27
Traducido por Monikgv
Corregido por Verito
ade no era el único pensando sobre el futuro. En
SideBar,
hicimos nuestra buena celebración y bebimos y
comimos,
pero la conversación pronto se volvió
sentimental.
Compartimos recuerdos de nuestras primeras
presentaciones,
clases que habíamos tenido juntos, fiestas que
habían salido terriblemente
mal. Rusty sugirió que podíamos tener otra fiesta
de besos, y fue atacado
por servilletas y trozos de papel e incluso un
rollo caliente.
Justo como en el teatro— la vida a veces tiene
momentos perfectos
cuando todas las estrellas se alinean, y tú estás
exactamente donde
quieres estar con gente genial, haciendo
exactamente lo que quieres
hacer.
Salir de la universidad parecía imposible.
Nunca había sido tan feliz como en los cuatro
años que había
pasado aquí. Miré alrededor de la mesa mientras
la gente se reía y gritaba
(sólo teníamos un volumen —realmente alto). Estas
personas eran mi
familia. Ellos me entendían y me conocían en
maneras que nadie más lo
hacía.
No podía imaginar mi vida sin ellos.
—¡Uh-oh! ¡Alerta de lágrimas! —Exclamó Kelsey—.
¡Bliss se está
poniendo llorona!
Limpié mis ojos, y vergonzosamente, ella tenía
razón.
—¡Cállate! Es sólo que los amo chicos, ¿De
acuerdo?
Los brazos de Kelsey se envolvieron en mí
primero, luego los de Rusty,
luego los de Cade, y luego perdí la cuenta.
Rusty dijo: —Deja de actuar como si no tuviéramos
un mes más
juntos. No se ustedes, chicos, pero tengo una
enorme lista universitaria de
cosas que hacer antes de morir que necesito que
me ayuden a cumplir.
Comenzando con emborracharme en mi última noche
de apertura. Así
que, vamos a empezar.
C
Comí y bebí, sólo escuchando las historias y
conversaciones a mi
alrededor, absorbiendo todo. La vida era buena, y
si por mí fuera, estaba a
punto de ponerse aún mejor.
Era más difícil de lo qué pensé que sería el
excusarme después de
que la cena terminara. No porque estaba nerviosa
sobre lo que planeé
para esta noche, de hecho me sentía feliz sobre
eso, era porque no quería
dejar a mis amigos.
Era algo gracioso el extrañar a la gente incluso
antes de que las
habías dejado, pero eso era lo que estaba
sintiendo ahora.
Un poco de melancolía se quedó en mí todo el
camino fuera del bar
y dentro de mi auto. Pero no pasó mucho tiempo
para que desapareciera
tomando en cuenta hacia dónde me estaba
dirigiendo. No le escribí a
Garrick cuando estaba en mi camino como le había
dicho que haría,
porque quería un poco de tiempo para preparar las
cosas.
Tomé una rápida ducha, y luego dejé mi pelo
suelto para que se
secara en rizos, porque a Garrick le gustaba de
esa forma. Me hacía
pensar sobre aquella noche en el club y mi
corazón latía más rápido al
recordarlo.
Encontré la bolsa de Victoria Secret en el fondo
de mi armario que
contenía la ropa interior que había comprado
específicamente con esta
noche en mente. Me la puse, tratando de
imaginarme de nuevo lo que
Garrick podría pensar o sentir exactamente cuando
me viera.
Mirándome en el espejo, me sentía sexy, como él
siempre había
dicho que yo era. Me puse de nuevo el vestido que
había usado después
del show, no queriendo mostrar nada aún. Arreglé
mi habitación, me
aseguré de que hubiera condones en la mesita de
noche, y luego me
senté en mi cama.
Estaba haciendo esto.
Estaba realmente haciendo
esto.
Iba a tener sexo con Garrick… esta noche.
Algo brotó en mi pecho. Primero pensé que eran
nervios, pero luego
lo reconocí. Era el mismo tipo de sentimiento que
tuve cuando me di
cuenta que había sido escogida como Fedra y luego
de nuevo cuando el
show había ido tan bien. Era algo más allá de
emoción, algo mejor.
Porque podía, me subí en mi cama, y salté. Se
sentía muy bien así
que lo hice de nuevo. Agité mis brazos porque
parecía lo correcto de
hacer, y luego cubrí mi rostro con mis manos y
dejé escapar el grito más
silencioso que pude manejar.
—¿Qué estás haciendo?
Garrick estaba a los pies de mi cama, una sonrisa
divertida se
extendía en su rostro. Chillé y me dejé caer en
la cama.
—¿Qué estás haciendo aquí? —le pregunté.
—Vi tu auto afuera, así que vine. No me había
dado cuenta de que
habías comenzado la fiesta sin mí. ¿Doy por
entendido que estás
emocionada por cómo el show salió está noche?
Me bajé de la cama con tanta gracia como pude (es
decir, con
cero gracia). Debí haber esperado algo como esto.
Parecía que no era
capaz de tener un momento íntimo con Garrick sin
hacer algo
supremamente vergonzoso. Al menos esta vez
sucedió al principio.
—El show estuvo genial, pero me alegro de estar
en casa. —Puse una
mano en su pecho y él envolvió sus brazos
alrededor de mí en un abrazo.
—Estuviste genial esta noche, y ahora puedo
tenerte toda para mí.
No había realmente pensado en la mejor manera de
abordar lo que
quería hacer esta noche. Había pensado sobre la
ropa interior y los
condones y el probable dolor, pero no tanto sobre
la “Oye, estoy lista para
tener sexo” conversación.
Quiero decir, él es un chico, así que dudaba
mucho que él se
preocupara sobre cómo se lo diría, pero, aún así…
quería hacerlo bien.
—¿Cómo estuvo la celebración? —me preguntó.
—Bien, realmente bien. Voy a extrañar a todos
cuando nos
graduemos. Es un poco loco pensar que sólo queda
un mes.
—Un mes. —Sonrió, y se inclinó para besarme.
Creo que sólo quería un beso rápido, pero
realmente no le di una
opción en el asunto. Enrollé mis brazos alrededor
de su cuello para
mantenerlo a mi nivel, y presioné mis labios más
firmemente sobre los suyos.
El murmulló suavemente, y las vibraciones
estremecieron mis labios. Sus
manos se enroscaron alrededor de mi caja
torácica, y yo quería más,
mucho más. Quería que me tocara por todas partes.
Cuando estaba yendo más lejos, abrí mi boca y
tracé la comisura de
sus labios con mi lengua. Me dejó, y su sabor era
tan adictivo como
siempre. Con cada roce de su lengua en mí, me
sentía más segura.
Quité mis brazos de su cuello, y deslicé una mano
por debajo de su
camisa, presionando mis dedos en su espalda. Sus
manos permanecieron
en lugares seguros, mis costillas y mi cuello,
pero las sentí temblar y
apretarse ligeramente al contacto de piel con
piel.
Siguió besándome… lentamente, con seguridad.
Puse mi otra mano debajo de su camisa, sintiendo
los músculos en
sus abdominales, y hacia su pecho. Yo esperaba
que tomara la indirecta y
moviera su propia mano como correspondía.
No lo hizo.
Frustrada, lo moví ligeramente hasta que mi cama
estuviera
presionada en la parte posterior de sus rodillas
y luego lo empujé. Se dejó
caer en la cama y yo no perdí tiempo para subirme
en su regazo,
presionándome contra él de la misma forma que lo
había hecho la
primera noche que casi tuvimos sexo.
—Bliss —susurró. Era casi una advertencia, pero
no tanto.
Probablemente debería decirle lo que quiero, pero
la manera en la
que me besaba, o más acertadamente, la manera en
la que no me
estaba besando me hacía sentir insegura,
desesperada. Él aún me quería.
Esto me lo decía. Y yo lo creía. La mayor parte.
Yo sólo necesitaba un poco
más de afirmación.
Me hice hacia atrás, y esperé a que abriera sus
ojos, a que me
mirara. Cuando sus ojos se encontraron con los
míos, eran un poco más
claros, demasiado centrados para mí gusto. Bajé
mis manos y tomé el
borde de mi vestido. Hizo un sonido con su
garganta cuando comencé a
tirar de él hacia arriba, pero no me detuve hasta
que lo tuve sobre mi
cabeza. Al principio sus ojos se mantuvieron
firmemente en los míos, pero
cuando me incliné hacia delante, teniendo cuidado
de rozar mi pecho
contra el suyo, miró hacia abajo.
Su ingesta de aliento era exactamente lo que
había estado
buscando.
El sostén negro sin tirantes era tan apretado que
tenía posiblemente
el mejor escote que alguna vez he tenido o que
tendré. Y las bragas,
bueno, apenas sí podías llamarlas así.
—Bliss —esta vez, había definitivamente un tono
de advertencia—.
Estás sobreestimando mi auto control.
—Oh, estoy bastante segura de que estimo tu
control
perfectamente.
Me incliné hacia delante hasta que estaba
presionando con fuerza
contra sus caderas. Mis labios se cernían sobre
los suyos, esperando a que
me besara. Había acabado con lo de estar a la
ofensiva. Era su turno de
venir a mí.
Como siempre, la sola anticipación era suficiente
para excitarme. Su
mirada se movía entre mis ojos y mi boca, y ahora
que yo me había
reducido a sólo ropa interior, sus manos
encontraron mi piel sin importar
dónde las pusiera. Una ya estaba calentando mi
espalda baja, y la otra
estaba en mi pelo. Sacudí mis caderas contra él,
y la mano en mi pelo se
apretó.
—Bliss. —Su respuesta estaba entrecortada, como
si estuviera
sufriendo.
Sonreí. Esto era bastante divertido.
—Garrick —repliqué, con los ojos muy abiertos y
tan inocentes como
los pude hacer.
—Esto es lo opuesto a ir lento.
Exhalé, balanceándome hacia delante para que mi
labio inferior
apenas lo rozara. Me froté contra él,
deteniéndome al ritmo más lento que
pude. Le dije: —Creo que ya hemos ido lo
suficientemente lento.
El brazo en mi espalda tiró de mí, hasta que mi
pecho presionaba
contra el suyo. Él aún tenía su camisa puesta.
Quería que se la quitara.
—¿Qué significa eso? —Ah, ahí estaba esa mirada
que me
encantaba —oscura, un poco desenfocada.
—Significa —dije, mientras mis manos encontraban
la parte inferior
de su camisa—, que ya me cansé de ir lento.
Tiré de ella, y sus brazos siguieron de forma
automática, dejándome
tirar de su camisa sobre su cabeza antes de que
sus manos fueran justo de
vuelta a sus posiciones anteriores. Nuestros
pechos se encontraron, piel
deslizándose entra piel, y gimió. Dijo: —Voy a
necesitar que estés muy
segura de lo que estás diciendo en este momento,
Bliss.
Muy bien, era hora de simplemente decirlo. Y sin
eufemismos como
la bestia de dos espaldas o el tango horizontal o
algo ridículo. Sexo. Si iba a
tenerlo, podría seguramente decirlo. Me incliné y
lo besé con valentía. Al
diablo con hacerlo venir a mí. Eso tomó mucho
tiempo. Cuando me alejé,
sus labios trataron de seguir. Lo calmé con otro
beso rápido y dije: —¿Me
haces el amor?
Todo en él se tensó —sus manos en mí, su hermoso
rostro, y su cuerpo
debajo del mío.
—Bliss, no tienes que hacer nada que no quieras
hacer por mí.
—¿Qué sobre esta noche se ha sentido como si
estuviera siendo
forzada a hacer algo? De hecho, me siento un poco
como que te estoy
obligando.
Sus labios se aplastaron contra los míos —dientes
y lenguas y calor.
Era suficiente para hacerme temblar con deseo, y
luego se acabó.
Garrick estaba jadeando cuando respondió: —No me
estás
obligando a hacer nada. Yo sólo quiero que estés
segura. Puedes parar en
cualquier momento. —Sus labios se ampliaron—. No
necesitas inventar una
nueva mascota.
Esa sonrisa… era tan exasperante y sexy al mismo
tiempo.
Coloqué mis manos en sus hombros y me alejé,
poniéndome de pie.
—Si vas a seguir tratando de convencerme de ello…
No había dado ni un paso antes de que me
agarrara, y se volviera
para que mi espalda golpeara el colchón. Mi
aliento abandonó mis
pulmones en un segundo, y el verlo rodando por
encima de mí hizo que el
calor ondeara abajo en mi vientre.
—No estaba tratando de convencerte de alguna
cosa. Estaba
tratando de ser un caballero.
Huh. También había tratado de sacar la tarjeta
del caballero la
primera noche. Aún estaba cernido sobre mí, y yo
enrosqué mis dedos en
sus vaqueros, y tiré de él hacia abajo, sobre mí.
—¿Me haces un favor? ¿Serías un caballero mañana?
Estaba muy segura de que él dijo: —Sí, señora
—pero luego me
estaba besando, y no podía importarme menos.
28
Traducido por Mona
Corregido por Verito
e besó con fuerza y el tiempo suficiente para que
yo
pudiera saborear más de él en mi boca que de mí
misma.
Clavé mis uñas en sus hombros, porque había
aprendido
que cada vez que lo hacía, él presionaba sus
caderas
más fuerte contra las mías.
Si no era cuidadoso, yo podría hacerlo sangrar
pronto.
Sus manos tocaron suavemente mis lados, enviando
temblores a
través de mi piel cuando pasaba por los lugares
sensibles. Y, finalmente,
una mano se escabulló alrededor de mi espalda,
para alcanzar el broche
de mi sujetador.
Sus labios dejaron los míos buscando la curva de
mi cuello, su
barbilla, otra vez cubierta de una barba
incipiente rozó la cima de mis
pechos.
Me arqueé hacia él en el mismo momento que los
broches de mi
sujetador se desataron. El aire frío endureció
mis pezones como pequeños
brotes, y extrañaba que él me tocara. Dijo una
vez que podríamos
poseernos el uno al otro, y no quería nada más en
este momento. Garrick
me besó entre mis pechos, sus mejillas rozaron
ligeramente a través de las
elevaciones. Clavé mis uñas otra vez, y sus caderas
hicieron presión en el
mismo momento que él tomó un pecho en su mano y
el otro en su boca.
Algo estalló debajo de mi piel, y gemí,
sacudiéndome contra él en
respuesta.
Rodó un pezón entre sus dedos, y apretó el otro
ligeramente entre
sus dientes, y pude sentir la oscuridad
arrastrándose sobre mi visión.
Palabras fluían de mi boca, algunas familiares,
otras no.
La última de las cuales fue: —Te amo.
Se elevó encima de mí con una sonrisa. —Si
hubiera sabido lo fácil
que era hacerte admitir cómo te sentías, yo
habría hecho esto hace
mucho tiempo.
M
Mi cerebro estaba más allá de responder con
palabras. En cambio
mis manos encontraron su cinturón. Lo desabroché
y luego, con un rápido
movimiento, abrí el botón de sus vaqueros.
Su sonrisa presuntuosa se había ido ahora.
Lentamente, bajé su cremallera, y el solo sonido
provocó que un
gemido saliera de mi garganta. Empujé sus
vaqueros y bóxers juntos hacia
abajo. Cuando retrocedió para quitarse sus
pantalones completamente,
tomé el momento para deslizar mis bragas fuera y
agarrar un condón de
mi gaveta.
Cuando alzó la vista, se congeló durante un
segundo en shock,
como si justo en este momento se diera cuenta de
cuán serio era esto. Se
lo sacudió rápidamente, y se abalanzó por un
beso.
—¿Sabes que te amo, cierto?
—Lo sé —le dije. No creo que podría haber hecho
esto si no lo
supiera. Era lo que necesitaba. Esto es lo que
hacía el miedo, los nervios
soportables.
Me besó otra vez, y sus dedos encontraron mi
entrada. Deslizó dos en
el interior, al mismo tiempo que su lengua
encontraba la mía. Comenzó
despacio, luego sus besos se aceleraron junto con
sus dedos. Apreté sus
hombros, mis uñas rasguñando ligeramente, y fui
recompensada con un
curvar de sus dedos dentro de mí.
Gemí, rompiendo nuestro beso.
Sus labios regresaron de nuevo hacia mi pecho,
colocando besos
tan ligeros como plumas por todas partes donde
podía alcanzar. Yo podía
sentir la presión construyéndose bajo mi centro,
y tiré de su cabeza de
nuevo hacia arriba hacia la mía. Presionó su
frente contra la mía, nuestros
labios tocándose, pero no besándose, luego su
palma se presionó contra
mí, y una explosión se encendió bajo mi piel.
Como una cadena de fuegos
artificiales, mi mundo detonó en explosiones de
luz y color.
El mundo se estaba uniendo y se derrumbaba a
pedazos detrás de
mis ojos cerrados, y mi boca seguía abierta en un
grito silencioso. Sentí su
beso debajo de mi oreja, y me estiré hacia él,
envolviendo mis brazos
alrededor de su cintura.
La longitud de él presionada contra mí, y mi
cuerpo entero se
estremeció en respuesta.
—¿Estás segura? —preguntó de nuevo.
Mi cerebro no sabía cómo comportarse serenamente
en este
momento, entonces dije: —Por favor, Dios, sí.
Había una sensación de pellizco, no agradable,
pero el resto de mi
cuerpo estaba demasiado relajado para realmente
pensar demasiado en
el dolor. Me besó mientras se empujaba dentro,
luego se interrumpió con
un gruñido.
—Oh Dios, Bliss.
Su cuerpo entero estaba tenso encima de mí. Pude
ver las líneas
pronunciadas de sus músculos flexionados en sus hombros,
en los brazos
apoyados a ambos lados de mí. Podía sentirlo, su
pecho caliente
presionado contra el mío. Me distraje a mí misma
del dolor siguiendo
aquellas líneas con mis ojos y manos.
Después de algunos momentos, respiró
profundamente y me miró.
Me calmó primero con sus labios, y luego con
susurros de “amor",
“hermosa" y “perfecto".
Se quedó completamente quieto una vez que estuvo
dentro,
aplastando sus labios contra los míos. Mis
extremidades se sentían un poco
como gelatina, tan solo me envolví yo misma
alrededor de él,
sosteniéndolo tan fuerte como podía.
Se retiró, sólo un poco, antes de empujar de
nuevo con fuerza
Yo respiraba bruscamente, mordiendo mi labio
contra la punzada de
dolor.
Los labios de Garrick capturaron ese labio
inferior entre los suyos,
cuidadoso, tranquilizándome.
—¿Estás bien? —preguntó.
Asentí, no segura de que pudiera hablar.
—¿Quieres que me detenga?
Sacudí mi cabeza. No era lo que quería en
absoluto. Quería que él
sintiera lo que yo había sentido antes. Quería
sostenerlo mientras él se
deshacía en mis brazos.
Repitió la acción, y esta vez, no era tanto el
dolor como la
incomodidad.
—Continúa —susurré.
Garrick metió su cabeza en la curva de mi cuello,
arrastrando su
boca sobre el punto de mi pulso mientras empujaba
dentro y hacia fuera
otra vez. La siguiente vez yo estaba lo
suficientemente coherente para
inclinar mis caderas hacia arriba para
encontrarlo a mitad de su camino.
Su respuesta fue un gruñido que sentí hacia abajo
hasta los dedos de mis
pies.
Su boca memorizó la piel de mi cuello y hombros,
mientras
desarrollamos un ritmo entre nosotros. Algo
empujaba y tiraba dentro de
mí, y cada vez que nuestra piel se enlazaba,
sentía la presión levantándose
un poquito más. Su mano ahuecaba mi pecho, y
sentí el placer
arremolinándose bajo mi centro hacia el lugar
donde nuestros cuerpos se
encontraban.
Envolví mis piernas alrededor de sus caderas y lo
atraje más hacia mí.
Su ritmo tartamudeó durante un momento, sus ojos
cerrados, y era
hermoso mientras trataba de mantenerse unido.
Todo mi mundo se expandía en el círculo de sus
brazos.
Comenzó a moverse otra vez después de un momento,
y esta vez
estiró una mano entre nosotros. Yo me preocuparía
sobre cómo consiguió
ser tan bueno en esto más tarde, pero, por ahora,
yo estaba demasiado
ocupada recogiendo los beneficios. Estaba tan
cerca, y cada músculo en
mí estaba apretado. Clavé mis uñas en sus hombros
por última vez, mi
nuevo truco favorito, y precipitó sus caderas
hacia adelante.
—Bliss —gruñó.
Solamente envolví mis piernas apretándolas más
contra él, y dirigí mis
caderas hacia arriba. Dejó caer su cabeza sobre
mi cuello, su caliente
respiración contra mi piel. Empujó hacia adelante
otra vez tan fuerte que
todo mi cuerpo cambió y el placer se vertió por
mi cuerpo tan rápido que
mi visión fue irregular. Su cuerpo se aquietó
contra el mío, su rostro todavía
presionaba mi cuello, sus brazos me acunaban.
Levanté su rostro hacia el
mío, viendo cómo sus ojos se cerraban apretados,
su boca se abrió, y todo
su cuerpo se estremeció sobre el mío.
Cuando abrió sus ojos, ellos todavía estaban
oscuros, pero se enfocó
en mí. Presionó un beso en mi frente, luego en
cada mejilla, y finalmente en
mis labios.
—Te amo —dijimos juntos.
Se deslizó fuera de mí e, inmediatamente, me
estiré por él,
extrañándolo, añorando la manera en que
encajábamos juntos. Se
acomodó a mí lado y me recogió en sus brazos.
Recosté mi cabeza en su
pecho, donde podía escuchar los latidos de su
corazón. Eran tan rápidos
como los míos. Entrelazó nuestros dedos y
presionó su mejilla en la parte
superior de mi cabello.
Era perfecto.
Estaba llena de momentos perfectos hoy.
Y yo no estaba segura de si lo que diría a
continuación sería
apropiado o lo arruinaría todo, pero consideré
que no pensar demasiado
funcionaba bien con Garrick. Cuando mi
respiración se calmó, dije: —Miré
departamentos en Filadelfia.
—¿Lo hiciste?
Asentí, todavía insegura de lo que él pensaba.
—Sé que todavía no hemos hablado de esto
—comencé—. Pero he
estado teniendo algunas ideas, y he decidido que
quiero concentrarme en
la actuación, no en la dirección escénica y ya
que no puedo permitirme el
lujo de Nueva York, Filadelfia parece un lugar
bastante bueno. Quiero
decir, no he hecho ningún plan definitivo. Sólo
he hecho alguna
investigación. Tú sabes, miré algunos teatros,
próximas audiciones,
departamentos, y empleos diurnos, esa clase de
cosas. Pero si piensas que
esto no es una buena idea, no tengo…
—Para ahí, loca habladora.
Esta fue una horrible idea. Yo acababa de
arruinar un gran
momento… como siempre lo hacía. Seriamente, iba a
inventar algún tipo
de máquina de shock o que me diera un puñetazo en
la cara cada vez
que hiciera una mierda como esta. Sería como
acondicionamiento, y tal
vez, finalmente, aprendería a cerrar la maldita
boca. Su mano encontró mi
mandíbula, y enfrentó mi rostro con el suyo. Su
pulgar rozó mi labio, y sus
ojos contemplaron los míos.
—Creo que te gustará Filadelfia —me dijo.
La luz brillaba otra vez en la forma de su
sonrisa, y me relajé en sus
brazos.
—Pero no te preocupes en indagar por departamentos.
Puedes
quedarte conmigo mientras buscas un lugar.
Su rostro estaba cuidadosamente construido, las
líneas lisas, sus labios
cerrados y reposando en algún lugar cercano a una
sonrisa. Tragué el
nudo en mi garganta, y dije: —¿De verdad?
—Y si no encuentras un lugar que te guste,
siempre podrías decidir
solamente quedarte conmigo permanentemente.
Extendí la mano, y aparté el cabello de su frente
de modo que
pudiera ver sus ojos. —¿Me estás pidiendo que me
mude contigo? No
puedo decirlo. Por lo general eres mucho más
directo que esto.
Sonrió. —Estaba intentando pedirte que te mudaras
conmigo sin
espantarte. ¿Funcionó?
Dije: —No tengo miedo.
Y lo decía en serio.
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