mi madre?
Se encogió de hombros. —Esa mujer tiene una forma de sacar mis
secretos.
—¿Y?
—Y no estoy embarazada.
Tragué duro, mi estómago se retorcía con una combinación de
emociones, demasiado amplias para identificarlas realmente.
—¿No lo estás?
Negó con la cabeza. —El doctor dijo que cree que es
probablemente el estrés que me ha sacado de mi ciclo. La
combinación de todo el trabajo y pensar en conocer a tu familia.
81
Mi latido era lento, pero fuerte en mis oídos.
—Así que... así que no tenemos que preocuparnos por ninguna de
esas cosas.
—No, por ahora no.
Por más que lo intento, no podía decir si estaba decepcionado o
aliviado. No sobre el bebé. El trabajo sin embargo… eso se sentía como
si estuviera cien veces más ligero.
—¿Estás bien? —preguntó.
Besé su frente, luego la punta de la nariz, y seguí a sus labios.
Absorbí la calma de su piel caliente, inspirado en el equilibrio de su
cercanía. Le dije—: Sí. Estoy más que bien.
Asintió. Su expresión era tan difícil de leer, y me dio la sensación
de que estaba igual de confundida acerca de lo que sentía, como yo.
—¿Garrick? Una pregunta más.
—Cualquier cosa
Su sonrisa se ensanchó, brillante y hermosa. Toda su confusión
desapareció.
—¿Te casas conmigo?
Media docena de respuestas revoloteaban por mi mente, de lo
simple a lo sarcástico. Pero había una cosa que siempre sería cierta
sobre mí. Prefería la acción a las palabras.
Así que, la acerqué y le contesté tan profundamente como
pude.

Volver a Lista de Capítulos

2 comentarios:

Ir a todos los Libros