En el sobre
hay varios papeles. Los saco, con el corazón latiéndome muy deprisa, me siento
en la cama y empiezo a leer.
CONTRATO
A
día___________ de 2011 («fecha de inicio»)
ENTRE
EL SR.
CHRISTIAN GREY, con domicilio en el Escala 301, Seattle, 98889 Washington
(«el Amo»)
Y LA SRTA. ANASTASIA STEELE, con domicilio en SW Green Street 1114, apartamento
7, Haven Heights, Vancouver, 98888 Washington
(«la Sumisa»)
LAS PARTES
ACUERDAN LO SIGUIENTE
Los puntos
siguientes son los términos de un contrato vinculante entre el Amo y la Sumisa.
TÉRMINOS FUNDAMENTALES
El propósito
fundamental de este contrato es permitir que la Sumisa explore su sensualidad y
sus límites de forma segura, con el debido respeto y miramiento por sus
necesidades, sus límites y su bienestar.
El Amo y la
Sumisa acuerdan y admiten que todo lo que suceda bajo los términos de este
contrato será consensuado y confidencial, y estará sujeto a los límites
acordados y a los procedimientos de seguridad que se contemplan en este
contrato. Pueden añadirse límites y procedimientos de
seguridad adicionales.
El Amo y la
Sumisa garantizan que no padecen infecciones sexuales ni enfermedades graves,
incluyendo VIH, herpes y hepatitis, entre otras. Si durante la vigencia del
contrato (como se define abajo) o de cualquier ampliación del mismo una de las
partes es diagnosticada o tiene conocimiento de padecer alguna de estas
enfermedades, se compromete a informar a la otra inmediatamente y en todo caso
antes de que se produzca cualquier tipo de contacto entre las partes.
Es preciso
cumplir las garantías y los acuerdos anteriormente mencionados (y todo límite y
procedimiento de seguridad adicional acordado en la cláusula 3). Toda
infracción invalidará este contrato con carácter inmediato, y ambas partes
aceptan asumir totalmente ante la otra las consecuencias de la infracción.
Todos los
puntos de este contrato deben leerse e interpretarse a la luz del propósito y
los términos fundamentales establecidos en las cláusulas 2-5.
FUNCIONES
El Amo será
responsable del bienestar y del entrenamiento, la orientación y la disciplina
de la Sumisa. Decidirá el tipo de entrenamiento, la orientación y la
disciplina, y el momento y el lugar de administrarlos, atendiendo a los
términos acordados, los límites y los procedimientos de seguridad establecidos
en este contrato o añadidos en la cláusula 3.
Si en algún
momento el Amo no mantiene los términos acordados, los límites y los
procedimientos de seguridad establecidos en este contrato o añadidos en la
cláusula 3, la Sumisa tiene derecho a finalizar este contrato inmediatamente y
a abandonar su servicio al Amo sin previo aviso.
Atendiendo a
esta condición y a las cláusulas 2-5, la Sumisa tiene que obedecer en todo al
Amo. Atendiendo a los términos acordados, los límites y los procedimientos de
seguridad establecidos en este contrato o añadidos en la cláusula 3, debe
ofrecer al Amo, sin preguntar ni dudar, todo el placer que este le exija, y
debe aceptar, sin preguntar ni dudar, el entrenamiento, la orientación y la
disciplina en todas sus formas.
INICIO Y VIGENCIA
El Amo y la
Sumisa firman este contrato en la fecha de inicio, conscientes de su naturaleza
y comprometiéndose a acatar sus condiciones sin excepción.
Este contrato
será efectivo durante un periodo de tres meses desde la fecha de inicio
(«vigencia del contrato»). Al expirar la vigencia, las partes comentarán si
este contrato y lo dispuesto por ellos en el mismo son satisfactorios y si se
han satisfecho las necesidades de cada parte. Ambas partes pueden proponer
ampliar el contrato y ajustar los términos o los acuerdos que en él se establecen.
Si no se llega a un acuerdo para ampliarlo, este contrato concluirá y ambas
partes serán libres para seguir su vida por separado.
DISPONIBILIDAD
La Sumisa
estará disponible para el Amo desde el viernes por la noche hasta el domingo
por la tarde, todas las semanas durante la vigencia del contrato, a horas a
especificar por el Amo («horas asignadas»). Pueden
acordarse mutuamente más horas asignadas adicionales.
El Amo se
reserva el derecho a rechazar el servicio de la Sumisa en cualquier momento y
por las razones que sean. La Sumisa puede solicitar su liberación en cualquier
momento, liberación que quedará a criterio del Amo y estará exclusivamente
sujeta a los derechos de la Sumisa contemplados en las cláusulas 2-5 y 8.
UBICACIÓN
La Sumisa
estará disponible a las horas asignadas y a las horas adicionales en los
lugares que determine el Amo. El Amo correrá con todos los costes de viaje en
los que incurra la Sumisa con este fin.
PRESTACIÓN DE SERVICIOS
Las dos partes
han discutido y acordado las siguientes prestaciones de servicios, y ambas
deberán cumplirlas durante la vigencia del contrato. Ambas partes aceptan que
pueden surgir cuestiones no contempladas en los términos de este contrato ni en
la prestación de servicios, y que determinadas cuestiones podrán renegociarse.
En estas circunstancias, podrán proponerse cláusulas adicionales a modo de
enmienda. Ambas partes deberán acordar, redactar y firmar toda cláusula
adicional o enmienda, que estará sujeta a los términos fundamentales establecidos
en las cláusulas 2-5.
AMO
El Amo debe
priorizar en todo momento la salud y la seguridad de la Sumisa. El Amo en
ningún momento exigirá, solicitará, permitirá ni pedirá a la Sumisa que
participe en las actividades detalladas en el Apéndice 2 o en toda actividad
que cualquiera de las dos partes considere insegura. El Amo no llevará a cabo,
ni permitirá que se lleve a cabo, ninguna actividad que pueda herir gravemente
a la Sumisa o poner en peligro su vida. Los restantes subapartados de esta cláusula
15 deben leerse atendiendo a esta condición y a los acuerdos fundamentales de
las cláusulas 2-5.
El Amo acepta
el control, el dominio y la disciplina de la Sumisa durante la vigencia del
contrato. El Amo puede utilizar el cuerpo de la Sumisa en cualquier momento
durante las horas asignadas, o en horas adicionales acordadas, de la manera que
considere oportuno, en el sexo o en cualquier otro ámbito.
El Amo
ofrecerá a la Sumisa el entrenamiento y la orientación necesarios para servir
adecuadamente al Amo.
El Amo
mantendrá un entorno estable y seguro en el que la Sumisa pueda llevar a cabo
sus obligaciones para servir al Amo.
El Amo puede
disciplinar a la Sumisa cuanto sea necesario para asegurarse de que la Sumisa
entiende totalmente su papel de sumisión al Amo y para desalentar conductas
inaceptables. El Amo puede azotar, zurrar, dar latigazos y castigar físicamente
a la Sumisa si lo considera oportuno por motivos de disciplina, por placer o
por cualquier otra razón, que no está obligado a exponer.
En el
entrenamiento y en la administración de disciplina, el Amo garantizará que no
queden marcas en el cuerpo de la Sumisa ni heridas que exijan atención médica.
En el
entrenamiento y en la administración de disciplina, el Amo garantizará que la
disciplina y los intrumentos utilizados para administrarla sean seguros, no los
utilizará de manera que provoquen daños serios y en ningún caso podrá traspasar
los límites establecidos y detallados en este contrato.
En caso de
enfermedad o herida, el Amo cuidará a la Sumisa, vigilará su salud y su
seguridad, y solicitará atención médica cuando lo considere necesario.
El Amo cuidará
de su propia salud y buscará atención médica cuando sea necesario para evitar
riesgos.
El Amo no
prestará su Sumisa a otro Amo.
El Amo podrá
sujetar, esposar o atar a la Sumisa en todo momento durante las horas asignadas
o en cualquier hora adicional por cualquier razón y por largos periodos de
tiempo, prestando la debida atención a la salud y la seguridad de la Sumisa.
El Amo
garantizará que todo el equipamiento utilizado para el entrenamiento y la
disciplina se mantiene limpio, higiénico y seguro en todo momento.
SUMISA
La Sumisa
acepta al Amo como su dueño y entiende que ahora es de su propiedad y que está
a su disposición cuando al Amo le plazca durante la vigencia del contrato en
general, pero especialmente en las horas asignadas y en las horas adicionales
acordadas.
La Sumisa
obedecerá las normas establecidas en el Apéndice 1 de este contrato.
La Sumisa
servirá al Amo en todo aquello que el Amo considere oportuno y debe hacer todo
lo posible por complacer al Amo en todo momento.
La Sumisa
tomará las medidas necesarias para cuidar su salud, solicitará o buscará
atención médica cuando la necesite, y en todo momento mantendrá informado al
Amo de cualquier problema de salud que pueda surgir.
La Sumisa
garantizará que toma anticonceptivos orales, y que los toma como y cuando es
debido para evitar quedarse embarazada.
La Sumisa
aceptará sin cuestionar todas y cada una de las acciones disciplinarias que el
Amo considere necesarias, y en todo momento recordará su papel y su función
ante el Amo.
La Sumisa no
se tocará ni se proporcionará placer sexual sin el permiso del Amo.
La Sumisa se
someterá a toda actividad sexual que exija el Amo, sin dudar y sin discutir.
La Sumisa
aceptará azotes, zurras, bastonazos, latigazos o cualquier otra disciplina que
el Amo decida administrar, sin dudar, preguntar ni quejarse.
La Sumisa no
mirará directamente a los ojos al Amo excepto cuando se le ordene. La Sumisa
debe agachar los ojos, guardar silencio y mostrarse respetuosa en presencia del
Amo.
La Sumisa se
comportará siempre con respeto hacia el Amo y solo se dirigirá a él como señor,
señor Grey o cualquier otro apelativo que le ordene el Amo.
La Sumisa no
tocará al Amo sin su expreso consentimiento.
ACTIVIDADES
La Sumisa no
participará en actividades o actos sexuales que cualquiera de las dos partes
considere inseguras ni en las actividades detalladas en el Apéndice 2.
El Amo y la
Sumisa han comentado las actividades establecidas en el Apéndice 3 y hacen
constar por escrito en el Apéndice 3 su acuerdo al respecto.
PALABRAS DE SEGURIDAD
El Amo y la
Sumisa admiten que el Amo puede solicitar a la Sumisa acciones que no puedan
llevarse a cabo sin incurrir en daños físicos, mentales, emocionales,
espirituales o de otro tipo en el momento en que se le solicitan. En este tipo
de circunstancias, la Sumisa puede utilizar una palabra de seguridad. Se
incluirán dos palabras de seguridad en función de la intensidad de las
demandas.
Se utilizará
la palabra de seguridad «Amarillo» para indicar al Amo que la Sumisa está
llegando al límite de resistencia.
Se utilizará
la palabra de seguridad «Rojo» para indicar al Amo que la Sumisa ya no puede
tolerar más exigencias. Cuando se diga esta palabra, la acción del Amo cesará
totalmente con efecto inmediato.
CONCLUSIÓN
Los abajo
firmantes hemos leído y entendido totalmente lo que estipula este contrato.
Aceptamos libremente los términos de este contrato y con nuestra firma damos
nuestra conformidad.
El Amo:
Christian Grey
Fecha
La Sumisa:
Anastasia Steele
Fecha
APÉNDICE 1
NORMAS
Obediencia:
La Sumisa
obedecerá inmediatamente todas las instrucciones del Amo, sin dudar, sin
reservas y de forma expeditiva. La Sumisa aceptará toda actividad sexual que el
Amo considere oportuna y placentera, excepto las actividades contempladas en
los límites infranqueables (Apéndice 2). Lo hará con entusiasmo y sin dudar.
Sueño:
La Sumisa
garantizará que duerme como mínimo ocho horas diarias cuando no esté con el
Amo.
Comida:
Para cuidar su
salud y su bienestar, la Sumisa comerá frecuentemente los alimentos incluidos
en una lista (Apéndice 4). La Sumisa no comerá entre horas, a excepción de
fruta.
Ropa:
Durante la
vigencia del contrato, la Sumisa solo llevará ropa que el Amo haya aprobado. El
Amo ofrecerá a
la Sumisa un presupuesto para ropa, que la Sumisa debe utilizar. El Amo
acompañará a la Sumisa a comprar ropa cuando sea necesario. Si el Amo así lo
exige, mientras el contrato esté vigente, la Sumisa se pondrá los adornos que
le exija el Amo, en su presencia o en cualquier otro momento que el Amo
considere oportuno.
Ejercicio:
El Amo
proporcionará a la Sumisa un entrenador personal cuatro veces por semana, en
sesiones de una hora, a horas convenidas por el entrenador personal y la
Sumisa. El entrenador personal informará al Amo de los avances de la Sumisa.
Higiene
personal y belleza:
La Sumisa
estará limpia y depilada en todo momento. La Sumisa irá a un salón de belleza
elegido por el Amo cuando este lo decida y se someterá a cualquier tratamiento
que el Amo considere oportuno. El Amo correrá con todos los gastos.
Seguridad
personal:
La Sumisa no
beberá en exceso, ni fumará, ni tomará sustancias psicotrópicas, ni correrá
riesgos innecesarios.
Cualidades
personales:
La Sumisa solo
mantendrá relaciones sexuales con el Amo. La Sumisa se comportará en todo
momento con respeto y humildad. Debe comprender que su conducta influye
directamente en la del Amo. Será responsable de cualquier fechoría, maldad y
mala conducta que lleve a cabo cuando el Amo no esté presente.
El
incumplimiento de cualquiera de las normas anteriores será inmediatamente
castigado, y el Amo determinará la naturaleza del castigo.
APÉNDICE 2
Límites
infranqueables
Actos con
fuego.
Actos con orina,
defecación y excrementos.
Actos con
agujas, cuchillos, perforaciones y sangre.
Actos con
instrumental médico ginecológico.
Actos con
niños y animales.
Actos que
dejen marcas permanentes en la piel.
Actos
relativos al control de la respiración.
Actividad que
implique contacto directo con corriente eléctrica (tanto alterna como
continua), fuego o llamas en el cuerpo.
APÉNDICE 3
Límites
tolerables
A discutir y
acordar por ambas partes:
¿Acepta la Sumisa
lo siguiente?
Masturbación
Penetración vaginal
Cunnilingus
Fisting vaginal
Felación
Penetración anal
Ingestión de semen
Fisting anal
¿Acepta la
Sumisa lo siguiente?
Vibradores
Consoladores
Tapones anales
Otros juguetes
vaginales/anales ¿Acepta la Sumisa lo siguiente?
Bondage con cuerda
Bondage con cinta adhesiva
Bondage con muñequeras
Otros tipos de
bondage de cuero
Bondage con esposas y grilletes
¿Acepta la
Sumisa los siguientes tipos de bondage?
Manos al frente
Muñecas con tobillos
Tobillos
A objetos, muebles, etc.
Codos
Barras rígidas
Manos a la espalda
Suspensión
Rodillas
¿Acepta la
Sumisa que se le venden los ojos?
¿Acepta la
Sumisa que se la amordace?
¿Cuánto dolor
está dispuesta a experimentar la Sumisa?
1 equivale a
que le gusta mucho y 5, a que le disgusta mucho: 1 — 2 — 3 — 4 — 5
¿Acepta la
Sumisa las siguientes formas de dolor/castigo/disciplina?
Azotes
Azotes con pala
Latigazos
Azotes con vara
Mordiscos
Pinzas para pezones
Pinzas genitales
Hielo
Cera caliente
Otros tipos/métodos de dolor
Dios mío. Ni
siquiera tengo fuerzas para echar un vistazo a la lista de los alimentos. Trago
saliva y tengo la boca seca. Vuelvo a leerlo.
Me da vueltas
la cabeza. ¿Cómo voy a aceptar todo esto? Y al parecer es en mi beneficio, para
que explore mi sensualidad y mis límites de forma segura… ¡Por favor! Es de risa.
Servirlo y obedecerlo en todo. ¡En todo! Muevo la cabeza sin terminar de
creérmelo. En realidad, ¿los votos del matrimonio no utilizan palabras como…
obediencia? Me desconcierta. ¿Todavían dicen eso las parejas? Solo tres meses…
¿Por eso ha habido tantas? ¿No se las queda mucho tiempo? ¿O ellas tuvieron
bastante con tres meses? ¿Todos los fines de semana? Es demasiado. No podré ver
a Kate ni a los amigos que pueda hacer en mi nuevo trabajo, suponiendo que
encuentre trabajo. Quizá debería reservarme un fin de semana al mes para mí.
Quizá cuando tenga la regla… Parece… práctico. ¡Es mi dueño! ¡Tendré que hacer
lo que le plazca! Dios mío.
Me estremezco
al pensar en que me azote o me pegue. Probablemente los azotes no sean tan
graves, aunque sí humillantes. ¿Y atarme? Bueno, ya me ha atado las manos. Fue…
bueno, fue excitante, muy excitante, así que quizá tampoco sea tan grave. No me
prestará a otro Amo… Maldita sea, por supuesto que no. Sería totalmente
inaceptable. ¿Por qué me tomo siquiera la molestia de pensar en todo esto?
No puedo
mirarlo a los ojos. ¡Qué raro! Es la única manera de tener alguna posibilidad
de saber lo que está pensando. Pero ¿a quién intento engañar? Nunca sé lo que
está pensando, pero me gusta mirarle a los ojos. Son bonitos, cautivadores,
inteligentes, profundos y oscuros, con secretos de dominación. Pienso en su
mirada ardiente, aprieto los muslos y me estremezco.
Y no puedo
tocarlo. Bueno, esto no me sorprende. Y esas estúpidas normas… No, no, no
puedo. Me cubro la cara con las manos. No es manera de mantener una relación.
Necesito dormir un poco. Estoy agotada. Las travesuras físicas que he hecho en
las últimas veinticuatro horas han sido francamente agotadoras. Y mentalmente…
Oh, es demasiado. Como diría José, una auténtica jodienda mental. Quizá por la
mañana no me parezca una broma de mal gusto.
Me levanto y
me cambio rápidamente. Quizá debería pedirle prestado a Kate su pijama rosa de
franela. Necesito el contacto de algo mimoso y tranquilizador. Voy al baño a
lavarme los dientes en camiseta y pantalones cortos de pijama.
Me miro en el
espejo del baño. No puedes estar planteándotelo en serio… Mi subconsciente
parece cuerda y racional, no mordaz, como suele ser. La diosa que llevo dentro
no deja de dar saltitos y palmas como una niña de cinco años. Por favor, di que
sí… si no, acabaremos solas con un montón de gatos y tus novelas por única
compañía.
El único
hombre que me ha atraído, y llega con un maldito contrato, un látigo y un
sinfín de puntos y cláusulas. Bueno, al menos he conseguido lo que quería este
fin de semana. La diosa que llevo dentro deja de saltar y sonríe con serenidad.
¡Oh, sí…!, articula con los labios asintiendo con aire de suficiencia. Me
ruborizo al recordar sus manos y su boca sobre mí, su cuerpo dentro del mío.
Cierro los ojos y siento en lo más hondo la exquisita tensión de mis músculos.
Quiero hacerlo una y otra vez. Quizá si solo me quedo con el sexo… ¿lo
aceptaría? Me temo que no.
¿Soy sumisa?
Quizá lo parezco. Quizá le di esa impresión en la entrevista. Soy tímida, sí…
pero ¿sumisa? Dejo que Kate me avasalle… ¿Es lo mismo? Y esos límites
tolerables… Alucino, aunque me tranquiliza saber que tenemos que discutirlos.
Vuelvo a mi
habitación. Es demasiado en lo que pensar. Necesito aclararme, planteármelo por
la mañana, cuando esté fresca. Guardo los transgresores documentos en el bolso.
Mañana… mañana será otro día. Me meto en la cama, apago la luz y me tumbo
mirando al techo. Ojalá no lo hubiera conocido nunca. La diosa que llevo dentro
cabecea. Las dos sabemos que es mentira. Nunca me había sentido tan viva.
Cierro los
ojos y me sumerjo en un sueño profundo en el que de vez en cuando veo camas de
cuatro postes, grilletes e intensos ojos grises.
A la mañana
siguiente Kate me despierta.
—Ana, llevo
llamándote un buen rato. ¿Te has desmayado?
Mis ojos se
niegan a abrirse. No solo se ha levantado, sino que ha salido a correr. Echo un
vistazo al despertador. Las ocho de la mañana. Vaya, he dormido más de nueve
horas.
—¿Qué pasa?
—balbuceo medio dormida.
—Ha llegado un
tipo con un paquete para ti. Tienes que firmar.
—¿Qué?
—Vamos. Es
grande. Parece interesante.
Da unos
saltitos entusiasmada y vuelve al comedor. Salgo de la cama y cojo la bata, que
está colgada en la puerta. En el comedor hay un chico elegante con coleta y una
caja grande en las manos.
—Hola
—murmuro.
—Te prepararé
un té —me dice Kate metiéndose en la cocina.
—¿La señorita
Steele?
E
inmediatamente sé quién me manda el paquete.
—Sí —le contesto
con recelo.
—Traigo un
paquete para usted, pero tengo que instalarlo y enseñarle a utilizarlo.
—¿En serio? ¿A
estas horas?
—Yo cumplo
órdenes, señora.
Me dedica una
sonrisa encantadora pero expeditiva, como diciendo que no le venga con chorradas.
¿Acaba de
llamarme «señora»? ¿He envejecido diez años en una noche? De ser así, es culpa
del contrato. Frunzo los labios disgustada.
—De acuerdo,
¿qué es?
—Un MacBook
Pro.
—Cómo no —digo
poniendo los ojos en blanco.
—Todavía no
está en las tiendas, señora. Es lo último de Apple.
¿Por qué no me
sorprende? Suspiro ruidosamente.
—Colóquelo
ahí, en la mesa del comedor.
Voy a la
cocina a reunirme con Kate.
—¿Qué es? —me
pregunta con los ojos brillantes.
Se ha hecho
una coleta. También ella ha dormido bien.
—Un portátil
de Christian.
—¿Por qué te
manda un portátil? Sabes que puedes utilizar el mío.
No para lo que
él tiene en mente.
—Bueno, es
solo un préstamo. Quería que lo probara.
Mi excusa
parece poco convincente, pero Kate asiente. Vaya… He mentido a Katherine
Kavanagh. Una novedad. Me pasa mi taza de té.
El portátil es
brillante, plateado y bastante bonito, con una pantalla grandísima. A Christian
Grey le gustan las cosas a gran escala… Pienso en donde vive, en su casa.
—Lleva el
último OS y todo un paquete de programas, más un disco duro de 1,5 terabytes,
así que tendrá mucho espacio, 32 gigas de RAM… ¿Para qué va a utilizarlo?
—Bueno… para
mandar e-mails.
—¡E-mails!
—exclama pasmado, alzando las cejas con una ligera mirada demente.
—Y quizá
navegar por internet… —añado encogiéndome de hombros, como disculpándome.
Suspira.
—Bueno, tiene
rúter inalámbrico N, y lo he instalado con las especificaciones de su cuenta.
Este cacharro está preparado para funcionar prácticamente en todo el mundo —me
explica mirándolo con cierto deseo.
—¿Mi cuenta?
—Su nueva
dirección de e-mail.
¿Tengo
dirección de e-mail?
Pulsa un icono
de la pantalla y sigue hablándome, pero yo ni caso. No entiendo una palabra de
lo que dice y, para ser sincera, no me interesa. Dime solo cómo encenderlo y
apagarlo… Lo demás ya lo descubriré. Al fin y al cabo, llevo cuatro años
utilizando el de Kate. Kate silba impresionada en cuanto lo ve.
—Es tecnología
de última generación —me dice alzando las cejas—. A la mayoría de las mujeres
les regalan flores o alguna joya —me provoca intentando no sonreír.
Le pongo mala
cara, pero no puedo aguantar seria. A las dos nos da un ataque de risa, y el
tipo del ordenador nos mira perplejo, con la boca abierta. Termina y me pide
que firme el albarán de entrega.
Mientras Kate
lo acompaña a la puerta, me siento con mi taza de té, abro el programa de
correo y descubro que está esperándome un e-mail de Christian. El corazón me da
un brinco. Tengo un correo electrónico de Christian Grey. Lo abro, nerviosa.
De: Christian
Grey
Fecha: 22 de
mayo de 2011 23:15
Para:
Anastasia Steele
Asunto: Su
nuevo ordenador
Querida
señorita Steele:
Confío en que
haya dormido bien. Espero que haga buen uso de este portátil, como comentamos.
Estoy
impaciente por cenar con usted el miércoles.
Hasta
entonces, estaré encantado de contestar a cualquier pregunta vía e-mail, si lo
desea.
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings,
Inc.
Pulso
«Responder».
De: Anastasia
Steele
Fecha: 23 de
mayo de 2011 08:20
Para:
Christian Grey
Asunto: Tu
nuevo ordenador (en préstamo)
He dormido muy
bien, gracias… por alguna extraña razón… Señor.
Creí entender
que el ordenador era en préstamo, es decir, no es mío.
Ana
Su respuesta
llega casi al momento.
De: Christian
Grey
Fecha: 23 de
mayo de 2011 08:22
Para: Anastasia
Steele
Asunto: Su
nuevo ordenador (en préstamo) El ordenador es en préstamo. Indefinidamente,
señorita Steele.
Observo en su
tono que ha leído la documentación que le di.
¿Tiene alguna
pregunta?
Christian Grey
Presidente de
Grey Enterprises Holdings, Inc.
No puedo
evitar sonreír.
De: Anastasia
Steele
Fecha: 23 de
mayo de 2011 08:25
Para:
Christian Grey
Asunto: Mentes
inquisitivas
Tengo muchas
preguntas, pero no me parece adecuado hacértelas vía e-mail, y algunos tenemos
que trabajar para ganarnos la vida.
No quiero ni
necesito un ordenador indefinidamente.
Hasta luego.
Que tengas un buen día… Señor.
Ana
Su respuesta
vuelve a ser instantánea y hace que sonría.
De: Christian
Grey
Fecha: 23 de
mayo de 2011 08:26
Para:
Anastasia Steele
Asunto: Tu
nuevo ordenador (de nuevo en préstamo)
Hasta luego,
nena.
P.D.: Yo
también trabajo para ganarme la vida.
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings,
Inc.
Cierro el
ordenador sonriendo como una idiota. ¿Cómo puedo resistirme al juguetón
Christian?
Voy a llegar
tarde al trabajo. Bueno, es mi última semana… Seguramente el señor y la señora
Clayton harán un poco la vista gorda. Corro a la ducha sin poder quitarme la
sonrisa de oreja a oreja. ¡Me ha escrito e-mails! Me siento como una niña
aturdida. Y todas las angustias por el contrato desaparecen. Mientras me lavo
el pelo, intento pensar en lo que podría preguntarle por e-mail, aunque
seguramente estas cosas es mejor hablarlas. Supongamos que alguien hackea su
cuenta… Me ruborizo solo de pensarlo. Me visto rápidamente, me despido a gritos
de Kate y salgo para trabajar mi última semana en Clayton’s.
José me llama
a las once.
—Hola, ¿vamos
a tomar un café?
Su tono es el
del José de siempre, mi amigo José, no un… ¿cómo lo llamó Christian? Un
pretendiente. Uf.
—Claro. Estoy
en el trabajo. ¿Puedes pasarte por aquí, digamos, a las doce?
—Vale, nos
vemos a las doce.
Cuelga y yo
vuelvo a reponer las brochas y a pensar en Christian Grey y su contrato.
José es
puntual. Entra en la tienda dando saltitos vacilantes como un cachorro de ojos
oscuros.
—Ana.
En cuanto
esboza su deslumbrante sonrisa hispanoamericana, se me pasa el enfado.
—Hola, José.
—Lo abrazo—. Me muero de hambre. Voy a decirle a la señora Clayton que salgo a
comer.
De camino a la
cafetería, cojo a José del brazo. Me alegra mucho que actúe con… normalidad,
como un amigo al que conozco y al que entiendo.
—Ana
—murmura—, ¿de verdad me has perdonado?
—José, sabes
que nunca podré estar mucho tiempo enfadada contigo.
Sonríe.
Estoy
impaciente por llegar a casa para ver si tengo un e-mail de Christian, y quizá pueda
empezar mi investigación. Kate ha salido, así que enciendo el nuevo ordenador y
abro el programa de correo. Por supuesto, en la bandeja de entrada tengo un
e-mail de Christian. Casi salto de la silla de alegría.
De: Christian
Grey
Fecha: 23 de
mayo de 2011 17:24
Para:
Anastasia Steele
Asunto:
Trabajar para ganarse la vida
Querida
señorita Steele:
Espero que
haya tenido un buen día en el trabajo.
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings,
Inc.
Pulso
«Responder».
De: Anastasia
Steele
Fecha: 23 de
mayo de 2011 17:48
Para:
Christian Grey
Asunto:
Trabajar para ganarse la vida
Señor… He
tenido un día excelente en el trabajo.
Gracias.
Ana
De: Christian
Grey
Fecha: 23 de
mayo de 2011 17:50
Para:
Anastasia Steele
Asunto: ¡A
trabajar!
Señorita
Steele:
Me alegro
mucho de que haya tenido un día excelente.
Mientras
escribe e-mails no está investigando.
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings,
Inc.
De: Anastasia
Steele
Fecha: 23 de
mayo de 2011 17:53
Para:
Christian Grey
Asunto: Pesado
Señor Grey:
deja de mandarme e-mails y podré empezar a hacer los deberes. Me gustaría sacar
otro sobresaliente.
Ana
Me abrazo a mí
misma.
De: Christian
Grey
Fecha: 23 de
mayo de 2011 17:55
Para:
Anastasia Steele
Asunto:
Impaciente
Señorita
Steele:
Deje de
escribirme e-mails… y haga los deberes.
Me gustaría
ponerle otro sobresaliente.
El primero fue
muy merecido. ;)
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings,
Inc.
Christian Grey
acaba de enviarme un guiño… Madre mía. Abro el Google.
De: Anastasia
Steele
Fecha: 23 de
mayo de 2011 17:59
Para:
Christian Grey
Asunto:
Investigación en internet
Señor Grey:
¿Qué me
sugieres que ponga en el buscador?
Ana
De: Christian
Grey
Fecha: 23 de
mayo de 2011 18:02
Para:
Anastasia Steele
Asunto:
Investigación en internet
Señorita
Steele:
Empiece
siempre con la Wikipedia.
No quiero más
e-mails a menos que tenga preguntas.
¿Entendido?
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings,
Inc.
De: Anastasia
Steele
Fecha: 23 de
mayo de 2011 18:04
Para:
Christian Grey
Asunto:
¡Autoritario!
Sí… señor.
Eres muy
autoritario.
Ana
De: Christian
Grey
Fecha: 23 de
mayo de 2011 18:06
Para:
Anastasia Steele
Asunto:
Controlando
Anastasia, no
te imaginas cuánto.
Bueno, quizá
ahora te haces una ligera idea.
Haz los
deberes.
Christian Grey
Presidente de
Grey Enterprises Holdings, Inc.
Tecleo
«sumiso» en la Wikipedia.
Media hora
después estoy un poco mareada y francamente impactada. ¿De verdad quiero
meterme todo eso en la cabeza? ¿Es esto lo que hace en el cuarto rojo del
dolor? Contemplo la pantalla, y una parte de mí, una húmeda parte de mí, de la
que no he sido consciente hasta hace muy poco, se ha puesto a cien. Madre mía,
algunas cosas son EXCITANTES. Pero ¿son para mí? Dios mío… ¿podría hacerlo?
Necesito espacio. Tengo que pensar.
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