Leer libros online, de manera gratuita!!

Estimados lectores nos hemos renovado a un nuevo blog, con más libros!!, puede visitarlo aquí: eroticanovelas.blogspot.com

Últimos libros agregados

Últimos libros agregados:

¡Ver más libros!

Grey - (12) Viernes, 27 de Mayo de 2011

Volver a Capítulos

Viernes, 27 de Mayo de 2011
De: Christian Grey
Asunto: Cuidado, tú
Fecha: 27 de Mayo de 2011, 00:03
Para: Anastasia Steele
¿Por qué no te gusto?
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holding, Inc.
Me levanto y abro otra botella de agua con gas.
Y espero.
De: Anastasia Steele
Asunto: Cuidado, tú
Fecha: 27 de Mayo de 2011, 00:09
Para: Christian Grey
Porque nunca te quedas conmigo.
Página 318
Seis palabras.
Seis pequeñas palabras que hacen que mi cuero cabelludo hormiguee.
Le dije que no duermo con nadie.
Pero hoy fue un gran día.
Se graduó de la universidad.
Ella dijo que sí.
Fuimos a través de todos esos límites suaves de los que ella no sabía nada. Follamos. Le azoté. Follamos otra vez.
Mierda.
Y antes de que pueda detenerme, agarro el boleto del garaje para mi auto, agarro una chaqueta, y estoy a la puerta.
~ * ~
Las carreteras están vacías y estoy en su casa veintitrés minutos más tarde.
Llamo despacio, y Kavanagh abre la puerta.
—¿Qué demonios crees que estás haciendo aquí? —grita, sus ojos ardiendo con ira.
Vaya. No es el recibimiento que esperaba.
—He venido a ver a Ana.
—Bueno, ¡pues no puedes! —Kavanagh está con los brazos cruzados y las piernas apoyadas en la puerta, como una gárgola.
Intento razonar con ella.
—Pero tengo que verla. Ella me envió un correo electrónico. —¡Fuera de mi camino!
—¿Qué mierda le has hecho ahora?
—Eso es lo que necesito saber. —Aprieto los dientes.
—Desde que te conoció, pasa todo el día llorando.
Página 319
—¿Qué? —No puedo aguantar su mierda más tiempo, e irrumpo pasándola.
—¡No puedes entrar aquí! —Kavanagh me sigue, gritando como una arpía, mientras avanzo rápido por el apartamento hacia la habitación de Ana.
Abro la puerta de Ana y enciendo la luz principal. Ella está acurrucada en su cama, envuelta en su edredón. Sus ojos están rojos e hinchados, y se entrecierran por la luz del techo. Su nariz está hinchada y con manchas.
He visto a mujeres en este estado muchas veces, sobre todo después de haberlas castigado. Pero estoy sorprendido por la inquietud que se apodera de mis entrañas.
—Dios mío, Ana. —Apago la luz principal, para que no tenga que entrecerrar los ojos y me siento en la cama junto a ella.
—¿Qué estás haciendo aquí? —Ella está sollozando. Enciendo la luz de la mesilla.
—¿Quieres que eche a este idiota de aquí? —ladra Kate desde la puerta.
Vete a la mierda, Kavanagh. Levantando una ceja, pretendo ignorarla.
Ana niega con la cabeza, pero sus ojos llorosos están en mí.
—Solo grita si me necesitas —le dice Kate a Ana, como si fuera una niña—. Grey —chasquea, así que estoy obligado a mirarla—. Estás en mi lista negra, y estaré vigilándote. —Ella suena estridente, sus ojos brillando con furia, pero no me importa una mierda.
Afortunadamente se va, entorna la puerta, pero sin cerrarla del todo. Compruebo mi bolsillo interior y, una vez más, la señora Jones ha superado todas las expectativas; agarro el pañuelo y se lo doy a Ana.
—¿Qué pasa?
—¿Por qué estás aquí? —Su voz es débil.
No lo sé.
Tú dijiste que no me gustabas.
Página 320
—Parte de mi papel es cuidar de tus necesidades. Dijiste que querías que me quedase, así que aquí estoy. —Buen argumento ese, Grey—. Y te encuentro así. —No estabas así cuando me fui—. Estoy seguro de que es mi culpa, pero no tengo ni idea de por qué. ¿Es porque te golpeé?
Ella lucha para sentarse y se estremece cuando lo hace.
—¿Tomaste algún Advil? —¿Cómo instruí?
Ella niega con la cabeza.
¿Cuándo harás lo que yo te digo?
Voy a encontrar a Kavanagh, que está en el sofá, furiosa.
—Ana tiene dolor de cabeza. ¿Tienen algún Advil?
Ella levanta las cejas, sorprendida, creo, por mi preocupación por su amiga. Ceñuda, se levanta y pisa fuerte en la cocina. Después de algún susurro a través de cajas, me da un par de pastillas y una taza de té con agua.
De vuelta en el dormitorio se las ofrezco a Ana y me siento en la cama.
—Toma esto.
Ella lo hace, sus ojos nublados por la aprensión.
—Háblame. Me dijiste que estabas bien. Nunca te hubiera dejado si pensara que estabas así. —Distraída, juguetea con un hilo suelto en su colcha—. Supongo que cuando dijiste que estabas bien, no lo estabas.
—Pensé que estaba bien —admite.
—Anastasia, no puedes decirme lo que crees que quiero oír. Eso no es muy honesto. ¿Cómo puedo confiar en todo lo que me has dicho? —Esto no va a funcionar si no es honesta conmigo.
La idea es deprimente.
Háblame, Ana.
—¿Cómo te sentiste mientras te estaba golpeando, y después?
—No me gustó. Preferiría que no lo hicieras otra vez.
Página 321
—No tenía que gustarte.
—¿Por qué te gusta a ti? —pregunta ella, y su voz es más fuerte.
Mierda. No puedo decirle por qué.
—¿De verdad quieres saber?
—Oh, confía en mí, estoy fascinada. —Ahora está siendo sarcástica.
—Cuidado —le advierto.
Ella palidece ante mi expresión.
—¿Vas a pegarme otra vez?
—No, no esta noche. —Creo que has tenido suficiente.
—Entonces… —Ella todavía quiere una respuesta.
—Me gusta el control que me da, Anastasia. Quiero que te comportes de una manera en particular, y si no lo haces, te castigaré, y aprenderás a comportarte de la manera que quiero. Disfruto castigarte. He querido golpearte desde que me preguntaste si era gay.
Y yo no quiero que me pongas los ojos en blanco, o seas sarcástica.
—Así que no te gusta como soy. —Su voz es pequeña.
—Creo que eres encantadora tal como eres.
—¿Entonces por qué estás tratando de cambiarme?
—No quiero cambiarte. —Dios no lo quiera. Eres encantadora—. Me gustaría que fueras respetuosa y siguieras las reglas que te he dado y no me desafiaras. Sencillo. —Te quiero a salvo.
—Pero, ¿quieres castigarme?
—Sí.
—Eso es lo que no entiendo.
Suspiro.
—Es la forma en la que estoy hecho. Necesito controlarte. Necesito que te comportes de una manera determinada, y si no… —Mi
Página 322
mente se desvía. Lo encuentro excitante, Ana. Lo hiciste, también. ¿No puedes aceptar eso? Inclinarte sobre mi rodilla... sintiendo tu culo debajo de mi palma—. Me encanta ver tu hermosa y caliente piel de alabastro bajo mis manos. Me enciende. —Solo de pensarlo, mi cuerpo se mueve.
—Entonces, ¿no es el provocarme dolor?
Demonios.
—Un poco, para ver qué puedes tomar. —En realidad, es mucho, pero no quiero ir allí ahora mismo. Si le dijera, me echaría—. Pero esa no es la única razón. Es el hecho de que tú eres mía para hacerte lo que quiera, control absoluto sobre alguien más. Y me enciende. Muchísimo.
Debo prestarle un libro o dos para ser una sumisa.
—Mira, no me estoy explicando muy bien. Nunca lo he tenido que hacer antes. Realmente, no he pensado mucho sobre esto. Siempre he estado con personas de mi estilo. —Hago una pausa para comprobar que todavía está conmigo—. Y no has contestado a mi pregunta: ¿Cómo te sentiste después?
Ella parpadea.
—Confundida.
—Estabas excitada sexualmente, Anastasia.
Tienes un monstruo interno, Ana. Lo sé.
Cerrando los ojos, la recuerdo, húmeda y esperando alrededor de mis dedos después de azotarla. Cuando los abro, ella está mirándome, sus pupilas dilatadas, los labios entreabiertos... su lengua humedeciendo su labio superior. Ella lo quiere también.
Mierda. No otra vez, Grey. No cuando ella está así.
—No me mires así —advierto, mi voz ronca.
Sus cejas se levantan por la sorpresa.
Sabes lo que quiero decir, Ana.
—No tengo ningún condón, y sabes que estás molesta. Al contrario de lo que cree tu compañera de cuarto, no soy un degenerado. Así que, ¿te sentiste confundida?
Página 323
Ella permanece en silencio.
Jesús.
—No tienes ningún problema en ser honesta conmigo por escrito. Tus correos electrónicos siempre me dicen exactamente cómo te sientes. ¿Por qué no puedes hacer eso conversando? ¿Tanto te intimido?
Sus dedos juguetean con la colcha.
—Me cautivas, Christian. Me abrumas completamente. Me siento como un Ícaro, volando demasiado cerca del sol. —Su voz es tranquila, pero llena de emoción.
Su confesión me derriba como una patada en la cabeza.
—Bueno, creo que lo entendiste al revés —susurro.
—¿Qué cosas?
—Oh, Anastasia, me has hechizado. ¿No es obvio?
Es por eso que estoy aquí.
Ella no está convencida.
Ana. Créeme.
—Todavía no contestaste mi pregunta. Escríbeme un correo electrónico, por favor. Pero en este momento, me gustaría dormir. ¿Me puedo quedar?
—¿Quieres quedarte?
—Tú me querías aquí.
—No has respondido a mi pregunta —insiste.
Mujer Imposible. Yo solo conduje como un loco para llegar aquí después de su puto mensaje. Ahí está tu respuesta.
Gruño que responderé por correo electrónico. No hablaré de esto. Esta conversación ha terminado.
Antes de que pueda cambiar de opinión y regresar al Heathman, me pongo de pie, vacío mis bolsillos, me quito los zapatos y
Página 324
los calcetines, y me quito los pantalones. Cuelgo la chaqueta sobre su silla y me subo a la cama.
—Acuéstate —gruño.
Ella cumple, y me apoyo en mi codo, mirándola.
—Si vas a llorar, llora delante de mí. Necesito saberlo.
—¿Quieres que llore?
—No particularmente. Solo quiero saber cómo te sientes. No quiero que te deslices a través de mis dedos. Apaga la luz. Es tarde, y ambos tenemos que trabajar mañana.
Ella lo hace.
—Acuéstese de lado, de espaldas a mí.
No quiero que me toques.
La cama se hunde mientras ella se mueve, y envuelvo mi brazo alrededor de ella y suavemente la empujo contra mí.
—Duerme, nena —murmuro, y respiro el aroma de su cabello.
Maldición, ella huele bien.
Lelliot está corriendo a través de la hierba.
Él se está riendo. Fuerte.
Estoy corriendo detrás él. Mi cara está sonriendo.
Voy a atraparlo.
Hay pequeños árboles que nos rodean.
Árboles pequeños cubriendo las manzanas.
Mami me permite agarrar las manzanas.
Mami me permite comer las manzanas.
Pongo las manzanas en los bolsillos. En cada bolsillo.
Las escondo en mi suéter.
Página 325
Las manzanas están buenas.
Las manzanas huelen bien.
Mamá hace pastel de manzana.
Tarta y helado de manzana.
Ellos hacen a mi barriguita sonreír.
Escondo las manzanas en mis zapatos. Y las escondo debajo de la almohada.
Hay un hombre. El abuelo Trev… Trev… yan.
Su nombre es difícil. Es difícil de decir en mi cabeza.
Él tiene otro nombre. The… o… dore.
Theodore es un nombre gracioso.
Los árboles pequeños son sus árboles.
En su casa. Donde él vive.
Él es el papá de mamá.
Él tiene una fuerte carcajada. Y grandes hombros.
Y ojos felices.
Él corre para alcanzarnos a Lelliot y a mí.
No puedes atraparme.
Lelliot corre. Él se ríe.
Corro. Lo alcanzo.
Y caemos en la hierba.
Él se está riendo.
Las manzanas brillan bajo el sol.
Y su sabor es tan bueno.
Yummy.
Y huelen tan bien.
Página 326
Tan, tan bien.
Las manzanas caen.
Caen sobre mí.
Me giro y me golpeo la espalda. Hiriéndome.
Ouch.
Pero el olor sigue ahí, dulce y crujiente.
Ana.
Cuando abro los ojos, estoy envuelto a su alrededor, nuestras extremidades entrelazadas. Me está observando con una sonrisa tierna. Su rostro ya no está con manchas e hinchado; ella se ve radiante. Mi polla está de acuerdo, y se endurece en señal de saludo.
—Buenos días. —Estoy desorientado—. Dios, hasta mientras duermo me siento atraído por ti. —Estirándome, me desenredo a mí mismo de ella y exploro mi entorno. Por supuesto, estamos en su dormitorio. Sus ojos brillan con ávida curiosidad mientras mi polla se presiona contra ella—. Mmm, esto promete, pero creo que deberíamos esperar hasta el domingo. —Le acaricio justo debajo de la oreja con mi boca y me inclino en mi codo.
Ella se ve sonrojada. Cálida.
—Eres muy caliente —regaña.
—Tú no estás tan mal. —Sonrío y flexiono mis caderas, burlándome de ella con mi parte del cuerpo favorita. Ella trata de mirarme con desaprobación, pero falla miserablemente… está muy divertida. Inclinándome, la beso.
—¿Dormiste bien? —pregunto.
Ella asiente.
—Yo también.
Me sorprende. Tuve el sueño realmente bien. Le digo eso. Sin pesadillas. Solo sueños...
—¿Qué hora es? —pregunto.
Página 327
—Las siete y media.
—¿Siete y media? ¡Mierda! —Salto de la cama y empiezo a arrastrarme en mis pantalones. Ella me mira vestirme, tratando de reprimir la risa.
—Eres una mala influencia para mí —me quejo—. Tengo una reunión. Tengo que irme… tengo que estar en Portland a las ocho. ¿Estás riéndote de mí?
—Sí —admite.
—Voy tarde. Y nunca voy tarde. Otra primera vez, señorita Steele. —Tiro de mi chaqueta, me agacho y tomo su cabeza con las dos manos—. Domingo —susurro, y la beso. Agarro mi reloj, mi billetera y el dinero de su mesita de noche, recojo mis zapatos, y voy hacia la puerta—. Taylor vendrá y se encargará de tu escarabajo. Yo hablaba en serio. No lo conduzcas. Nos vemos en mi casa el domingo. Te enviaré un correo electrónico con la hora.
Dejándola un poco aturdida, me apresuro fuera del apartamento y hacia mi auto.
Me pongo los zapatos mientras estoy conduciendo. Una vez que están puestos, piso el acelerador y zigzagueo dentro y fuera del tráfico que se dirige a Portland. Voy a tener que conocer a los asociados de Eamon Kavanagh en mis jeans. Afortunadamente, esta reunión es a través de WebEx.
Entro a mi habitación en el Heathman y enciendo la portátil: ocho dos de la mañana.Mierda. No me he afeitado, pero aliso mi cabello y enderezo mi chaqueta, y espero que no se den cuenta que solo llevo una camiseta debajo.
¿A quién le importa una mierda, de todos modos?
Abro WebEx y Andrea está en línea, esperándome.
—Buenos días, señor Grey. El señor Kavanagh está retrasado, pero están listos para usted en Nueva York y aquí en Seattle.
—¿Fred y Barney? —Mis Picapiedra. Sonrío ante el pensamiento.
—Sí señor. Y Ros, también.
Página 328
—Genial. Gracias. —Estoy sin aliento. Atrapo a Andrea mirándome perpleja y elijo ignorarlo—. ¿Me puede pedir un panecillo tostado con crema de queso y salmón ahumado y un café, negro? Envíelo a mi suite lo antes posible.
—Sí, señor Grey. —Ella publica el enlace de la conferencia en la ventana—. Aquí tiene, señor —dice. Hago clic en el enlace, y entro.
—Buenos días. —Hay dos ejecutivos sentados en una mesa de conferencias en Nueva York, mirando expectantes a la cámara. Ros, Barney, y Fred están cada uno en ventanas separadas.
En los negocios, Kavanagh dice que quiere mejorar su red de medios con una conexión de fibra óptica de alta velocidad. GEHpuede hacerlo por ellos, pero, ¿están hablando en serio sobre comprarlas? Es una gran inversión por delante, pero una gran ganancia en el futuro.
Mientras estamos hablando, una notificación de correo de Ana con un llamativo título flota en la esquina superior derecha de mi pantalla. Tan silenciosamente como puedo, doy clic sobre él.
De: Anastasia Steele
Tema: Asalto y agresión: efectos secundarios
Día: 27 Mayo 2011 08:05
Para: Christian Grey
Querido señor Grey:
Querías saber por qué me sentí confundida luego de que tú… ¿qué eufemismo deberíamos utilizar?, me azotaras, castigaras, golpearas, agredieras.
Un poco melodramático, señorita Steele. Podría haber dicho que no.
Página 329
Pues bien, durante todo el inquietante episodio, me sentí humillada, degradada y ultrajada.
Si te sentías de esa forma, ¿por qué no me detuviste? Tienes palabras de seguridad.
Y para mayor vergüenza, tienes razón, estaba excitada, y eso era algo que no esperaba.
Lo sé. Bien. Finalmente lo has admitido.
Como bien sabes, todo lo sexual es nuevo para mí. Ojalá tuviera más experiencia y, en consecuencia, estuviera más preparada. Me extrañó que me excitara.
Lo que realmente me preocupó fue cómo me sentí después. Y eso es más difícil de explicar con palabras. Me hizo feliz que tú lo fueras. Me alivió que no fuera tan doloroso como había pensado que sería. Y mientras estuve tumbada entre tus brazos, me sentí… plena.
Como yo, Ana, como yo.
Pero esa sensación me incomoda mucho, incluso hace que me sienta culpable. No me encaja y, en consecuencia, me confunde. ¿Responde eso a tu pregunta?
Espero que el mundo de las fusiones y adquisiciones esté siendo tan estimulante como siempre, y que no hayas llegado demasiado tarde.
Gracias por quedarte conmigo.
Ana
Página 330
Kavanagh se une a la conversación, disculpándose por su retraso. Mientras las presentaciones son hechas y Fred habla sobre lo que GEH puede ofrecer, escribo mi respuesta a Ana. Espero que para aquellos del otro lado de la pantalla de la computadora se vea como que estoy tomando notas.
De: Christian Grey
Tema: Libere su mente
Día: 27 de Mayo de 2011 08:24
Para: Anastasia Steele
Interesante… aunque ligeramente exagerado el título, señorita Steele.
Respondiendo a su pregunta: yo diría ―azotes‖, y eso es lo que fueron.
• ¿Así que se sintió humillada, degradada, injuriada y agredida? ¡Es tan Tess Durbeyfield…! Si no recuerdo mal, fue usted la que optó por la corrupción. ¿De verdad se siente así o cree que debería sentirse así? Son dos cosas muy distintas. Si es así como se siente, ¿cree que podría intentar abrazar esas sensaciones y digerirlas, por mí? Eso es lo que haría una sumisa.
• Agradezco su inexperiencia. La valoro, y estoy empezando a entender lo que significa. En pocas palabras: significa que es mía en todos los sentidos.
• Sí, estaba excitada, lo que a su vez me excitó a mí; no hay nada malo en eso.
• ―Feliz‖ es un adjetivo que apenas alcanza a expresar lo que sentí. ―Extasiado‖ se aproxima más.
• Los azotes de castigo duelen bastante más que los sensuales, así que nunca le dolerá más de eso, salvo, claro, que cometa alguna
Página 331
infracción importante, en cuyo caso me serviré de algún instrumento para castigarla. Luego me dolía mucho la mano. Pero me gusta.
• También yo me sentí pleno, más de lo que jamás podría imaginar.
• No malgaste sus energías con sentimientos de culpa y pecado. Somos mayores de edad y lo que hagamos a puerta cerrada es cosa nuestra. Debe liberar su mente y escuchar a su cuerpo.
• El mundo de las fusiones y adquisiciones no es ni mucho menos tan estimulante como usted, señorita Steele.
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc
Su respuesta es casi inmediata.
De: Anastasia Steele
Tema: ¡Mayores de edad!
Día: 27 de Mayo 2011 08:26
Para: Christian Grey
¿No estás en una reunión?
Me alegra mucho que tu mano estuviera dolorida.
Y si escuchara a mi cuerpo, estaría en Alaska en este momento.
Ana
PD: Pensaré en abrazar esos sentimientos.
Página 332
¡Alaska! En serio, señorita Steele. Me río conmigo mismo y miro como si estuviera inmerso en la conversación en línea. Hay un golpe en mi puerta, y me disculpo por interrumpir la conferencia mientras dejo que el servicio a la habitación entre con mi desayuno. Señorita Ojos Oscuros me recompensa con una sonrisa coqueta mientras firmo el cheque.
Regresando a WebEx, encuentro a Fred informando a Kavanagh y a sus socios en qué tan exitosa ha sido esta tecnología por otra compañía cliente en la negociación futura.
—¿La tecnología me ayudará con el mercado futuro? —pregunta Kavanagh con una sonrisa sínica. Cuando le digo que Barney está trabajando duro para desarrollar una bola de cristal que prediga precios, todos tienen la gracia de reírse.
Mientras Fred discute una teorética línea del tiempo para la implementación e integración de la tecnología, le mando un correo a Ana.
De: Christian Grey
Tema: No llamas a la policía
Día: 27 Mayo 2011 08:35
Para: Anastasia Steele
Señorita Steele:
Ya que lo pregunta, estoy en una reunión, hablando del mercado de futuros. Por si no lo recuerda, se acercó a mí sabiendo muy bien lo que iba a hacer.
En ningún momento me pidió que parara; no utilizó ninguna palabra de seguridad.
Es adulta; toma sus propias decisiones.
Sinceramente, espero con ilusión la próxima vez que se me caliente la mano.
Página 333
Es evidente que no está escuchando a la parte correcta de su cuerpo.
En Alaska hace mucho frío y no es un buen escondite.
La encontraría.
Puedo rastrear su teléfono celular, ¿recuerda?
Váyase a trabajar.
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.
Fred está en plena plática cuando llega la respuesta de Ana.
De: Anastasia Steele
Tema: Acosador
Día: 27 Mayo 2011 08:36
Para: Christian Grey
¿Has buscado ayuda profesional para esa tendencia al acoso?
Ana
De: Christian Grey
Tema: ¿Acosador? ¿Yo?
Día: 27 Mayo 2011 08:38
Para: Anastasia Steele
Página 334
Le pago al eminente doctor Flynn una pequeña fortuna para que se ocupe de mi tendencia al acoso y de las otras.
Vete a trabajar.
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc
¿Por qué no se ha ido a trabajar? Llegará tarde.
De: Anastasia Steele
Asunto: Charlatanes Caros
Fecha: 27 Mayo 2011 08:40
Para: Christian Grey
Si me lo permites, te sugiero que busques una segunda opinión.
No estoy segura de que el doctor Flynn sea muy eficiente.
Señorita Steele
Maldición, está mujer es divertida… e intuitiva; Flynn me cobra una pequeña fortuna por sus consejos. Subrepticiamente, escribo mi respuesta.
De: Christian Grey
Tema: Segundas opiniones
Día: 27 Mayo 2011 08:43
Para: Anastasia Steele
Página 335
Te lo permita o no, no es asunto tuyo, pero el doctor Flynn es la segunda opinión.
Vas a tener que acelerar en tu auto nuevo y ponerte en peligro innecesariamente. Creo que eso va contra las normas.
VETE A TRABAJAR.
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.
Kavanagh me lanza una pregunta sobre una prueba a futuro. Le digo que recientemente adquirimos una compañía que es un jugador innovador dinámico en fibra óptica. No le dejo saber que tengo dudas sobre el Presidente, Lucas Woods. Se irá, de todos modos. Definitivamente voy a despedir a ese idiota, no importa lo que Ros diga.
De: Anastasia Steele
Asunto: MAYÚSCULAS GRITONAS.
Fecha: 27 Mayo 2011 08:47
Para: Christian Grey
Como soy el blanco de tu tendencia al acoso, creo que sí es asunto mío. No he firmado aún, así que las normas me repanloquecen.
Y no entro hasta las nueve y media.
Señorita Steele.
MAYÚSCULAS GRITONAS. Me encanta.
Le respondo:
Página 336
De: Christian Grey
Asunto: Lingüística descriptiva
Fecha: 27 Mayo 2011 08:49
Para: Anastasia Steele
¿‖Repanloquecen‖? Dudo mucho que eso venga en el diccionario.
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.
—Podemos tener esta conversación fuera de línea —dice Ros a Kavanagh—. Ahora que tenemos una idea de sus necesidades y expectativas, prepararemos una propuesta detallada para usted y le buscaremos la siguiente semana para discutirla.
—Grandioso —digo, tratando de parecer interesado.
Hay asentimientos de acuerdo de parte de todos, y después despedidas.
—Gracias por darnos la oportunidad de cotizar esto, Eamon —escribo a Kavanagh.
—Suena como si ustedes supieran lo que necesitamos —dice—. Fue bueno verte ayer. Nos vemos.
Todos cuelgan, excepto Ros, quien me está mirando como si me hubieran crecido dos cabezas.
Un correo de Ana aparece en mi bandeja de entrada.
—Espera un momento, Ros. Necesito un minuto o dos. —La pongo en silencio.
Y leo.
Y río en voz alta.
Página 337
De: Anastasia Steele
Asunto: Lingüística descriptiva
Fecha: 27 Mayo 2011 08:52
Para: Christian Grey
Sale después de ―acosador‖ y de ―controlador obsesivo‖.
Y la lingüística descriptiva está dentro de mis límites infranqueables.
¿Me dejas en paz de una vez?
Me gustaría irme a trabajar en mi auto nuevo.
Ana
Escribo una rápida respuesta.
De: Christian Grey
Asunto: Mujeres difíciles pero divertidas
Fecha: 27 Mayo 2011, 08:56
Para: Anastasia Steele
Me escuece la palma de la mano.
Conduzca con cuidado, señorita Steele.
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.
Página 338
Ros me está mirando cuando le quito el silencio.
—¿Qué demonios, Christian?
—¿Qué? —finjo inocencia.
—Tú sabes qué. No tengas una maldita reunión cuando obviamente no estás interesado.
—¿Era demasiado obvio?
—Sí.
—Joder.
—Sí. Joder. Este podría ser un contrato gigantesco para nosotros.
—Lo sé. Lo sé. Lo lamento. —Sonrío.
—No sé qué es lo que te está pasando últimamente. —Sacude su cabeza, pero puedo decir que está tratando de cubrir su asombro con exasperación.
—Es el aire de Portland.
—Bueno, entre más rápido regreses aquí, mejor.
—Regresaré a la hora del almuerzo, más o menos. Mientras tanto, pídele a Marco que investigue todas las casas editoriales en Seattle y vea si alguna de ellas está lo suficientemente desarrollada para una adquisición.
—¿Quieres incursionar en el mundo de las editoriales? —farfulla Ros—. No es un sector con alto potencial del crecimiento.
Probablemente ella tiene razón.
—Solo investiga. Eso es todo.
Suspira.
—Si insistes. ¿Estarás en contacto esta tarde? Podemos ponernos al día apropiadamente.
—Depende el tráfico.
—Anotaré una cita con Andrea.
—Genial. Adiós, por ahora.
Página 339
Cierro WebEx, luego llamo a Andrea.
—Sr. Grey.
—Llame al Dr. Baxter y consiga que vaya a mi apartamento el domingo, cerca del mediodía. Si no está disponible, encuentre un buen ginecólogo. El mejor.
—Sí, señor —dice—. ¿Algo más?
—Sí. ¿Cuál es el hombre de la compradora personal que uso en Neiman Marcus en el centro Bravern?
—Caroline Acton.
—Envíeme su número por mensaje de texto.
—De acuerdo.
—La veré en la tarde.
—Sí, señor.
Cuelgo.
Hasta ahora, ha sido una mañana interesante. No puedo recordar ningún intercambio de correos tan divertido, nunca. Miro lal portátil, pero no hay nada nuevo. Ana debe estar en el trabajo.
Deslizo las manos por mi cabello.
Ros notó lo distraído que estuve durante esa conversación.
Mierda, Grey. Compórtate. .
Me devoro el desayuno, bebo algo de café frío y me dirijo a mi habitación para ducharme y cambiarme. Incluso cuando me estoy lavando el cabello, no puedo sacar a esa mujer de mi cabeza. Ana.
La maravillosa Ana.
La imagen de ella balanceándose arriba y abajo sobre mí me viene a la mente; ella sobre mi rodilla, el trasero rosa; ella, atada a la cama, la boca abierta por el éxtasis. Señor, esa mujer es sexy. Y, esta mañana, despertar a su lado no fue tan malo, y dormí bien… realmente bien.
Página 340
Mayúsculas gritonas. Sus correos electrónicos me hacen reír. Son entretenidos. Ella es divertida. Nunca supe que me gustaba eso en una mujer. Necesitaré pensar en lo que haremos el domingo en mi cuarto de juegos… algo divertido, algo nuevo para ella.
Mientras me afeito, se me ocurre una idea y, tan pronto como me visto, regreso a mi portátil para buscar mi juguetería favorita. Necesito una fusta, de cuero marrón trenzado. Sonrío con suficiencia. Voy a hacer realidad los sueños de Ana.
Haciendo la orden, me pongo con correos del trabajo, energizado y productivo, hasta que Taylor me interrumpe.
—Buenos días, Taylor.
—Sr. Grey. —Asiente, mirándome con una expresión indescifrable y me doy cuenta que estoy sonriendo porque estoy pensando en los correos de ella una vez más.
La lingüística descriptiva está dentro de mis límites infranqueables.
—He tenido una buena mañana. —Me encuentro a mí mismo explicándome.
—Me place estuchar eso, señor. Tengo la ropa de la señorita Steele de la semana pasada.
—Empácala con mis cosas.
—De acuerdo.
—Gracias. —Lo observo caminar hacia mi habitación. Incluso Taylor está notando el efecto Anastasia Steele. Mi teléfono vibra: es un mensaje de texto de Elliot.
E: ¿Sigues en Portland?
C: Sí, pero me voy pronto.
E: Regresaré luego. Voy a ayudar a las chicas a mudarse.
Página 341
Lástima que no puedas quedarte.
Nuestra primera CITA DOBLE desde que Ana te quitó la virginidad.
C: Vete a la mierda. Recogeré a Mia.
E: Necesito detalles, hermano. Kate no me dice nada.
C: Bien. Vete a la mierda. De nuevo.
—¿Señor Grey? —interrumpe Taylor una vez más, equipaje en mano—. El mensajero ha sido despachado con la Blackberry.
—Gracias.
Asiente y se va mientras yo escribo otro correo electrónico para la Señorita Steele.
De: Christian Grey
Fecha: 27 de mayo de 2011 11:15.
Para: Anastasia Steele
Asunto: BlackBerry PRESTADA
Quiero poder localizarte a todas horas y, como esta es la forma de comunicación con la que más te sinceras, pensé que necesitabas una BlackBerry.
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.
Página 342
Y, quizá, responderás este teléfono cuando te llame.
A las once treinta de la mañana, tengo otra conferencia con nuestro director de finanzas para discutir los asuntos de caridad de GEH para el próximo trimestre. Eso toma la mayor parte de una hora y cuando hemos acabado, me termino un almuerzo ligero mientras leo el resto de mi revista Forbes.
Mientras trago la última cucharada de ensalada, me doy cuenta que no tengo otra razón para quedarme en el hotel. Es hora de irme y, aun así, no tengo ganas. En lo profundo, sé que es porque no veré a Ana hasta el domingo, a menos que ella cambie de parecer.
Mierda. Espero que no.
Apartando ese pensamiento tan poco placentero, empiezo a empacar mis papeles en mi maletín y, cuando alcanzo mi portátil para guardarla, veo que hay un correo electrónico de Ana.
De: Anastasia Steele
Fecha: 27 de mayo de 2011 13:22
Para: Christian Grey
Asunto: Consumismo desenfrenado
Me parece que te hace falta llamar al doctor Flynn ahora mismo.
Tu tendencia al acoso se está descontrolando.
Estoy en el trabajo. Te mando un correo cuando llegue a casa.
Gracias por este otro cacharrito.
No me equivocaba cuando te dije que eres un consumista compulsivo.
¿Por qué haces esto?
Ana
Página 343
¡Me está regañando! Le respondo inmediatamente.
De: Christian Grey
Fecha: 27 de mayo de 2011 13:24
Para: Anastasia Steele
Asunto: Muy sagaz para ser tan joven
Una muy buena puntualización, como de costumbre, señorita Steele.
El doctor Flynn está de vacaciones.
Y hago esto porque puedo.
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc
No responde de inmediato, así que empaco mi portátil. Agarrando mi maletín, me dirijo a la recepción para firmar la salida. Mientras espero por mi auto, Andrea me llama para decirme que encontró una gineco-obstetra que irá al Escala el domingo.
—Su nombre es Dra. Greene, y está altamente recomendada por su Médico, señor.
—Bien.
—Ella ejerce en Northwest.
—De acuerdo. —¿A dónde va Andrea con esto?
—Hay una cosa, señor… es costosa.
Descarto su preocupación.
—Andrea, lo que ella quiera, está bien.
Página 344
—En ese caso, puede estar en su apartamento a la una treinta de la tarde el domingo.
—Genial. Adelante.
—Perfecto, Sr. Grey.
Cuelgo y me siento tentando a llamar a mi madre para verificar las credenciales de la Dra. Greene, ya que trabajan en el mismo hospital; pero eso podría provocar demasiadas preguntas de Grace.
Una vez estoy en el auto, le envío a Ana un correo electrónico con los detalles sobre el domingo.
De: Christian Grey
Fecha: 27 de mayo de 2011 13:40
Para: Anastasia Steele
Asunto: Domingo
¿Quedamos el domingo a la una?
La doctora te esperará en el Escala a la una y media.
Yo me voy a Seattle ahora.
Confío en que la mudanza vaya bien, y estoy deseando que llegue el domingo.
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc
Correcto. Todo listo. Pongo el R8 en el camino y acelero hacia la quinta interestatal. Mientras paso por la salida de Vancouver, me siento inspirado. Llamo a Andrea por el manos libres y le pido que organice un regalo de bienvenida para Ana y Kate.
—¿Qué le gustaría enviar?
Página 345
—Un Bollinger La Grande Année Rosé, de 1999.
—Sí señor. ¿Algo más?
—¿A qué se refiere con ―algo más‖?
—¿Flores? ¿Chocolates? ¿Un globo?
—¿Un globo?
—Sí.
—¿Qué clase de globos?
—Bueno… tienen de todo.
—De acuerdo. Buena idea… vea si puede conseguir un globo con forma de helicóptero.
—Sí, señor. ¿Y un mensaje para la tarjeta?
—―Señoritas: buena suerte en su nuevo hogar. Christian Grey‖. ¿Escribió eso?
—Sí. ¿Cuál es la dirección?
Mierda. No lo sé.
—Se la enviaré por mensaje de texto más tarde o mañana. ¿Así está bien?
—Sí, señor. Puedo hacer que lo envíen mañana.
—Gracias, Andrea.
—De nada. —Suena sorprendida.
Cuelgo y acelero mi R8.
~ * ~
Para las seis treinta, estoy en casa y mi antes entusiasta humor se ha amargado… todavía no tengo respuesta de Ana. Selecciono un par de mancuernas de los cajones de mi closet mientras ato mi corbata para el evento de la noche mientras me pregunto si ella está bien. Dijo que me contactaría cuando llegara a casa; la he llamado dos veces, pero no contesta y me está irritando. Intento una vez más y, esta vez, dejo un mensaje.
Página 346
“Me parece que tienes que aprender a lidiar con mis expectativas. No soy un hombre paciente. Si me dices que te pondrás en contacto conmigo cuando termines de trabajar, ten la decencia de hacerlo. De lo contrario, me preocupo, y no es una emoción con la que esté familiarizado, por lo que no la tolero. Llámame”.
Si no llama pronto, voy a explotar.
~ * ~
Estoy sentando en una mesa con Whelan, mi banquero. Soy su invitado en una cena de caridad para una entidad sin ánimo de lucro que quiere crear consciencia de la pobreza mundial.
—Me alegra que llegara —dice Whelan.
—Es una buena causa.
—Y gracias por su generosa contribución, Sr. Grey. —Su esposa está empalagosa, mostrando sus pechos perfectamente operados en mi dirección.
—Como dije, es una buena causa. —Le muestro a ella una mirada de superioridad.
¿Por qué Ana no me ha devuelto la llamada?
Reviso mi teléfono de nuevo.
Nada.
Miro alrededor de la mesa a todos los hombres de mediana edad con su segunda o tercera esposa de trofeo. Dios no permita que yo alguna vez sea así.
Estoy aburrido. Verdaderamente aburrido y verdaderamente enojado.
¿Qué está haciendo ella?
¿Podría haberla traído aquí? Sospecho que también habría estado aburrida. Cuando la conversación en la mesa se mueve al estado de la economía, he tenido suficiente. Expresando excusas, dejo
Página 347
el salón y me dirijo a la salida del hotel. Mientras el valet está trayendo mi auto, llamo a Ana de nuevo.
Todavía no hay respuesta.
Tal vez ahora que me he ido, ella no quiere tener nada que ver conmigo.
Cuando llego a casa, me dirijo directo a mi estudio y enciendo el iMac.
De: Christian Grey
Fecha: 27 de mayo de 2011 22:14
Para: Anastasia Steele
Asunto: ¿Dónde estás?
Estoy en el trabajo. Te mando un correo cuando llegue a casa.
¿Aún sigues en el trabajo, o es que has empaquetado el teléfono, la BlackBerry y el MacBook?
Llámame, o me veré obligado a llamar a Elliot.
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.
Miro por mi ventana hacia las oscuras aguas del Sound. ¿Por qué me ofrecí a recoger a Mia? Podría estar con Ana, ayudándola a empacar toda su mierda, para luego ir por pizza con ella, Kate y Elliot, o lo que sea que hacen las personas normales.
Por el amor de Dios, Grey.
Ese no eres tú. Compórtate.
Vago por mi apartamento, mis pisadas haciendo eco en la sala, y parece dolorosamente vacío desde la última vez que estuve aquí. Me
Página 348
deshago la corbata. Tal vez soy yo quien está vacío. Me sirvo un Armagnac y miro al horizonte de Seattle, hacia el Sound.
¿Qué estás pensando de mí, Anastasia Steele? Las titilantes luces de Seattle no tienen la respuesta.
Mi teléfono vibra.
Gracias. Mierda. Finalmente. Es ella.
—Hola. —Estoy aliviado de que haya llamado.
—Hola —dice ella.
—Me tenías preocupado.
—Lo sé. Siento no haberte respondido, pero estoy bien.
¿Bien? Desearía estar…
—¿Lo has pasado bien esta noche? —pregunto, recobrando mi temperamento.
—Sí. Terminamos de empacar y Kate y yo cenamos comida china con José.
Oh, esto solo se pone mejor. El maldito fotógrafo de nuevo. Es por eso que ella no ha llamado.
—¿Qué tal tú? —pregunta cuando no respondo, y hay una pizca de desesperación en su voz.
¿Por qué? ¿Qué es lo que no me está diciendo?
Oh, ¡deja darle vueltas a esto, Grey!
Suspiro.
—Asistí a una cena con fines benéficos. Aburridísima. Me fui en cuento pude.
—Ojalá estuvieras aquí —susurra.
—¿En serio?
—Sí —dice fervientemente.
Oh. Tal vez me ha extrañado.
Página 349
—¿Nos veremos el domingo? —confirmo, tratando de evitar que mi voz suene esperanzada.
—Sí, el domingo —dice, y creo que está sonriendo.
—Buenas noches.
—Buenas noches, Amo. —Su voz es ronca y me quita el aliento.
—Buena suerte con la mudanza de mañana, Anastasia.
Permanece en la línea, su respiración suave. ¿Por qué no cuelga? ¿No quiere hacerlo?
—Cuelga tú —susurra.
Ella no quiere colgar y mi humor se ilumina de inmediato. Sonrío mirando la vista de Seattle.
—No, cuelga tú.
—No quiero.
—Yo tampoco.
—¿Estaba muy enfadado conmigo? —pregunta.
—Sí.
—¿Todavía lo estás?
—No. —Ahora que sé que estás a salvo.
—Entonces, ¿no me vas a castigar?
—No. Yo soy de los que toman acciones en el momento.
—Ya lo he notado —bromea, y eso me hace reír.
—Ya puede colgar, señorita Steele.
—¿En serio quiere que lo haga, señor?
—Vete a la cama, Anastasia.
—Sí, Amo.
No cuelga y sé que está sonriendo. Me eleva el espíritu.
—¿Alguna vez crees que serás capaz de hacer lo que te digan?
Página 350
—Puede. Lo sabremos después del domingo —dice, tentadora como es, y la línea queda muerta.
Anastasia Steele, ¿qué voy a hacer contigo?
De hecho, tengo una buena idea, siempre que esa fusta llegue a tiempo. Y, con ese tentador pensamiento, tiro el resto del Armagnac y me voy a la cama.


Volver a Capítulos

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ir a todos los Libros